A la planta 22 del Hospital Militar Gómez Ulla no se puede acceder en ascensor, hay que subir a pie desde plantas inferiores. Una vez allí, hay una doble puerta vigilada por una cámara de seguridad y un telefonillo. Ningún civil puede pasar esa puerta, ni para fregar, pese a que el nivel de alerta es verde, el más bajo. Lo que sucede detrás de esas puertas es un misterio, pero ahí es donde estarán en cuarentena los españoles repatriados desde Wuhan (China) que presenten síntomas del coronavirus. Una veintena de personas llegará este viernes a Madrid desde la zona cero del virus en un avión fletado por el Reino Unido.
“Han sido días de mucho trabajo”, afirma el responsable de la planta. “Ha salido en un medio de comunicación que no estamos listos…”, comenta a EL ESPAÑOL encogiéndose de hombros. No está de acuerdo: todo está (o estará pronto) listo para recibir a las los españoles sospechosos de portar el nCoV, el agente patógeno originado en China que ya se ha cobrado al menos 170 vidas y ha infectado a más de 7.500 personas, según las cifras proporcionadas por el Gobierno de Xi Jinping.
Cuando lleguen los repatriados, pasarán a observación en la planta 17 del hospital. Si alguno presenta síntomas, se le aislará en la citada planta 22, la de cuarentena, según han explicado a EL ESPAÑOL fuentes cercanas a los médicos militares.
El ambiente es de secretismo absoluto en el Gómez Ulla. En la mañana de este jueves la dirección del centro ha reunido a todos los médicos para recalcar una vez más que no pueden hablar con la prensa. Toda la comunicación la hará el Ministerio de Sanidad y no el de Defensa. El blindaje informativo es tan férreo como la cuarentena del virus.
"Estas personas [los repatriados] podrían estar perfectamente en una casa rural en medio del monte. Van al Hospital Gómez Ulla por una cuestión de logística. Esto no tiene nada que ver con la unidad de aislamiento del centro hospitalario, sino que va a ser una cuarentena como la que se hace diariamente con muchos pacientes como, por ejemplo, con los casos de tuberculosis", ha declarado el director del Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias del Ministerio, Fernando Simón. Al mismo tiempo, en la isla canaria de La Gomera, hay tres alemanes en observación por posible contagio.
El Hospital Central de la Defensa
El Hospital Central de la Defensa Gómez Ulla está ubicado en el madrileño barrio de Carabanchel. Este enorme centro médico es muy similar a cualquier otro: hay un ir y venir de pacientes, enfermeros y médicos; hay tres cafeterías; y no se puede fumar ni en la terraza. Sin embargo, aquí todos los médicos tienen un rango en el ejército y su director es un general. Los subdirectores, en cambio, son coroneles.
Hay gente de uniforme, incluso alguno con camuflaje. El oficial al cargo de la planta 22 viste un mono blanco y parece un médico más. Pero en realidad es un oficial que ha conocido la guerra muy de cerca. Asegura estar listo para enfrentar esta amenaza, pero tiene prohibido decir más.
Este jueves ha partido el primer avión europeo en dirección a Wuhan. Se trata de un Airbus 380 de la compañía portuguesa Hi Fly, hará una primera escala en París, donde recogerá a un equipo de médicos y expertos en salud antes de seguir hasta Vietnam, última etapa de su ruta a Wuhan. La operación prevé que el avión regrese a la base lusa de Beja con unas 350 personas "de distintas nacionalidades".
El primer caso confirmado se dio en Wuhan el 8 de diciembre del año pasado. China compartió la secuencia genética del virus el 12 de enero con la OMS. Todos los países miembro de la Organización Mundial de la salud tienen la información para identificarlo y la secuencia genética es fácil de encontrar en internet. Pero esto no hace más fácil crear una vacuna que inmunice a los pacientes.
Los síntomas de este coronavirus concreto (hay muchos otros) son muy similares a la gripe común, otro virus que, en otras partes del mundo puede ser igual de mortífero que este nuevo. El índice de mortalidad del nCoV es muy bajo, no llega a un 3% de los pacientes (siempre que las cifras facilitadas por China sean fidedignas, algo que algunos expertos -como el doctor Cavadas- han cuestionado). Igual que en casi todas las enfermedades contagiosas, los más afectados son los niños y las personas mayores.
El encargado de velar por los españoles repatriados es un oficial del ejército y médico interno. No se le ve preocupado por la que se le viene encima. Todos los ojos apuntan ahora a este hospital y a su última planta, la impenetrable, pero cabe destacar que ningún europeo podrá subirse a un avión de vuelta si presenta síntomas evidentes de contagio.
¿Las cifras son reales?
El coronavirus va camino de superar las cifras de su antecesor, el virus SARS Co-V, que provocó cerca de 900 muertes y 8.400 contagios en el año 2003. La infección ha llegado a una decena de países. Está confirmada su presencia en cuatro continentes (de África no hay noticias).
La crisis sanitaria ya es global y la OMS se plantea decretar la Emergencia Internacional. En Italia, un gran barco español se encuentra inmovilizado por riesgo a que sus tripulantes porten el virus. Unos 6.000 pasajeros de un crucero de compañía Costa Crociere procedente de España se les ha impedido desembarcar este jueves en el puerto de Civitavecchia (Italia) hasta que se realicen los análisis a una crucerista originaria de Macao que presenta síntomas compatibles.
Su expansión se debe a varios factores. En primer lugar, que ha coincidido con el año nuevo chino, el momento en que más personas viajan en todo el planeta año tras año. En segundo lugar, al tiempo de incubación: según las autoridades chinas, puede tardar hasta cuatro días en presentar los primeros síntomas (tos, neumonía y alta fiebre). Por último, que en China, como en todo el hemisferio norte, es invierno y época de gripes.
Viendo que la expansión del virus estaba siendo rápida el Gobierno chino decretó una cuarentena sobre la ciudad de Wuhan y la construcción de un hospital al oeste de la ciudad en cuestión de días.
Mientras tanto, los cerca de 20 españoles que están encerrados en Wuhan, esperan ansiosos la llegada del avión que les traerá a casa o, más bien, a la planta 17 del Hospital Central de la Defensa, ubicado en el madrileño barrio de Carabanchel.