Son poco más de las seis de la mañana en la pequeña localidad de Granadilla de Abona (Tenerife). En una de las viviendas de la calle El Saltadero, una mujer escucha una fuerte discusión entre su nieta y su pareja. Ella es Sara y tiene 26 años; él se llama Jaime y tiene 29. Ambos llevan poco más de un año saliendo y viven en casa de la abuela de la joven. Ante el aumento de los gritos, la mujer decide acercarse a la habitación de Sara y Jaime. Lleva un cuchillo en la mano; no sabe qué se va a encontrar. Cuando abre la puerta, Jaime le arrebata el arma y consigue agredir a Sara, quien había alertado ya de la situación a través del 016. Pero la Policía no llegó a tiempo. Ella cae al suelo. Está muerta.
"Era muy inteligente y un poco tímida; le encantaban los animales", afirma una excompañera de clase a EL ESPAÑOL. Sara estudió un Grado Superior de Administración y había sacado una plaza en un proyecto formativo del Centro de Excelencia de Desarrollo e Innovación que se lleva a cabo en su localidad. Aunque originarios de León, la familia llevaba tiempo viviendo en Granadilla. Él -colombiano- había llegado hacía poco tiempo a Tenerife después de estudiar una licenciatura.
El asesinato de Sara se ha producido este lunes, precisamente el día que se conmemora la lucha contra la violencia de género, que con ella ya acumula 52 asesinadas. Pero el caso de Sara no ha sido el único de la jornada sobre el que ha sobrevolado el machismo. También este lunes, en la localidad granadina de Guadahortuna ha comenzado el juicio contra un hombre que asesinó a tiros a su mujer, otro hombre ha fallecido en Valencia tras precipitarse de un balcón cuando intentaba entrar en casa de su expareja y la víctima de violencia de género Nadia Otmani ha protagonizado un encontronazo con Ortega Smith, secretario general de Vox.
Él vino en verano
El tranquilo pueblo de Granadilla de Abona, en Tenerife, ha amanecido envuelto en gritos y sirenas de los Servicios de Emergencias. Sara, una joven de 26 años, había sido asesinada por su novio en uno de los edificios de vecinos de la localidad. La joven, de orígenes leoneses, llevaba toda su vida viviendo en Granadilla y, desde hace un tiempo, residía junto a su abuela y su pareja Jaime. Él, natural de Medellín (Colombia), había estudiado idiomas en la Universidad Pontificia Bolivariana. Fue el único graduado con honores de su promoción entre los 86 alumnos.
En abril de este año, sus amigos dejaron de verle por Medellín. Era como si se le hubiera tragado la tierra. Al cabo de unos meses, dio señales de vida a través de su perfil de Facebook. Había dejado Colombia para mudarse hasta España; más concretamente, ahora residía Tenerife. Había conocido a una chica a través de un portal de citas y había recorrido los más de 6.600 kilómetros que separan el continente americano y europeo. Esa chica era Sara. Ella había estudiado un grado de Formación Profesional de Administración. Sus compañeras de clase la recuerdan con cariño. "Era una persona tímida, muy inteligente y buena", apunta a este diario una de ellas. A principios de este verano, decidió incorporarse a un proyecto formativo del Centro de Excelencia de Desarrollo e Innovación (CEDeI) perteneciente al Instituto Tecnológico de Energías Renovables.
La herida mortal
Cuando Jaime llegó a Tenerife se mudó junto a Sara. En su país, había tenido una novia con la que había pasado tres años de su vida. "Era súper detallista, de esos que llevan flores y chocolate y hacen mucho por ti", afirma una de sus amigas. Ninguno de ellos tiene una mala palabra ni una opinión distinta sobre el joven. "Jaime tenía muy buen humor", asegura otro amigo cercano. Pero parece ser que esa imagen apacible era muy diferente a la que mostraba realmente cuando estaba con su pareja.
