Desde hace cuatro meses, no hay rastro de Sorin I. Z. Ciento veinte días en los que los Mossos D'Escuadra han intentado notificar a este kamikace, de 25 años y nacionalidad rumana, el escrito de acusación de la Fiscalía, que pide cuatro años de prisión por homicidio imprudente, para poder celebrar el juicio por la muerte de Marta Soria (27), a la que arrolló con su BMW cuando participaba en un rally ilegal por la N-240 en dirección Lérida hace tres años.
Su desaparición ha estancado el proceso judicial y los Mossos D'Escuadra dictaron una orden de busca y captura para el acusado el lunes pasado, 25 de noviembre, al sospecharse que haya podido fugarse para eludir su responsabilidad en esta muerte. Si bien, según sostienen Carlos Soria y Eli Capdevila, los padres de la víctima, a EL ESPAÑOL, Sorin I. Z. lleva huido más de un año y medio por distintos países de Europa.
"Cuando mató a nuestra hija, la prisión preventiva habría sido lo correcto; poco después del accidente abandonó el país y estuvo en Berlín, Austria, Italia y finalmente en Rumanía. Ahora tenemos que esperar a que la Europol o la Interpol lo detenga", critican Carlos y Eli. Una vez se produzca su detención, tendrán que pasar al menos 60 días para que comience el juicio.
Desde que su hija Marta murió, la lucha de esta familia no ha sido otra que conseguir que este "terrorista", en libertad desde el siniestro, cumpla la mayor condena posible por el asesinato de su hija. Por ello, frente a los cuatro años que ha pedido el fiscal para el acusado, Carlos y Eli, como acusación particular, han solicitado una pena de 15 años de cárcel por un delito de homicidio doloso. El mismo castigo que se solicitaría, por ejemplo, si el autor hubiese querido matarla en una pelea, una reyerta o en cualquier otro escenario que no fuese una carretera.
Es la opción "más justa" para estos padres, aunque no sea un delito de tráfico. "Esto no tiene otro nombre, no fue un accidente, la mataron. Tal y como está el Código Penal este criminal tendría muchas oportunidades; queremos que, al menos, cumpla la pena más alta", declaran.
Lo cierto es que las pruebas y los atestados de los Mossos D' Esquadra dejan claro que lo que pasó queda lejos de ser un accidente o una imprudencia.
Sin luces y a 140 km/h
Eran las 01.00 horas del 16 de octubre de 2016. El BMW, conducido por Sorin, acompañado de otras tres personas, y el Audi, pilotado por Emilia A.T. en compañía su marido, circulaban de manera temeraria desde Lérida por la N-240 en dirección al municipio de Borjas Blancas. Uno detrás del otro, sin las luces encendidas, a más de 140 kilómetros por hora —en un tramo a 90—, ambos vehículos se iban persiguiendo y adelantando, sin ver más allá que lo que la noche les permitía. Todos se conocían e iban al mismo destino.
Marta había pasado el día en Las Borjas, su pueblo natal, con su familia. Después de visitar a sus abuelos y cenar con su hermana mayor, unos amigos le dijeron que fuese a tomar algo a Lérida y se puso en camino. Al llegar al kilómetro 84, en una recta, se encontró con la muerte. Sorin, recuerden, sin luces encendidas y por tanto sin que fuese avistado por Marta, circulaba en sentido contrario invadiendo el carril de la joven, cuando realizaba un adelantamiento a su rival.
Ella reaccionó dando un volantazo, pero el BMW impactó de lleno contra su vehículo. En cuestión de segundos, el coche salió despedido de la carretera y cayó a un canal que discurre en paralelo a la N-240. Cuando llegaron los Mossos D'Escuadra y los equipos sanitarios ni el kamikace, ni ninguno de los otros implicados informó de la existencia del coche, que había desaparecido de la carretera y no se divisaba por ningún sitio.
Endurecimiento del Código Penal
Esa noche el cauce era mayor y el agua había arrastrado 150 metros lo que quedaba del vehículo de Marta hasta llegar a un tapón, debajo de un puente. Tardaron 40 minutos en encontrarla y todo gracias a los agentes que, con linternas, siguieron el rastro de las manchas de aceite en el suelo hasta dar con ella. Cuatro horas después, sobre las 05.00 horas, Eli y Carlos recibían la noticia que pondría del revés su vida para siempre.
Desde un principio, Eli y Carlos tuvieron claro que la muerte de su hija no podía ser una más en la lista de tragedias sobre el asfalto. Así que empezaron a movilizarse para conseguir penas más duras por los delitos relacionados con el tráfico en el Código Penal. Una lucha de la que recogieron algunos frutos en 2017 con el endurecimiento de la pena de prisión en el delito de omisión de socorro, que ha pasado de dos a cuatro años, y la del homicidio imprudente, de cuatro a nueve.
Una victoria para ellos, aunque algo amarga ahora que ha llegado la hora del juicio y todo se ha paralizado en el juzgado al desaparecer el conductor que mató a su hija pequeña Marta. "Esperemos que lo detengan pronto y cuando lo juzguen, lo condenen por homicidio doloso; hemos luchado mucho para que conseguirlo y hay muchas pruebas que lo demuestran, no fue imprudente ni un accidente", concluyen.