Amparo Cerdá era ya la candidata de Vox a la Alcaldía de Elche (Alicante) cuando protagonizó una pelea en plena calle junto a su nueva pareja y contra con su ex marido. Sucedió el pasado mes de mayo, un viernes, tres semanas antes de las elecciones municipales. Fue a raíz de ese altercado cuando comenzó una espiral de denuncias cruzadas en referencia a esos hechos. Hoy en día es la número uno del partido en la ciudad ilicitana y una de esas denuncias que ha abierto contra el padre de sus hijos se investiga en el Juzgado de Violencia sobre la Mujer número 1 de Elche. Precisamente la ley que el partido de extrema derecha quería eliminar.
Si hay algo en lo que este partido se ha posicionado de forma beligerante es contra la Ley de Violencia de Género y contra el Pacto de Estado contra la Violencia de Género, aprobado por unanimidad en el año 2004. Vox, sin embargo, dice que no existe tal violencia, y que el pacto resulta innecesario. Les da igual que ya hayan sido asesinadas más de 1.000 mujeres por sus parejas o exparejas desde el año 2003, cuando empezaron a contabilizarse los casos de todas las víctimas. Los incontables casos de violaciones y de agresiones sexuales.
Sin embargo, Amparo Cerdá, 41 años de edad, interpuso una denuncia contra su ex marido a través de este canal, el de los juzgados de violencia contra la mujer. Luego dijo que para ella aquello era un delito de "malos tratos en el ámbito familiar" y que reivindicaba "el derecho a la presunción de inocencia del hombre".
Sin embargo, no todo parece terminar en ese punto. Los hechos que tienen que ver con la líder de Vox y su ex pareja vienen de atrás. La relación terminó rompiéndose, y todo desembocó en el último de los episodios, ese altercado urbano en el que tanto ella como su actual novio tratan de arrebatarle el teléfono. Su antiguo marido supuestamente grababa las amenazas que en ese momento estaba recibiendo "para cubrirse las espaldas".
La pelea en plena calle quedó grabada en vídeo por una cámara cercana. Después de ese incidente, Cerdá llegó a pedir una orden de alejamiento para su ex marido. Se le denegó en dos ocasiones porque el juez entendió que no existía "una situación de riesgo objetiva". En primer lugar, porque no acudió al juzgado al día siguiente de interponer la denuncia. En segundo, porque el miedo que alegaba Amparo para interponer la denuncia tenía que ver solo con "insultos".
EL ESPAÑOL ha podido acceder a todos los contenidos de este enrevesado caso, analizarlos y describir la historia de la pareja. Este diario ha tratado de ponerse en contacto con la lideresa por dos vías distintas para recabar su versión: con llamadas a su teléfono y también a través de sus abogados. Al cierre de esta edición, no se ha obtenido respuesta alguna.
La denuncia que lo cambió todo
El 3 de mayo la secretaria general de VOX en Elche tiene un encuentro con su expareja. Deciden verse en plena calle. El hombre queda con ella cada vez que debe recoger ropa de la hija que ambos tienen en común o cuando tiene que ir a por la pequeña. Son reuniones que, desde que se separaron, se producen cada dos semanas. Es algo que ellos mismos establecieron de mutuo acuerdo. Lo establecieron de ese modo y no había, en principio, pegas para ello.
Es ese día, en el marco de uno de esos encuentros, cuando tiene lugar la presunta agresión según la cual luego la líder de Vox en Elche tramita una denuncia a través de los Juzgados de Violencia de Género. Se trata de una trifulca entre ambos, con el actual novio de Amparo Cerdá de por medio. Todo queda registrado a través de una de las cámaras que cuelgan de una de las entradas de un aparcamiento cercano.
EL ESPAÑOL ha tenido acceso al contenido de esa grabación y a las diligencias del Juzgado de Violencia sobre la Mujer número 1 de Elche en las que se describe lo que se advierte en la grabación.
Amparo le entrega a su ex pareja la bolsa con la ropa de la hija. Llega al lugar acompañada de su actual pareja. No se aprecian, dice el secretario judicial, gestos amenazantes. Entretanto, la expareja graba con su propio teléfono la escena como "prueba" por si acaso el novio de la portavoz del partido llega a las manos con él. Pocos minutos después, al parecer Amparo le arrebata el teléfono.