La pasada madrugada del domingo al lunes, Jaime y Sara comenzaron a discutir a altas horas de la madrugada. La abuela de la joven, que dormía pared con pared, al oír los gritos decidió acudir a socorrer a su nieta. Para ello, cogió un cuchillo de la cocina. Cuando abrió la puerta, en un movimiento ágil, Jaime le arrebató el arma y se la clavó en el cuello a Sara. La joven ya se había puesto en contacto con el 016, el teléfono de atención a las víctimas por violencia de género. Cuando los Servicios de Emergencias llegaron al lugar de los hechos no pudieron hacer nada por salvar la vida de la chica. La herida había sido mortal. Fue la abuela quien avisó a la Policía y los agentes detuvieron a Jaime, que no se había movido del lugar de los hechos. Esta no sufrió ninguna herida.
No había denuncias previas
Como apuntan fuentes policiales, Sara no había denunciado a Jaime. Pero el de Sara no es un caso aislado; en estos crímenes machistas, la mayoría de las mujeres no habían interpuesto ninguna denuncia contra sus parejas o exparejas. Solamente una de cada cinco deciden dar el paso y avisar a la Policía del peligro que viven día a día. El asesinato de la joven se produce el mismo día que se celebra el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia de Género. Contando con Sara ya son 52 las mujeres asesinadas por sus parejas o exparejas en España. Una cifra mucho más significativa que la que encontramos el año pasado por estas fechas.
Nadia Otmani, protagonista
En el día de hoy, la familia de la mujer -supuestamente- asesinada a tiros por su marido en Guadahortuna (Granada) ha pedido justicia. En el juicio, que ha comenzado este lunes, el agresor se podrá enfrentar a 28 años de prisión por este hecho. La abogada de la familia de la víctima espera que el jurado los "escuche" y "valore las pruebas hay, que son muy contundentes". Como ha afirmado la letrada ha sido "un año muy duro" para la familia. Además, para ellos el acusado actuó "con planificación" y fue a buscarla "para quitarla de en medio".
También, otro hombre ha fallecido tras precipitarse de un balcón cuando intentaba entrar en casa de su exnovia. El joven, de 23 años y de origen argelino, estaba despechado después de que su pareja le dejara después de varios años de relación. Además, le había echado de casa y le había pedido que recogiera sus cosas.
En el día de hoy, también, Nadia Otmani ha protagonizado un encontronazo con Ortega Smith, secretario general de Vox. La mujer le ha increpado después de sus polémicas palabras durante el acto celebrado en el Ayuntamiento de Madrid por el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la mujer. "No tiene derecho. No se hace política con esto, respete a las víctimas", le ha gritado Nadia entre lágrimas. Ortega Smith apenas la ha mirado a la cara. "Un respeto por favor, llevo 20 años luchando contra la violencia de género, 20 años en silla de ruedas. No es verdad lo que ha dicho", ha continuado ella.
En 1997, Nadia se encontraba junto a su hermana y su sobrino en un portal de la localidad madrileña de Barajas. Hasta allí les buscó la pareja de su hermana, quien empuñando un arma amenazó a los tres. Nadie se puso entre ellos dos y obligó a la mujer a que saliera corriendo junto a su hijo. Desafortunadamente, recibió tres disparos; el primero, en la espalda y el segundo y el tercero en la cabeza. Ahora, está en silla de ruedas.
52 mujeres asesinadas
La primera víctima mortal del 2019 fue Rebeca Alexandra Cadete, una joven de 26 años que fue asesinada por su pareja en Laredo (Cantabria). Tomás fue detenido; no tenía antecedentes ni constaban denuncias previas de Rebeca contra él. La joven tenía un hijo de cinco años que había dejado hacía tres con su familia en su país de origen, República Dominicana. 9 días después, el 12 de enero, Leonor Muñoz fue apuñalada en su casa de Fuengirola (Málaga) por su expareja, un alemán de 50 años. Tampoco constaban denuncias. Además, el hijo de la víctima -de 16 años- lo vio todo y resultó herido leve.
