Camilo de Ory, durante años, ha sido poeta, escritor, columnista, aforista, quizás humorista… lo que quieran. Se ha dedicado, con más (o menos) suerte, a las letras; y ha sido vinculado, con más (o menos) éxito, con profesiones honradas –aunque, obviamente, sea lícito dudar (como él mismo hace) de si sirven para vivir (o no). Ahora, en cambio, en las informaciones de los diarios, ha dejado de ser todo eso para convertirse, simplemente, en tuitero. Peor aún, en el tuitero que se enfrenta a penas de hasta 20 meses de cárcel –tal y como pide la acusación– por mofarse a golpe de tuit de Julen, el pequeño de dos años y medio que murió al caer a un pozo de 25 centímetros de diámetro en Totalán (Málaga).
El Juzgado de Instrucción número 6 de Madrid ha dictado auto de apertura de juicio oral contra Camilo de Ory por ese motivo, según publica Diario Sur. La Fiscalía solicita una condena de 18 meses de cárcel, una indemnización de 60 euros, las costas del procedimiento y la inhabilitación para el uso de las redes sociales durante el periodo de la hipotética condena. Se le atribuye un delito contra la integridad moral.
Los padres de Julen, en cambio, piden más: una condena de 20 meses de cárcel, una multa de 3.000 euros, inhabilitación para el uso de las redes sociales, una indemnización de 6.000 euros y las costas derivadas del proceso. Lo solicitan en virtud del delito contra la dignidad de las personas. Tras estas peticiones, el juzgado ha dado por cerrada la fase de instrucción y Camilo de Ory será juzgado penalmente.
Los padres denunciaron al escritor después de que este, a través de su cuenta de Twitter, lanzara algunos mensajes que los padres de Julen encontraron “ofensivos”. Entre ellos, “cómo has podido caer tan bajo Julen”, “que digo yo que el niño también podría escarbar un poco” o “lo único bueno del caso ha sido ver a tanta gente de Vox partirse la cara por un gitano de nombre vasco”. Todos ellos, considerados humorísticos por Camilo de Ory.
Los padres del niño, en cambio, lo denunciaron por considerar que los mensajes sobrepasaban la “línea roja” y por pensar que menoscababan “gravemente su integridad moral”. No fueron los únicos. Miles de tuiteros también se echaron encima de Camilo de Ory por calificar los tuits como ruines e inhumanos y lo criticaron por reírse de todo el país. “Llegué a recibir más de 400 amenazas”, reconoció el escritor en conversación con EL ESPAÑOL.
Esos tuits fueron eliminados por Camilo de Ory un día antes de la declaración. Hasta entonces, los había mantenido por coherencia a su estilo: el escritor se ha metido con partidos políticos, periodistas… Con todo el mundo a través de su cuenta en Twitter. Sin embargo, nunca había sido denunciado. Ahora, se enfrenta a una pena de 20 meses de cárcel.