Paquita se quedó traspuesta este lunes cuando pasaban treinta minutos de las diez de la noche y recibió una llamaba procedente de la comisaría que la Policía Nacional tiene en el Barrio del Carmen de Murcia. "Me llamó mi marido y me dijo: 'A mis 75 años me han detenido, Paquita ven a traerme las pastillas'". No duró más la conversación. "No podía creerme lo que me acababa de decir", subraya esta anciana mientras atiende a EL ESPAÑOL en la entrada de su casa, situada en plena huerta murciana en el Camino del Badén. La mujer llamó a uno de sus cuatro hijos para que le llevase los medicamentos al cabeza de familia hasta las dependencias policiales y le pidió que preguntase a los agentes el motivo del arresto. La información que recabó su hijo en dependencias policiales no pudo ser más desalentadora: Francisco estaba acusado de ser el supuesto autor de una oleada de incendios en contenedores, que venía produciéndose desde octubre y que afectaba a la zona sur de la capital del Segura.
"Mi marido no tiene antecedentes y nunca se ha dedicado a causar escándalos públicos", defiende Paquita de manera insistente. El Ayuntamiento de Murcia aclara que desde octubre hasta ahora han ardido 61 contenedores a lo largo del término municipal. De todos ellos, una treintena habían sido calcinados intencionadamente en un radio próximo de acción: entre los barrios de San Pío, El Carmen y Santiago el Mayor. La situación había generado alarma social entre los residentes de la zona sur de la capital porque algunos incendios afectaron a fachadas de edificios y comercios, así como a equipos de aire acondicionado, a dos vehículos que estaban estacionados en la vía pública y a varias palmeras.
De hecho, la Asociación de Vecinos de Ronda Sur lanzó mensajes de alerta a través de sus cuentas de Twitter y Facebook: "Ante los incendios de contenedores que se están produciendo en Ronda Sur, Barriomar y El Carmen pedimos a la Policía más presencia en nuestros barrios. Si alguien observa algo sospechoso que avise inmediatamente al 091 o al 092".
En la cuenta de Twitter The Barriomar Observer también se publicaban imágenes de contenedores ardiendo con un mensaje pidiendo precaución a los vecinos: "Continúan las quemas de contenedores por la zona de Barriomar y El Carmen, anoche ardieron los que hay junto al edificio volante. Un pirómano anda suelto...".
La Policía Local de Murcia montó un dispositivo compuesto por agentes de paisano del Grupo Especial de Seguridad Ciudadana (GESC) y efectivos de la Policía de Barrio. Fuentes policiales admiten a este diario que "no sabíamos si detrás de estos incidentes podían haber una o varias personas, incluso un grupo de jóvenes que se dedicaba a realizar actos vandálicos". Nada más lejos de la realidad: el supuesto pirómano que tenía en jaque a la zona sur de Murcia era un jubilado.
“Mi marido me decía que se iba a pasear y se marchaba solo porque yo no puedo acompañarle por mis problemas en las rodillas", cuenta Paquita. Ella no le daba importancia a las largas caminatas que se daba su marido, Francisco, y que arrancaban en su casa en el Camino del Badén hasta adentrarse por los barrios de Murcia. "Ya no podía conducir ni ir en bicicleta porque hace cuatro años sufrió un ictus y le gustaba mucho andar", precisa la anciana, muy afectada por lo sucedido. El cabeza de familia es muy conocido en la zona porque tenía terrenos de huerta, trabajó como escayolista. En los últimos diez años estuvo empleado en el área de parques y jardines del Ayuntamiento de Murcia. "Desde que se jubiló tiene una depresión y tiene que medicarse", apunta Paquita sobre el estado anímico de su marido. "Yo no sospechaba nada de esto, no sé qué ha podido pasar por su cabeza".
El matrimonio pasaba parte de su tiempo libre en su segunda residencia en la pedanía murciana de Corvera y cuando regresaban a su casa a Francisco le daba por salir a pasear. "No tenía una rutina ni un horario fijo, me decía que se iba a Murcia por la carretera de la avenida Ciudad de Almería". Precisamente, por esa avenida se puede llegar al Barrio del Carmen, una de las tres zonas de la capital afectadas por los incendios provocados.
Causó una “hecatombe” el puente de Todos los Santos
Desde la Policía Local incidan que los investigadores se pusieron en contacto con el Servicio de Extinción de Incendios de Murcia (SEIS) para recabar información y establecieron el 'modus operandi' del sospechoso o sospechosos: "Todas las calles eran muy próximas entre sí, pertenecían a tres barrios y entendíamos que el autor de los incendios actuaba conforme se le antojaba, en un recorrido que realizaba a pie". Detectaron que era capaz de provocar varios incendios en un mismo día y en distintas zonas, incluso que no dudaba en perpetrar sus acciones pirómanas en puntos del sur de Murcia donde ya había achicharrado contenedores de basura con anterioridad. Valga como ejemplo de ello los episodios que se repitieron en 72 horas en la calle Ruiz Hidalgo y Paseo de Florencia.
"Entre los días 1 y 3 de noviembre, en el puente de Todos los Santos, se produjo una hecatombe con catorce espacios en los que se registraron incendios intencionados<", remarcan las citadas fuentes policiales. "Esto nos obligó a incrementar la vigilancia”. La investigación que arrancó hace un mes se cerró este lunes gracias a la colaboración de cuatro vecinos que supuestamente pillaron 'in fraganti' a Francisco y alertaron de ello a la Policía Local.
