La tragedia de ‘papi Pedro’ y ‘mamá Trini’, la pareja querida por todos los vecinos de Sangonera
En la casa se produjo una deflagración de gas, aunque no se descarta una muerte violenta por otros medios. El caso, bajo secreto de sumario.
14 octubre, 2019 01:29Noticias relacionadas
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Como cada día, Dolores Martínez se dirigió a casa de sus vecinos, un matrimonio de octogenarios, para ver cómo estaban y para preguntar a Trini y a Pedro si necesitaban algo. “Ellos eran como unos padres para mí porque les conozco desde hace cuarenta años. Les quería mucho”, subraya esta vecina de la pedanía murciana de Sangonera la Seca mientras trata de contener las lágrimas para narrar a EL ESPAÑOL la trágica escena que se encontró este domingo en la casa de la pareja y que ahora investiga la Guardia Civil. Trini y Pedro aparecieron muertos en el interior de su vivienda. Ahora los agentes intentan esclarecer si los ancianos murieron de forma violenta o accidental. “Iba a preguntarles si querían que les llevase medio pollo asado para comer”.
Pasaban unos minutos de las doce y media de este domingo cuando esta ama de casa, de 66 años, llegó a la puertecita roja metálica que hay en el lateral de la casa que tienen los ancianos en el número 114 de la calle Salzillo. “He tocado a la persiana, pero no me han abierto y cuando me he apoyado en la manivela se ha abierto la puerta”. La mujer entró y no le gustó nada lo que vio: “Había muchos cristales rotos por el patio y me salí corriendo porque he pensado que habían entrado a robar”.
Dolores Martínez pidió ayuda a otros vecinos que se ocuparon de llamar por teléfono a uno de los tres hijos del matrimonio, que es miembro de la guardia civil. De inmediato, una patrulla de la Benemérita se desplazó a Sangonera la Seca. Al llegar se adentraron en el inmueble, acompañados de María Ángeles García, otra amiga íntima de la pareja de octogenarios.
“Cuando he entrado al comedor todo estaba tirado por el suelo y se habían caído trozos de escayola del techo”, tal y como detallaba horrorizada María Ángeles a este diario. “Al ver toda la casa revuelta entré corriendo a la habitación de matrimonio: la luz estaba encendida, Pedro estaba en calzoncillos y con una camiseta interior, tirado sobre la cama. Su mujer, Trini, estaba en el suelo, vestida solo con un camisón”.
María Ángeles apenas pudo aguantar unos segundos dentro de la estancia: “Me salí de la impresión que me dio verles muertos”.
Las calles Escultor González Moreno y Salzillo fueron precintadas por los investigadores. Se movilizó a la Unidad Orgánica de Policía Judicial y al Laboratorio de Criminalística de la Guardia Civil, que desplegaron un biombo frente a la puerta roja del lateral de esta casa de planta baja. Decenas de vecinos se arremolinaban entorno a la zona porque el matrimonio Pérez Coll era muy querido y conocido en esta pedanía murciana de 5.400 habitantes.
“Les llamábamos ‘mamá Trini’ y ‘papi Pedro’ porque eran muy cariñosos y serviciales con la gente, jamás tuvieron problemas con nadie”, recordaba apenada esta amiga íntima del matrimonio.
Naturales de Beniel
La pareja era natural de Beniel. Hace más de medio siglo se instaló en la pedanía murciana de Sangonera la Seca, donde se compraron una casa para criar a sus tres hijos -Pedro, Manolo y Antonio-. “Eran muy trabajadores”, cuentan en la localidad.
Trinidad Coll limpiaba casas en la capital. Su esposo, Pedro Pérez, fue chófer profesional: primero trabajó haciendo portes nacionales con camiones de la empresa Hispania y después comenzó a conducir autobuses.
“Se jubiló con la empresa Latbus. Siempre se ocupaba de la línea 91, que conecta Murcia con Sangonera la Seca: le encantaba bromear con los viajeros”, contaba con tristeza María Ángeles.
“El sábado no los vimos en todo el día y no fueron a misa”, resaltaba muy extrañada esta mujer. De hecho, una de las cuestiones que está tratando de determinar la Unidad Orgánica de la Policía Judicial de la Guardia Civil es cuándo perdieron la vida los ancianos, si el sábado o el domingo.
