El MIR ha concluido. Y los 16.000 graduados en Medicina respiran, de momento, tranquilos hasta recibir los resultados de la prueba más importante de sus vidas. De su resultado depende el futuro profesional de cada nuevo médico. Luchaban por hacerse con una de las 7.512 plazas que ha ofertado el Ministerio de Sanidad. Pero este año ha habido una sorpresa inédita en el examen: por primera vez en la historia una de las 175 preguntas -puesta en la Versión I del test- iba sobre violencia de género. La cuestión reza así:
(Versión I) 152 ¿Cuál de las siguientes estrategias constituye una actuación de prevención primaria frente al maltrato contra las mujeres?:
1. Establecer un plan de protección y huida en mujeres víctimas de maltrato con hijos pequeños a su cargo.
2. Actividades educativas con mujeres embarazadas y sus parejas sobre relaciones de igualdad y corresponsabilidad en la crianza.
3. Realizar un protocolo de cribado rutinario en las mujeres que acuden a los servicios de urgencia hospitalarios por crisis de ansiedad.
4. Notificación precoz a la autoridad judicial ante cualquier sospecha de maltrato.
Si los aspirantes que tenían esta versión del examen contestaron la opción 2. Actividades educativas con mujeres embarazadas y sus parejas sobre relaciones de igualdad y corresponsabilidad en la crianza estuvieron en lo correcto. Y, por tanto, estarán más cerca de obtener una puntuación que les acerque al centro sanitario donde desean trabajar y a la especialidad con la que sueñan.
Las polémicas del MIR
Pero esta convocatoria de MIR, celebrada el pasado sábado, no ha estado exenta de polémica. Por ejemplo, en un principio los nuevos médicos no pudieron llevarse a casa la plantilla con las preguntas del test con el fin de comprobar si las acertaron o no. La academias no entendían las razón de esto. Por ello, según informó EL ESPAÑOL, el Ministerio de Sanidad reculó y terminó publicando las cuatro versiones -con sus resultados- durante la madrugada del sábado al domingo.
Y, además, los médicos que se examinaron destacaron el "desorden" de las 175 cuestiones, ya que nos estaban organizadas por bloques temáticos. Un hecho que despista a los examinados porque da saltos de un tema a otro. Ha sido la primera vez que ocurre algo así.
Por si no fuera poco, los previos cambios introducidos por Sanidad para la convocatoria de este año ha generado malestar entre los médicos. Los más importantes son: la reducción del número de preguntas -de 225 a 175- y quitar una hora para la elaboración del test -de cinco a cuatro horas-.
Tampoco ha gustado que la fecha del examen haya sido dos semanas antes respecto el año 2019. Son circunstancia que, a juicio de los expertos, este nuevo modelo podría perjudicar a muchos aspirantes. La causa principal: los estudiantes ya estaban realizando simulacros con las tradicionales 225 preguntas.