María Concepción J.N. conoció a Manuel C.M. hace más de veinte años. Él había emigrado desde Caniles, en Granada, hasta Badalona. Ella, originaria de Guinea Ecuatorial, había llegado a la ciudad catalana junto a su hijo Rafa. "Era una persona muy cariñosa; hace unos días nevó y estaba muy ilusionada", apunta Encarni, una vecina de Caniles a EL ESPAÑOL. Allí, en esa pequeña localidad de Granada, se construyeron una casa. Durante el año, ambos ya jubilados, vivían una temporada en Cataluña y otra en Andalucía. Iban y venían. A sus 77 años, Manuel había perdido un poco de memoria y sufría varios episodios de depresión. "Iba toda las semanas al hospital, donde le medicaban", apunta la mujer.
Pero el pasado jueves, por la noche, todo se torció. Manuel asesinó a Mary -como la conocían en Caniles- asestándola varias puñaladas. Todo ocurrió en la casa que se habían construido, en la calle Ancha del Convento, en una bocacalle. Tras el crimen, el hombre acudió al hospital, donde afirmó que "no se encontraba bien" y confesó el asesinato.
Mary fue encontrada en la cocina de la vivienda en medio de un charco de sangre. No constaban denuncias previas por maltrato entre la pareja. El ayuntamiento ha declarado tres días de luto oficial y ha convocado un minuto de silencio a las puertas del consistorio. En el comunicado, que ha emitido la alcaldesa, ha trasladado su "total apoyo" a la familia. Se trata del segundo crimen machista en menos de 48 horas.
Su vida entre Badalona y Caniles
Caniles es un pequeño pueblo cercano al Parque Natural Sierra de Baza. Allí, sus poco más de 4.000 habitantes, se conocen entre ellos. Hace un par de días, el pueblo amaneció nevado. Un hecho que suele repetirse cada año cuando el frío azota las estrechas calles del pueblo. Para Mary, la nevada, ya era motivo de salir a disfrutar con sus vecinos. "Era una persona muy cercana", explica Encarni a EL ESPAÑOL.
Vivía en una pequeña casa que se había construido junto a su pareja, Manuel. Ambos se habían conocido a finales de los años 80 muy lejos de Caniles, en Badalona. Hasta allí había llegado ella para darle una vida mejor a su hijo Rafa. Y él había emigrado para encontrar un trabajo que le proporcionara más salidas. Finalmente, se empleó en una eléctrica de alta tensión.
Manuel se había jubilado hacia diez años y, a pesar de su tiempo libre, no se relacionaba mucho con los vecinos. Algunos días iba a cuidar a su hermano, que estaba ingresado en una residencia cercana a la localidad. Mientras tanto, la vida de Manuel y Mary discurría entre Badalona y Caniles.
En la ciudad catalana residían durante los seis primeros meses del año, solían pasar ahí la temporada del verano. Cuando el frío ya azotaba Barcelona, se trasladaban a Granada -donde el tiempo tampoco era mucho mejor-. A Manuel no le había sentado bien la vejez; perdía la memoria poco a poco y, además, sufría distintos episodios de depresión.
Todas las semanas acudía al hospital para medicarse; unas instrucciones que le había dado su psiquiatra. "Él era muy posesivo", explica Encarni. Estos últimos años no habían sido los mejores. "Se le olvidan las cosas y nos pedía ayuda para arreglar el coche o el teléfono móvil", añade la mujer. Tampoco se les veía discutir, o al menos delante de sus vecinos. Pero de puertas para dentro, en su casa de Caniles, todo era muy diferente.
El pasado miércoles, Manuel acuchilló a Mary en la cocina de su vivienda. Tras el crimen, se dirigió al hospital donde solía ir y confesó que había cometido el asesinato. Entre la pareja no constan denuncias previas por maltrato. El Ayuntamiento de Caniles ha decretado tres días de luto oficial. En un comunicado, han mostrado el absoluto rechazo de todo un pueblo que "ha sido ejemplo de respeto hacia la mujer y que siempre ha sido referente en la lucha por la igualdad". Además, han trasladado el total apoyo a la familia y a las personas cercanas a la víctima. También, han manifestado su repulsa hacia todos los actos de violencia de género.
Ninguna había denunciado
Mary se ha convertido en la quinta mujer asesinada por su pareja o expareja en lo que va de año. La noche del martes, Daniel acabó con la vida de Liliana, su mujer. Lo hizo delante de sus dos hijos menores en La Puebla de Almoradiel, en Toledo. Ambos se estaban separando. Ninguna de las cinco mujeres asesinadas en lo que va de año había denunciado. "No lo hacen porque no pueden; de la misma dependencia que sufren no se dan cuenta que están siendo maltratadas", explica María Rosario Gomis, psicóloga especialista en Emergencias en Valencia y Alicante. "Va subiendo el grado y cuando llegan a un punto de violencia extrema, no pueden denunciar ni hacer nada", apostilla.
Respecto al carácter de Manuel, más huraño, la psicóloga explica que los perfiles de los agresores son diversos. "Hay algunos que son más extrovertidos y otros más reservados", aclara. "Además, de puertas hacia fuera es una cosa y otra lo que sucede de puertas para adentro", concluye María Rosario Gomis.
María Concepción Jandro, de 73 años, es la quinta mujer asesinada por un hombre desde que ha comenzado el año. En España, en 2020, también han sido asesinadas Mónica, de 28 años; su hija Ciara, de tres; Olga, de 63; Judith, de 29 años y Liliana, de 43 años. La serie 'La vida de las víctimas' contabilizó 53 mujeres asesinadas en 2017, 47 en 2018 y 55 en 2019.