El jurado popular declara culpable por unanimidad de un delito de asesinato con alevosía a Ana Julia Quezada, tal y como pedía la Fiscalía. No ha sido probado el ensañamiento en el crimen de Gabriel Cruz. Así, considera probado que la acusada mató al niño de forma intencionada y súbita, lo que se ajusta al relato de la fiscal Elena María Fernández, que pide prisión permanente revisable para ella, como la acusación particular.
Ha quedado probado por unanimidad que "una vez en la finca de Rodalquilar, Ana Julia, de forma intencionada, súbita y repentina, cogió a Gabriel y lo lanzó contra el suelo o pared de la habitación, y tras el impacto del niño, procedió la acusada, con sus propias manos a taparle la boca y la nariz con fuerza, hasta vencer su resistencia y provocar su fallecimiento".
El jurado también la considera culpable de dos delitos de lesiones psíquicas y otros dos contra la integridad moral de Ángel Cruz y Patricia Ramírez, padres del menor.
Ahora, tras la decisión del jurado, que ha permanecido incomunidado para deliberar, la pena de prisión que ha de cumplir Quezada queda en manos de la jueza Alejandra Dodero. La magistrada que ha presidido el juicio tiene que decidir si sentencia a Quezada a la prisión permanente revisable, como solicitan la Fiscalía y los abogados de los padres de la víctima.
En caso de no hacerlo, Dodero fijará la cantidad de años que la asesina ha de estar recluida en una prisión. Si, finalmente, a Ana Julia Quezada se le condena a prisión permanente revisable, será la primera mujer en España a la que se le castiga con dicha pena, aprobada en 2015. Desde que entró en vigor, en 17 casos anteriores lo había solicitado alguna de las partes personadas. En diez de ellos se aplicó dicho castigo.
Los diez condenados a prisión permanente revisable mataron en total a 16 personas, según datos facilitados por el Consejo General del Poder Judicial (CGPJ). Siete de las víctimas eran menores de 16 años. Uno de los supuestos para la aplicación de esta controvertida figura jurídica es que la víctima sea menor de 16 años. Gabriel tenía ocho cuando murió.
Trasladó el cadáver
Gabriel Cruz fue asesinado la tarde del lunes 27 de febrero de 2018 en Rodalquilar, una pedanía de Níjar (Almería). Perdió la vida entre las 15.30 y las 16.30 horas, según la autopsia de los forenses.
Ese día había comido macarrones con tomate en casa de su abuela paterna en Las Hortichuelas, una pedanía también de Níjar a 4 kilómetros de distancia del lugar del crimen. Tras el almuerzo, Gabriel salió de la casa de su abuela para ir a jugar a la vivienda de unos primos.
Pero nunca llegó hasta allí. Ana Julia Quezada, por entonces pareja del padre del niño, convenció a Gabriel para que la acompañase hasta la finca de Rodalquilar. Una vez allí, asfixió al niño con sus propias manos. Luego, ayudada por una pala y un rastrillo, cavó una fosa. Enterró el cadáver en una zona de tierra y grava próxima a una alberca.
La Guardia Civil encontró el cuerpo sin vida del niño la mañana del domingo 11 de marzo de 2018. La acusada lo había desenterrado y lo trasladaba en el maletero de su coche, un Nissan Pixo de color gris. Dos días después de su detención, Ana Julia Quezada confesó la autoría de la muerte del menor durante la reconstrucción de los hechos en la finca de Rodalquilar. La presunta asesina no había querido declarar en la comandancia de la Benemérita en Almería.