Al día siguiente, Raúl Díaz denunció la desaparición de su mujer, Romina Celeste, en Costa Teguise (Lanzarote). Ese mismo día fue tenido tras confesar que la encontró muerta, se asustó y arrojó su cadáver al mar, en distintos puntos de la costa canaria. Tras esto, ingresó en prisión acusado de haber acabado con la vida de Romina y por maltratos habituales. Todavía el cadáver de la joven no ha sido recuperado. El 15 de enero, una mujer de 95 años murió tras pasar tres días ingresada en el hospital de León, al ser agredida por su marido, de la misma edad.
El 19 de enero, la abogada Rebeca Santamalia -de 47 años- fue hallada muerta en Zaragoza en la vivienda de su novio, José Salvador, quien estaba en libertad condicional. El hombre había cumplido 14 años de pena por haber matado a su mujer. Rebeca había sido su abogada y ahora mantenía una relación con él. El 26 de enero otra mujer fue asesinada a manos de su pareja, pero esta vez en Dos Hermanas (Sevilla). Cuatro días más tarde, Kelly perdió la vida en Reus (Tarragona). Tenía 17 años y estudiaba 4º de la ESO.
A principios de febrero, Rosa María Concepción Hernández falleció a causa de los golpes que le propinó su pareja -y sobrino- en Santa Cruz de Tenerife. Días más tarde, la Policía detuvo a Manuel Moreno en Alcalá de Henares después de hallar el cuerpo de una joven en un congelador. Ella era Daría y llevaba desaparecida cerca de año y medio. Después de Daria, llegó el asesinato de Sheyla, Estrella, Gloria, María Jesús, María, María Soledad, Nelea, María, Irene, Silvia, Juana, Lourdes, Lilium, Piedad, Manuela, Beatriz, Dana, Ana Lucía, Mónica, Piedad, Monika, María Asunción, María Elena, Susana, Mari Carmen, Rita, Eva, María Jesús, María Josefa, Nicole, María del Pilar, Dolores, Sandra, Ika, Silvia, Helena y Sara.
43 niños huérfanos
Las estadísticas oficiales revelan que un total de 52 mujeres han sido asesinadas en España, al menos 43 niños han quedado huérfanos y más de 5.000 menores se encuentran en una situación de vulnerabilidad. Desde que se comenzó a contabilizar las víctimas de violencia de género -en 2003- un total de 1.029 han sido asesinadas por sus parejas o exparejas. Aun así, quedan muchas mujeres fuera de este recuento; las asesinados que no mantuvieron una relación sentimental con su agresor, que sufrieron una agresión sexual o las que murieron en vida cuando sus parejas o exparejas asesinaron a sus hijos con el único objetivo de proporcionarles un dolor eterno.
Por ello, la violencia machista deja unas víctimas prácticamente invisibles; los hijos de estas mujeres asesinadas. Muchos de ellos además de sufrir la pérdida de su madre tienen que enfrentarse a una situación de desamparo. En el caso en el que los niños tienen por padre al asesino de su progenitora, se quedan totalmente indefensos. Desde las asociaciones que protegen los derechos de los menores buscan más protección y ayuda para esos niños. Además de un protocolo de actuación.
Los expertos en violencia de género apuntan que el primer paso es denunciar al maltratador. Sin embargo, de las 52 mujeres asesinadas solamente 40 habían presentado alguna denuncia. Las víctimas tardan una media de ocho años y ocho meses en denunciar a su agresor o en pedir ayuda desde que comienzan a sufrir malos tratos. Hasta junio de esta año se han registrado más de 80.800 denuncias. El teléfono de atención a las víctimas de violencia de género, el 016, hasta final de octubre recibió 51.273 llamadas. El 66.5% de las personas que llaman son las propias víctimas y un 27.5% son "familiares o personas allegadas".