Cuando en el año 2017 se corrió la voz entre los 7.000 vecinos de Roldán de que ‘Tote’ quería concursar en Gran Hermano, la población se movilizó para lograr un billete en GH para el hijo de la bibliotecaria municipal: José María López Pérez, al que todos conocían cariñosamente como ‘Tote’. “Se hizo campaña por todo el pueblo, sus amigos organizaban quedadas para que la gente lo votase en redes sociales y cuando lo cogieron en el programa abrían al público un bajo para seguir las galas de Telecinco y apoyarle en las votaciones”, recuerda Mariló, empleada de la única farmacia que tiene esta pedanía de la localidad murciana de Torre-Pacheco (Murcia). Todo el mundo hizo piña para que ese joven agricultor, de 24 años, entrase en aquella edición del afamado reality show para intentar ganar el concurso. Dos años después esa movilización vecinal sigue invariable, pero en este caso, para defender a ultranza la inocencia de su paisano José María, que fue expulsado de la casa de Guadalix de la Sierra por haber cometido una supuesta agresión sexual contra Carlota Prado por la que está siendo investigado por un juzgado.
“Yo he dejado de ver Gran Hermano por lo que le ocurrió a José María”, subraya Mariló a pie de mostrador. Las diligencias judiciales se abrieron a raíz de la denuncia de la concursante, pero entre los vecinos de Roldán no sólo no dan credibilidad al testimonio de Carlota, sino que además existe un cabreo generalizado y desconfianza hacia la labor de Telecinco y la productora de Gran Hermano. Evidentemente, Mediaset no habrá notado en su share de audiencia que muchos roldanenses han cambiado de canal porque solo suponen una ínfima parte de los millones de espectadores que la cadena tiene por toda España. “Yo opino que el muchacho no hizo nada malo porque estaban cansados de acostarse en la casa y no me creo que la chica venga ahora a decir que abusó de ella cuando habían pedido una hora sin cámaras”, concluye la boticaria su alegato de defensa en favor de 'Tote'.
Esa teoría se repite como un mantra entre todos los vecinos y propietarios de establecimientos consultados por EL ESPAÑOL a lo largo de la céntrica avenida de Balsicas. “En Telecinco lo han tergiversado todo: ¡los programas de televisión tienen tongo y fueron a cargarse a José María y Carlota porque era la pareja más querida de la audiencia!”, clama cabreado Norberto, detrás de la barra del Bar El Puertas, un establecimiento con solera en Roldán porque suma más de tres décadas de historia sirviendo a sus clientes migas y arroz con costillejas. “A ese zagal lo conozco porque es amigo de mi hijo y es estupendo, ha tenido más novias y nunca ha tenido problemas de este tipo”, insiste este hostelero, de 44 años.
En la pedanía pachequera no solo defienden a muerte la inocencia de ‘Tote’, sino que entre los vecinos corren todo tipo de teorías conspiranoicas sobre el origen de la denuncia por la supuesta violación ocurrida en la televisiva casa de Guadalix de la Sierra: “Ella no sabía lo que había pasado hasta que la metieron en el confesonario para explicárselo”, sostiene Norberto mientras lanza a los clientes del bar una pregunta: “¿Por qué no saca la cadena todos los vídeos de la pareja dándole al ‘palo’ cuatro o cinco veces al día?”. Tal cuestión enciende los ánimos de la clientela y el ecuatoriano Cléber deja su vaso de cerveza en la barra, desenfunda su teléfono móvil y muestra con orgullo a este diario una foto suya junto al concursante denunciado de Gran Hermano Revolution 2017. “Mi hijo y yo estuvimos viendo aquella edición para apoyar a José María durante todo el concurso”, subraya este sudamericano.
Cléber explica que siguió cada una de las galas y muchas de las retransmisiones del 24 horas, incluida aquella de la madrugada del 4 de noviembre de 2017 en la que se celebró una fiesta en la casa con alcohol a gogó y tras la cual José María presuntamente violó a la que en ese momento era su pareja sentimental: Carlota Prado. “A ese chico le han tendido una trampa”, zanja convencido el ecuatoriano mientras apura su birra. Detrás de la barra Antonio sigue con atención la tertulia porque es amigo de José María. “Jugamos juntos al fútbol durante muchos años, siendo unos críos, en las categorías inferiores del Roldán ADE”, explica el camarero. “Le conozco bien, es un tipo muy sociable, trabajador, campechano y divertido; esa denuncia es mentira, algo tuvo que pasar ahí porque Carlota y él dormían juntos todas las noches”, concluye rompiendo una lanza a favor del joven con el que otrora compitió en los terrenos de juego.
