Lorena, la feminista asesinada por su exnovio legionario en Gijón: le rompía sus vestidos cortos
La vida de las víctimas (7): La mujer ya había comentado a sus allegado el carácter posesivo y violento de José, su expareja.
6 febrero, 2020 16:48Noticias relacionadas
Cuando Lorena se dio cuenta del verdadero carácter de José, un exlegionario, decidió separarse. Llevaban unos ocho años juntos cuando ella puso punto y final a su relación. Fue el pasado noviembre, cuando la joven tomó la decisión por los celos incontrolados de José.
Sus amigos aconsejaron a Lorena que denunciara; ella se negó. Sobre José ya pesaban tres denuncias -y dos años de cárcel- por malos tratos de tres mujeres diferentes. Desde ese momento, comenzó a acosar a Lorena por todas las redes sociales; le pedía que volviera con él. Pero ella se negaba y tuvo que bloquearle.
Pese a todo, Lorena intentaba seguir con su vida normal. Trabajaba limpiando portales en la empresa Brillastur y vivía sola en un pequeño piso en el barrio de La Calzada, en Gijón. Allí también residía José. El hombre había estado trabajando en varias sidrerías y era conocido entre los vecinos por su fuerte carácter. Fue el pasado sábado cuando se le perdió la pista a Lorena. Sus compañeros de trabajo dieron el aviso y varios familiares accedieron a su piso. Allí encontraron a Lorena, tendida sobre una cama, sin vida y con 20 puñaladas.
Tras dos días de búsqueda, los agentes consiguieron dar con el escondite de José. El hombre había alquilado una habitación, en una zona céntrica de Gijón. En un momento dado, cuando decidió salir de su guarida, se dirigió a la calle Príncipe. Quería tomar el aire. Allí entró al bar Castañón y pidió una cerveza. La dueña no le reconoció.
"Yo le vi como muy preocupado, desaliñado y me intentaba dar todo el rato la espalda", comenta Flor, la dueña del negocio, a EL ESPAÑOL. A la vuelta a su escondite, la Policía le estaba esperando. Le habían localizado y los vecinos le habían confirmado que era José quien se movía por la zona. Tras esto, fue detenido y ya ha pasado a disposición judicial.
No tuvo una vida fácil
Lorena no había tenido una vida fácil. Cuando era pequeña, su único hermano estuvo muy grave durante un largo tiempo. Le pegaron una paliza. El tiempo que Francisco estuvo hospitalizado, ella lo pasó muy mal y se apoyó en sus padres, quienes fallecieron hace un par de años debido a una grave enfermedad. Ahora, solo le quedaba el apoyo de su hermano y la pareja de este.
Ella se había instalado en un modesto piso en el barrio de La Calzada, en el centro de Gijón. Una zona humilde donde había estado viviendo desde que era niña. La mujer llevaba trabajando pocos meses en Brillastur. Allí se encargaba de la limpieza de varios portales de vecinos. Además, Lorena se había casado, pero el matrimonio ya se había separado. La mujer era firma defensora de los derechos de las mujeres y así lo reflejaba su perfil de Facebook, donde se podían leer consignas contra la violencia machista.
Hace poco más de ocho años, Lorena empezó una relación con José, un camarero que había formado parte de la Legión. Un hombre que, muchas personas de su entorno, lo describen como una persona "agresiva". Pero Lorena era todo lo contrario. "Era una persona reservada, pero muy buena nena", explica una vecina que cursó el colegio con ella. Pero en los últimos meses, la relación con José se había vuelto insostenible. El camarero tenía un carácter violento y sufría constantes ataques de celos.
José pasó dos años en prisión por haber maltratado a tres de sus exparejas. Lorena iba a verle todos los fines de semana; le había asegurado que apenas iban a ser nueve meses de condena. Pero allí pasó 24 meses. Y Lorena no faltó ni un día.
Los celos de José por su vestido negro
Como apunta El Comercio, la gota que colmó el vaso para José fue que Lorena saliera a tomar algo con un amigo, después de su ruptura. Alguien se lo contó. "Ella estaba preocupada; ese día la llamó constantemente", explica un conocido de la mujer al citado medio. Lorena dejó que su expareja viviera una temporada en la casa que ambos habían compartido durante casi una década. Aunque no pudo soportar ningún ataque de celos más.
La paciencia de Lorena aguantó hasta que un día, al volver del trabajo, encontró toda su ropa interior sobre la cama. Estaban cortadas con tijeras y totalmente destrozada. También, el vestido que se había puesto la noche anterior, "por ser demasiado corto", tal y como publica el diario asturiano. Tras expulsarle de su casa, Lorena le pidió el juego de llaves que él tenía. Y accedió. Aunque no se descarta que pudiera haber hecho alguna copia y haber esperado a la mujer en su casa la noche del sábado.
El pasado lunes, Lorena no acudió a su lugar de trabajo. Sus compañeros decidieron dar el aviso a sus familiares. Fue su hermano y dos amigos quienes lograron entrar en el piso de La Calzada. Encontraron su cuerpo sobre una de las camas. Alrededor de ella había un gran charco de sangre y ella presentaba varias heridas en el abdomen. Su Citröen C3 se encontraba frente a su edificio; estaba abierto. Algo inusual, ya que Lorena no solía dejar su vehículo en esa zona. Tras avisar a los servicios de emergencias, varias patrullas acudieron a su vivienda.
Ahora, los agentes están convencidos que Lorena murió desangrada tras recibir más de veinte puñaladas. Varios vecinos afirman que, durante la madrugada del sábado al domingo, oyeron una fuerte discusión. Tras cometer el asesinato, a José se le perdió la pista. Al descubrir el cuerpo, los agentes blindaron la ciudad e intentaron dar con él por todos los rincones. Al final, le pillaron en su escondite: había alquilado una habitación cerca de la playa.
Lorena se ha convertido en la octava mujer asesinada por su pareja o expareja en este 2020. El primer asesinato machista se produjo durante la noche de Reyes. El seis de enero, un hombre llamó a los servicios de emergencias afirmando que había acabado con la vida de Mónica, su pareja, y de su hija Ciara, de tres años. El último crimen por violencia de género se produjo el pasado 28 de enero en Sant Joan Despí (Barcelona). En la localidad catalana, el hombre asesinó a Rosa y trató de huir con varios de sus objetos de valor. Fue detenido en el Hospital de El Prat.
Al igual que las otras víctimas, Lorena tampoco había denunciado a su pareja por violencia de género. La delegada del Gobierno en Asturias, Delia Losa, ha explicado que el asesinato machista no era la única vía de investigación del caso. "De momento la investigación está abierta, hay una mujer asesinada y ahora mismo se está trabajando para dar con el culpable. El exnovio es una vía de investigación, pero no la única y ahora hay que esperar al trabajo de la Policía", precisó.
Lorena Dacuña, 41 años, es la octava mujer asesinada por un hombre desde que ha comenzado el año. En España, en 2020, también han sido asesinadas Mónica, de 28 años; su hija Ciara, de tres; Olga, de 63; Judit, de 29; Mary, de 73, Manuela de 79 años y Rosa, de 40. La serie 'La vida de las víctimas' contabilizó 53 mujeres asesinadas en 2017, 47 en 2018 y 55 en 2019.