Uno de los testigos que ayudó a los agentes es Chema y explica a EL ESPAÑOL que siguieron al sospechoso por varias calles de Murcia. "Mi hermano, Jorge, me llamó por teléfono antes de las ocho de la tarde del lunes para decirme que acababa de ver en la Carretera de la Fuensanta, cómo un señor mayor cogía una caja de fruta, le prendía fuego y la tiraba dentro de un contenedor", detalla este residente en Ronda Sur: la zona cero de los incendios provocados.
"Mi hermano y mi padre llamaron a la Policía Local y empezaron a seguirle". Cuando esa llamada entró en la centralita de las dependencias policiales ya se tenía constancia de que esa tarde, entre las 17 horas y las 20 horas, ya habían sido reducidos a cenizas ocho contenedores entre las calles Pintor Pedro Flores y Morera. Al ‘operativo’ de seguimiento vecinal se sumó Chema y otro residente de la zona dispuestos a poner fin a la oleada de incendios. "Le seguimos desde la calle Renacimiento hasta el polígono de San Pío y comprobamos que el hombre iba haciendo su circuito, buscando contenedores, sobre todo los de color azul donde se deposita el papel y el cartón porque arden con más rapidez". Durante ese recorrido Francisco supuestamente trató de meterle yesca a otros tres recipientes de basura orgánica y reciclaje.
Servilletas de papel en los bolsillos
La Policía Local de Murcia confirma que "gracias a la información de unos testigos", se puso en marcha un dispositivo especial de vigilancia, con unidades uniformadas y otras camufladas, que permitieron la detención de Francisco L. M., español de 75 años, en la calle Río Pliego. "En el momento de su identificación portaba en una mano un papel y en la otra un mechero, además de gran cantidad de servilletas de papel", detallan fuentes policiales. También precisan que se le atribuye la supuesta quema "de unos treinta contenedores" y que por ese motivo fue trasladado a la Comisaría de Policía Nacional para pasar la noche en el calabozo antes de pasar a disposición judicial.
"Nos ha sorprendido que haya sido una persona tan mayor". A los agentes les llamaba la atención que en todas las intervenciones nunca vieron a nadie huyendo a la carrera de la zona, algo habitual en actos vandálicos como la quema de contenedores, pero eso se debía a que Francisco iba andando tranquilamente. "Si no llega a ser porque nos llamaron los vecinos habría seguido actuando", apuntan fuentes policiales.
La detención de Paco, como le conocían algunos usuarios del Centro Social de Mayores de Barriomar, ha caído como una bomba entre sus amigos y ha generado debate entre los pensionistas. "¡No me puedo creer que él haya sido capaz de eso!", clama indignado un amigo, depositando con fuerza sobre la mesa una ficha de dominó. "Ese hombre siempre iba andando por la calle, con las manos en los bolsillos y mirando al suelo". Entre el público que asiste a la partida de dominó, otro jubilado discrepa y explica a este diario que “Paco hacía ocho meses que no lo veíamos por el centro social, últimamente iba 'pipao' y se le veía por algunos bares”.
En el Camino del Badén, donde nació Paco y crió a sus cuatro hijos, sus paisanos tampoco terminan de encajar su arresto como el supuesto pirómano de Ronda Sur. "Son una familia muy trabajadora", cuchichean un par de vecinas en la orilla de la carretera que separa la zona de viviendas de la huerta. "Su mujer regentó más de tres décadas una droguería y él cuando trabajaba en parques y jardines del Ayuntamiento le traía macetas que luego ella le regalaba a los vecinos".
Desde el Consistorio de Murcia estiman en 1.000 euros el coste de cada contenedor quemado. De confirmarse la estimación de la Policía Local de que Francisco calcinó una treintena de recipientes, este exempleado municipal habría causado un perjuicio económico a la Administración local de 30.000 euros, sin contar el gasto de recursos humanos: los retenes de bomberos del SEIS movilizados para sofocar los incendios y los efectivos de la Policía Local implicados en la investigación. A lo que se suma el perjuicio generado en fachadas de edificios de comunidades de vecinos y de establecimientos comerciales, así como en vehículos y equipos de aire acondicionado. "Uno de los contenedores quemados afectó a un Mercedes que solo tenía cuarenta kilómetros", ejemplifica Chema, residente en Ronda Sur.
Fuentes del Consistorio capitalino avanzan que la Administración local ejercerá acciones legales después de que Francisco fuese trasladado este martes al Juzgado de Instrucción número 3 de Murcia y de que se incoase un procedimiento por un delito de daños. La titular del juzgado acordó la libertad de este pensionista, de 75 años, y estableció literalmente "su traslado a su domicilio para la atención por sus familiares, tras apreciar cierta desorientación y deterioro cognitivo".
A partir de este momento el juzgado que asuma las diligencias tendrá que solicitar un informe de imputabilidad de este jubilado y aclarar si archiva o no el ‘caso de los contenedores’. Este diario se encontraba en el Camino del Badén cuando Paco llegó acompañado de una patrulla de la Policía Nacional. No quiso hacer declaraciones. Se subió directo a su cuarto. Su esposa, Paquita, defiende a capa y espada que su marido no ha sido el autor de la quema de una treintena de contenedores. "No es un pirómano".