“¡Aquí lo que hace falta es que vuelva Franco!”, exclama un cliente del bar para tratar de dar por zanjado el debate. Semejante afirmación no es fruto de los quintos de cerveza que lleva en el cuerpo sino un reflejo de lo que ocurrió en las urnas en Roldán durante las pasadas elecciones generales del ‘10N’ donde VOX arrasó con 1.186 votos frente a 548 del PSOE, a pesar de que la pedanía tradicionalmente siempre ha votado a formaciones de izquierdas y de que cuenta con bastantes inmigrantes de Marruecos y Sudamérica que trabajan en la agricultura. El sector agroalimentario aglutina el 70% de la actividad laboral de este núcleo rural y la otra gran aportación a la economía local corre por cuenta de los jubilados extranjeros, en su mayoría británicos, que residen en dos residenciales que construyó Polaris World en los años dorados del ladrillo.
“¡Ya no veo Telecinco!”
Este diario a lo largo de su visita por la pedanía pachequera no encuentra a ni un solo vecino que dé credibilidad a la denuncia de Carlota Prado y que ponga en duda la inocencia de José María López Pérez. También brillan por su ausencia los parroquianos que hablen bien de Telecinco o del programa Gran Hermano. “La culpa de todo la tiene la cadena”, sostiene una anciana mientras compra algo de embutido y carne en la Charcutería Josyma. “En el momento en el que estaban los dos en la habitación y dentro de la cama, la cadena lo tenía que haber parado todo”, responde la charcutera dándole la razón a la clienta. Otra de las teorías conspiranoicas que circulan por la población es que tanto la supuesta agresión sexual como la denuncia se urdieron presuntamente para levantar la caída de audiencia del 14,3% que experimentó la edición 2017 de Gran Hermano Revolution.
“Me extraña mucho que ese chico hiciera eso porque en la televisión se exageran mucho las cosas y por dinero se hace de todo”, cotillean tres madres en un corrillo, a las puertas de una academia de inglés donde aguardan a la salida de sus hijos. “¡Ya no veo Telecinco por lo que ha pasado!”, grita sin paños calientes una empleada de Torres Peluqueros donde cada semana acude a cortarse el pelo y a repasarse la barba el exconcursante de GH denunciado por violación. “Todo el pueblo está con ‘Tote’, le estamos protegiendo”, sentencia la peluquera. Esta defensa sin fisuras se repite entre los clientes del Pub Cum Laude de la avenida de Torre-Pacheco al que José María suele acudir a tomarse una birra y a ver los partidos de su equipo favorito: el FC Barcelona. “Es un pobre zagal al que le han hecho un montaje para cargarle el muerto”, defiende Francisco, copazo en mano y apoyado en la barra exterior del Bugatti's Gastro Bar. “La opinión de la gente del pueblo es que ese chico es inocente”, zanja Antonio, al otro lado de la barra exterior del Bugatti's habilitada para que los clientes puedan fumarse un pitillo.
El alcalde pedáneo, Manolo Pérez, avanza a este diario que “si el pueblo tiene que movilizarse para defender la inocencia de José María, lo haremos”. No va de farol: el respaldo de la pedanía es total. Valga como ejemplo de ello que la denuncia por violación contra José María López Pérez tras su salida de GH no supuso impedimento alguno para que la comisión de festejos le nombrase pregonero de los Fiestas Patronales de Roldán, en honor a San José, que se celebran en marzo. De hecho, en la carpa que se habilita cada año para oficiar el pregón y dar el chupinazo de salida a la celebración, su paisano ‘Tote’ estuvo acompañado por otros concursantes del reality show.
“Todos le creemos inocente hasta que se demuestre lo contrario, creo que le hicieron una encerrona, no sé a qué nivel, supongo que sería Carlota porque no creo que Telecinco llegue a tanto, pero tampoco pongo la mano en el fuego por la cadena porque por el tema de las audiencias se hacen todo tipo de cosas”, reflexiona el alcalde pedáneo avalando las teorías que circulan entre los vecinos sobre el origen de la denuncia contra José María López Pérez por supuestos abusos sexuales a Carlota Prado.
A José María le abandonó su padre el día de su comunión
Muchos roldanenses, a través de sus perfiles de Facebook y cuentas de Instagram y Twitter, cada vez que algún medio de comunicación desvela algún dato nuevo sobre la instrucción judicial del caso, salen en tromba a defender al hijo de María Pepa. Uno de los motivos por los que los vecinos han cerrado filas en torno al supuesto violador se debe a que en la población todo el mundo recuerda la dura infancia que padeció José María porque su padre le abandonó con solo 9 años, durante el convite de su comunión que estaban celebrando en un bajo familiar. Tiempo después se enteraron de que el cabeza de familia, que era camionero, se había establecido en otra población y se había casado con otra mujer.