La ex pareja la coge, se acerca a ella y trata de recuperar su dispositivo. No da tiempo a que se prolongue el forcejeo, ya que el novio de Amparo se acerca por detrás y agarra por detrás con su brazo al otro hombre. Tira de él hacia atrás forzando en la zona del cuello. Luego le propina un empujón en la zona de la espalda.
En ese momento comienza una pelea entre los dos individuos mientras ella deambula, a sus espaldas, ajena a lo que ocurre entre los dos. Tiene el móvil de su ex pareja en la mano.
El ex de Amparo logra liberarse y la rodea con sus brazos por detrás. Consigue arrebatarle el teléfono. Según las diligencias abiertas en la causa, "no se aprecia claramente si es el varón el que sujeta la muñeca de la mujer con su mano izquierda o es al revés".
En cuanto se hace con el teléfono, la ex pareja de la líder de Vox en Elche sale del plano que se observa desde la cámara del párking y sale del plano por el lado derecho. La descripción del vídeo en la diligencia es bastante clara porque dice que cuando la nueva pareja de Cerdá aparece en el plano "no se observa si lo que pretende es defender a la mujer o recuperar el móvil; no parece haber contacto".
Finalmente el letrado de la administración de justicia determina que no hay violencia directa hacia ella. Se trata, más bien, de una trifulca entre ambos.
Dos órdenes de alejamiento denegadas
Hasta su entrada en política, la carrera empresarial de la lideresa de Vox se desarrollaba como asesora inmobiliaria captando y vendiendo inmuebles de lujo en Alicante, Elche y El Campello, en pleno corazón de la Costa Blanca, para la empresa Engel & Völkers. Esa venía siendo su dedicación los últimos seis años.
Es Licenciada en Publicidad y Relaciones Públicas por la Universidad de Alicante. Nunca antes estuvo dedicada a la política, ni había estado afiliada a ningún partido. Es ilicitana de nacimiento pero su madre es segoviana. En la presentación de su página web explica que guarda con gran cariño esa otra región interior de España, y que le hace pensar "en la gran cantidad de personas que llegaron a nuestra tierra desde muchos y diversos lugares de España buscando trabajo y un futuro mejor". En diciembre del año pasado concedía una entrevista al digital A24 en la que afirmaba que los inmigrantes que mejor que entren "por la puerta, y hay que entrar de forma legal y no saltando la valla o a través del Mediterráneo".
La relación con el padre de sus hijos comienza en el año 2010. Se conocen en junio, empiezan a salir y tres años después deciden casarse. La boda se produce rodeados de familia y amigos y oficiada en los juzgados de la ciudad. En julio de 2017, cuatro años después, se separan.
Han pasado siete años de noviazgo y cuatro de matrimonio. Meses después, en febrero de 2018, intentan retomar la relación, aguantan un año más y en marzo de 2019 se rompe definitivamente. Cerdá ya está con otro hombre. Es entonces cuando comienzan los conflictos entre ambos, las denuncias cruzadas e incluso los intentos de ella por mantenerle lo más alejado posible.
Tras el altercado en plena calle, la número uno de Vox en Elche decidió interponer una orden de alejamiento contra su ex pareja. Lo hizo ese mismo día, el 3 de mayo de este año. Amparo acudió a la Dirección General de la Policía Nacional, donde la citaron para que compareciese al día siguiente ante el juez. Cuando llegó la hora, el juez preguntó por ella pero Amparo no aparecía por ninguna parte.
La líder del partido en la ciudad había dicho que quería interponer la orden de alejamiento porque "tiene miedo" de volver a cruzarse con el investigado. De que la volviese a insultar. El juez le pide que concrete. Y por eso le dice que afine, y que diga a qué se refiere exactamente con miedo. Ella le dice que tiene miedo, pero solo miedo a que su ex pareja la insulte de nuevo.
Con estas cartas sobre la mesa, según los documentos a los que ha tenido acceso EL ESPAÑOL, el juez decide denegarle la orden de alejamiento que ella solicita. Lo hace hasta en dos ocasiones. El magistrado es bastante claro en sus palabras: "No queda acreditada la existencia de una situación de riesgo objetiva".