Pedro y Trini formaban un matrimonio de costumbres fijas desde que ambos se habían jubilado. A primera hora de la mañana, Trini solía salir a la puerta de su casa a barrer, después de iba con su marido a hacer recados cotidianos como comprar el pan. Por la tarde siempre iban a misa a la iglesia de San José de la Montaña porque eran miembros de la Cofradía del Corazón de Jesús. Cuando regresaban a casa sacaban unas sillas a la puerta de la calle para tomar el fresco.
“Nos poníamos a charlar, sacaban frutos secos, jugábamos al dominó o a las cartas”, explicaron Dolores Martínez y María Ángeles García sobre los ratos que compartían a diario con Trini y Pedro. “La última vez que les vimos fue a las 22.30 horas del viernes, cuando salieron a tirar la basura”.
Hubo una deflagración de gas
Fuentes de la Delegación del Gobierno de Murcia y de la Guardia Civil indicaron a este diario que durante la inspección de la casa se detectaron signos de que se había producido una deflagración de una bombona de gas butano. Los investigadores están trabajando para determinar si las heridas que presentaban los cuerpos de las víctimas eran compatibles con una explosión o fueron ocasionadas de forma violenta.
Las mismas fuentes precisaron que “debido al estado en el que se encuentran los cuerpos no hay una hipótesis clara sobre si se trata una muerte violenta o accidental”.
La hipótesis de que Trini y Pedro murieron en el transcurso de un robo violento era las más repetida entre el vecindario. En la pedanía murciana de Sangonera la Seca en las dos últimas semanas se han producido cinco robos, en los que los asaltantes portaban armas de fuego y cuchillos.
“Han robado dos casas cerca del pabellón de Deportes, un bar que hay frente a la Base del Ejército del Aire, un pub y un restaurante de la carretera de Lorca”, enumeraba Juan de Dios, vecino de los fallecidos en la calle Escultor González Moreno y quien antaño estuvo en las filas del Tercio Don Juan de Austria de la Legión. “¡Aquí vamos a tener que sacar las escopetas en la calle para combatir los palos a punta de pistola!”.
Otra vecina clamaba indignada en el mismo sentido: “¡Están habiendo muchos robos porque no tenemos seguridad alguna!”.
A lo largo de las distintas calles próximas al lugar de la tragedia se repetía una y otra vez la misma teoría de que el luctuoso final que corrieron Trini y Pedro fue violento. “Mi hermano trabaja en la lonja de pescado y durante la pasada madrugada dice que escuchó ladrar a Tai, el perro del matrimonio, y unos golpes procedentes de la casa”, aseguraba un hombre que reside en la calle Salzillo, a solo unos metros de distancia del inmueble de los ancianos que este domingo fue inspeccionado palmo a palmo, durante horas, por la Guardia Civil.
Entre los residentes recordaban con cariño cómo era habitual que Pedro obsequiase a sus vecinos con limones y melocotones de los árboles que él mismo cultivaba en unas fincas agrícolas que tenía en la pedanía vecina del Puntarrón.
“Dejó de traernos fruta hace dos años después de sufrir una caída en el campo”, detallaba María Ángeles. Por la casa del matrimonio pasaron dos de sus tres hijos, uno de ellos es guardia civil de profesión y el otro trabaja en la Base Aérea de Alcantarilla.
El único que no acudió al inmueble para informarse de lo sucedido fue el más problemático de la familia y que cuenta con antecedentes, según fuentes policiales, por hechos “como quemar contenedores y tirar piedras desde el puente del túnel del Barrio de San José Obrero de Alcantarilla a los conductores que circulaban por la autovía de El Palmar”.
Pedro y Trini siempre se desvivieron por tratar de enderezarle, incluso le ayudaron a montar la Cafetería La Embrujada en Sangonera, pero el negocio se fue al traste hace unos años por peleas en el local y por otros turbios motivos relacionados con los excesos que cometía su propietario.
“Su hijo se tuvo que marchar de la casa porque llegó a pelearse con su padre porque no le daba dinero. No estaba bien de la cabeza”, comentaban varios vecinos. "Su padre llegó a vender algunas tierras para ayudarle con los líos legales que tuvo desde que comenzó a salir con un chico que era muy problemático y tomaba drogas".
Este lunes no se descarta que se vuelva a inspeccionar la casa por parte de la Guardia Civil a la espera de los resultados que arroje la autopsia del matrimonio de octogenarios. La investigación ha quedado bajo secreto de sumario.