María Pepa sacó adelante a sus dos hijos y en la actualidad es la bibliotecaria municipal. Su hijo mayor, Juan Carlos, se convirtió en militar profesional, y José María, tras acabar sus estudios primarios en el Colegio Hernández Ardieta no destacó en el instituto Sabina Mora y cuando terminó la etapa de Educación Secundaria Obligatoria (ESO) optó por trabajar en el campo para sus tíos recogiendo lechugas, habas, melones, brócoli… En agosto de 2015, constituyó junto a su prima, María José, la empresa Horticalia Mole dedicada a la comercialización de abonos ecológicos para agricultores del Campo de Cartagena. “El sueño de su vida era Gran Hermano, todavía recuerdo cuando llamó a mi hija para decirle que se quedaba ella sola al frente del negocio porque se iba una temporada a concursar al programa y ahora se ha convertido en su pesadilla”, se lamenta Matías Pérez, tío de José María.
“Para mí él es como un hijo porque he tenido que hacer muchas veces de padre porque esa figura le faltaba desde que el marido de mi hermana les abandonó y eso te marca de por vida”. No habla en vano Matías porque él fue quien tuvo que subir a Madrid a recoger a su sobrino cuando Gran Hermano le expulsó tras la supuesta violación a Carlota la madrugada del 4 de noviembre de 2017. “Cuando me enteré estaba hospitalizado en Los Arcos, me iban a operar de la vesícula, cancelé la intervención y llamé a Telecinco para decirles que si no me pasaban al teléfono a José María les mandaba a la Guardia Civil”, relata Matías a este diario. “Le hicieron una tortura poniéndole los vídeos, encerrado en una sala con psicólogos, para que reconociera los hechos, pero yo le saqué de allí: le dije a la productora que subía a recogerlo con un abogado, que tenían que sacar a mi ahijado de la casa de Guadalix de la Sierra y llevarlo al hotel NH que hay en Ifema”.
- Imagino que usted ha hablado con José María sobre todo lo que ocurrió en aquella fiesta en la casa de Gran Hermano que motivó la denuncia por presuntos abusos sexuales a Carlota. ¿Cuál es la versión que le ha ofrecido su sobrino?
- Toda la familia estamos deseando que se celebre el juicio porque estamos hasta arriba. José María es totalmente inocente, yo he visto todo el vídeo y hay que tener rayos láser para saber qué es lo que ocurre debajo de las sábanas de esa cama. Esto es un complot de la productora del programa y una trama de la cadena para subir audiencia porque fue el peor Gran Hermano de toda la historia. Ellos eran novios, iban a pasar juntos la Navidad.
“Le han llamado violador y le han insultado por la calle”
Su tío critica que durante la instrucción judicial de la causa José María ha tenido que recibir ayuda psicológica: “Ha tenido que acudir al psicólogo porque después de que le expulsaran de la casa de Gran Hermano se tiró cinco meses sin salir a la calle, encerrado en su casa de Roldán, no quería ni ir a comprar el pan porque tenía miedo. En alguna ocasión, cuando ha salido del pueblo, le han llamado violador y le han insultado por la calle”. Matías insiste que su ahijado sigue sin superar la situación porque dos años después de la denuncia no ha vuelto a tener pareja: "Tiene un miedo atroz a acercarse a cualquier mujer por lo que le pueda decir".
“Cada vez tiene menos clientela porque ya no es el mismo”, admite con preocupación Matías mientras se sube en el coche de la empresa de su sobrino y su hija. En los últimos días la vida social de José María López Pérez, de 26 años, se reduce a salir a correr o a disputar algún partido de pádel en las instalaciones de Oasis Sport. El resto del tiempo, el exconcurante de Gran Hermano lo pasa recluido en las instalaciones de Horticalia Mole, situadas en una finca agrícola a caballo entre Roldán y Balsicas. EL ESPAÑOL localiza la empresa y justo en ese momento llega José María en una Peugeot Partner, de color gris. Nada más bajarse y percatarse de la presencia del periodista acelera el paso para abrir la puerta de acceso, meter la furgoneta y echar el candado. ‘Tote’ sigue sin querer pronunciarse públicamente sobre la instrucción judicial que puede conducirle hasta el banquillo de los acusados.