Teruel existe y tiene dos historias que sobresalen por encima de las demás: la leyenda de los amantes y una batalla decisiva de la guerra civil. En ambas ven paralelismos los turolenses con la situación que están viviendo ahora en el marco político nacional. Dos amantes (Pedro Sánchez y Tomás Guitarte) que se han acabado comprometiendo aunque les vaya la vida en ello. Y una batalla que ha dividido a la población y afecta al resto del país.
Cuenta la leyenda que en el siglo XIII había en Teruel dos jóvenes que se enamoraron: Isabel, una rica heredera, y Diego, un pobre que la cortejaba. Como el chico no tenía dinero para pedir su mano, le rogó a su amada que esperase cinco años para poder amasar fortuna. Diego se fue a hacer la guerra y regresó con capital suficiente, pero para entonces la chica ya se había casado con otro hombre, por exigencias de su padre. Diego se coló una noche en la habitación de Isabel y le pidió un beso. Ella se lo negó. Diego murió de pena en ese mismo instante. Ella, arrepentida, se plantó al día siguiente en el velatorio y besó el cadáver, falleciendo en el acto. El marido de Isabel fue el que propuso que enterrasen juntos a los enamorados. Un amor imposible que se refleja en la escultura en homenaje a ambos: dos cadáveres cuyas manos se buscan, pero no llegan a tocarse.
Esta es, muy resumida, la historia que envuelve el principal reclamo turístico de la olvidada ciudad de Teruel. La capital de provincia menos poblada de España, la que tiene más carencias y la que se ha colado en los últimos días en todos los medios de comunicación del país. Ahora está en la cresta de la ola, al menos a efectos informativos. El escaño obtenido por la asociación local de electores Teruel Existe será decisivo para la investidura. Lo han puesto a disposición de los socialistas. Como contrapartida, la provincia recibirá una serie de mejoras en sus infraestructuras.
La batalla
Es el sí de estos dos nuevos amantes de Teruel. Sánchez y Guitarte se han dado el sí quiero y han firmado un acuerdo. Parece que, después de 8 siglos, los amantes han conseguido tocarse las manos y ambos salen ganando: Teruel ganará mejoras en varios frentes y Sánchez podrá ser presidente. Pero la decisión de Guitarte ha provocado rechazo en un amplio sector de la población; algunos, incluso, votantes de la propia formación que se sienten engañados. “Si yo hubiera sabido que mi voto iba a acabar beneficiando a los independentistas, voto otra cosa”, confesaba Ramón, un turolense que pasea por la céntrica Plaza del Torico, a pocas horas de la investidura.
Son muchos, aunque no son mayoría. Son muchos en la ciudad que confiesan que “me da igual quién gobierne si va a darnos lo que le estamos pidiendo. Guitarte no ha hecho más que lo que prometió: que le daría su apoyo al que se comprometiese con nuestras peticiones”, relata el propietario de uno de los bares del centro de Teruel. Otros, directamente, celebran que la asociación local haya sido decisiva para conformar un gobierno de izquierdas: “Encantado de contribuir a que rabien los fachas”, resume riendo, como única declaración (y haciendo la V de la victoria con los dedos), Juan Carlos, un joven que vive en el centro de la ciudad y se presenta como votante de Podemos.
Pero enfadados también hay muchos. Teruel es una provincia en la que la derecha ha obtenido siempre buenos resultados. El Ayuntamiento, in ir más lejos, está gobernado por el Partido Popular. “Aquí hay mucha gente de derechas. Comerciantes sobre todo, que siempre han tenido bastante poder. De hecho, Teruel no tiene un centro comercial grande porque los pequeños comerciantes siempre se han opuesto y han conseguido evitarlo”, explican tres jóvenes, de Teruel y Zaragoza, que toman café en la terraza de un bar del Torico.
Sobre los negocios
“Estábamos contentos cuando acabaron las elecciones, pero lo de que se nos relacione con el gobierno que viene, con separatistas y proetarras, a mí personalmente me ha molestado mucho”, resume Ramón, que ataca directamente a Guitarte: “No es ni de aquí. O sea, es nacido en la provincia pero vive en Valencia. Se empadronó en Calamocha para poder meterse en la política de Teruel, supongo que porque en Valencia será más difícil hacer carrera, aunque dicen que allí los negocios no le van mal”, ataca.
Se refiere este turolense a los buenos números de la empresa Arquilab S.L., que es el gabinete de arquitectura de Tomás Guitarte, aunque ahora es propiedad de su esposa. Arquilab recibe 120.000 euros al año del gobierno valenciano por el alquiler de un local de 680 metros cuadrados donde están las oficinas provisionales de la Agencia Valenciana Antifraude. Dicho contrato fue firmado en 2018; un año fantástico para las finanzas de Guitarte, dado que en noviembre también le adjudicaron a Arquilab S.L. la dirección de obra del Hospital de Teruel, con un presupuesto de 289.256 euros. Ese mismo hospital que Guitarte ha ido a reivindicar a Madrid.
Sus detractores le critican a Guitarte “que haya hecho de la plataforma un asunto político. Él es de izquierdas, militó en la Chunta [Aragonesista], le va muy bien con las izquierdas en Valencia y le ha acabado dando el voto a los suyos”, se queja un comerciante que no quiere dar su nombre. Uno de sus clientes le contradice: “Precisamente lo que no ha hecho Guitarte es politizar Teruel. Él ha apoyado al que se ha comprometido con nuestras exigencias. Yo, si me traen el tren, que ahora no hay, nos ponen más autovía como nos trajeron hace 12 años precisamente los de la plataforma, y hacen el hospital, me da igual a quién le dé los votos; ya habrá conseguido más que cualquier gobierno de Teruel en todos estos años”.
Los bulos
Los turolenses se saben en el ojo del huracán y les molestan los bulos. Corre un vídeo por redes de una manifestación llena de banderas de España y gritos de “Guitarte traidor”. Aleix Vidal-Quadras tuiteó que Teruel entera había salido a la calle contra Guitarte. Pero en realidad el vídeo no es en Teruel, sino en Madrid. “Eso no es aquí, seguro. No creo que seamos tantos en toda la ciudad”, confirma un vecino del centro, que hace hincapié en que "la mayoría de los que somos de aquí estamos contentos. Los ataques vienen más desde fuera".
Bulos aparte, la única certeza que tienen es que Teruel está en el centro de todas las miradas y que esa fugaz popularidad llegará a su cénit en la sesión de investidura del 7 de enero, en la que Pedro Sánchez será nombrado presidente con el escaño de Guitarte y las abstenciones de ERC y EH Bildu. La decisión ha provocado un cisma entre turolenses, que revive de algún modo la batalla histórica de 1937 entre el bando nacional y el republicano y que resultó decisiva para el resultado final.
Para Guitarte no es una posición sencilla: de las presiones políticas (Abascal hizo un llamamiento para que los turolenses acampasen contra el diputado) han pasado directamente a las amenazas, como las que recibió en forma de pintadas el sábado en su pueblo natal, Cutanda. Sin embargo, ya ha confirmado que mantendrá su apoyo al PSOE y que es imposible que cambie de opinión. Le ha jurado amor a Sánchez, que le ha tendido la mano como los amantes de Teruel. Y esta vez sí, han llegado a tocarse.