El origen de la fortuna del rey emérito, cifrada en 1.800 millones de euros por The New York Times y en 1.700 por la revista económica Forbes, vuelve a generar dudas y sospechas tras la revelación hecha este el lunes por el periódico británico The Sunday Telegraph. El rotativo, en una noticia firmada por James Badcock, publicó que Álvaro de Orleans-Borbón, primo de Juan Carlos I, habría obtenido una comisión de 39 millones de libras (50 millones de euros) por la venta del Banco Zaragozano al Barclays Bank de Londres, en 2003. Dicha cantidad, cobrada en forma de comisión por su labor como intermediario en la operación, habría ido a parar a una cuenta en Suiza a la que tendría acceso el padre del actual monarca español.
La astronómica comisión se abonó pese a que en el momento de su compra el Banco Zaragozano gozaba de una delicada salud financiera. Los grandes beneficiados de aquella operación fueron dos íntimos amigos de Juan Carlos I, los primos Alberto Alcocer y Alberto Cortina, conocidos como los Albertos. Pertenecen al círculo de “amistades de cacería" del rey emérito. Ambos fueron presidentes y miembros del consejo de administración de la citada entidad bancaria española.
Según los nuevos documentos obtenidos por The Telegraph de Credit Suisse, Álvaro de Orleans-Borbón poseía un fondo para mantener la “comisión recibida en relación con la reunión de las partes interesadas" para la venta, información que no se menciona en la web de vigilancia de la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) pese a que Banco Zaragozano era una empresa que cotizaba en bolsa en el momento de ser absorbida por Barclays. EL ESPAÑOL explica quién es quién en aquella oscura operación.
‘Los Albertos’, amigos de caza
El 11 de junio de 2003, los principales accionistas del Banco Zaragozano, Alberto Cortina (74 años) y Alberto Alcocer (77), ingresaron 457 millones de euros al vender sus acciones de la entidad a Barclays, según el folleto informativo de la oferta pública de adquisición (opa) publicado por la CNMV aquel día.
Alberto Cortina percibió 230,44 millones de euros por el 20,16% del Zaragozano que poseía tanto directa como indirectamente. Alcocer cobró 226,34 millones por su 19,8%. Aquella operación tan rentable para los vendedores fue un gol de ambos primos, quienes en ese momento ya habían dejado la presidencia del banco aragonés tras el estallido del caso Urbanor, la constructora que levantó las torres KIO de Madrid, y del que lograron salir de rositas tras años de lucha en los juzgados.
Los Albertos vendieron a Barclays la entidad con sede en Zaragoza por un total de 1.100 millones de euros. 12 años después, en 2015, La Caixa le compró por 820 millones al banco londinense la sociedad que había adquirido a un precio desorbitado para su volumen de negocio de por aquel entonces -era el undécimo banco español con el 1% del mercado-.
En la actualidad, los dos primos poseen el control del 78% del Banco de Dakar, en Senegal, a través de su empresa BDK. También son dueños de Alcor Holding, una sociedad patrimonial dueña del 12,5% de ACS, la mayor constructora española.
Álvaro de Orleans, el "hombre de paja"
Álvaro Jaime de Orleans-Borbón (72) es el tercer vértice de un triángulo de actividades opacas que completan el rey Juan Carlos (82) y Corinna zu Sayn-Wittgenstein (56). Es primo lejano del monarca, una consanguinidad remota que no ha evitado que en la actualidad mantengan una relación personal íntima. Los lazos de sangre de los Orleans-Borbón con el rey emérito se remontan a Isabel II de Borbón, reina de España y antepasada común.
El aristócrata vive en Mónaco junto a su familia. Precisamente, comparte amistades, contactos y reuniones en la ciudad de la costa azul con Álvaro, su mujer y su hija son vecinos de la empresaria en Montecarlo, el barrio monegasco más rico de entre los ricos del Principado.
Aunque los primos se conocen desde la infancia, el rey emérito y Álvaro de Orleans acrecentaron su vínculo todavía más cuando Juan Carlos I mantenía una relación sentimental con la empresaria alemana. Ambos han viajado juntos en varias ocasiones a África para participar en safaris y cacerías juntos.
Ahora, tras la última revelación de The Telegraph, se sospecha que el primo del monarca sea su “hombre de paja”, como ya reconoció la propia Corinna, y actúe como testaferro.
Corinna, el nexo
La antigua amante del rey emérito apareció en las conversaciones que el excomisario José Manuel Villarejo grabó durante años a empresarios y políticos del país. En aquellas grabaciones, publicadas en exclusiva por EL ESPAÑOL en julio de 2018, la expareja sentimental de Juan Carlos I aseguraba a Villarejo que el monarca guardaba dinero en cuentas de Suiza y que no estaban a su nombre, sino que fueron colocados en depósitos controlados por uno de sus primos, Álvaro de Orleans.
En septiembre de 2019, dos representantes de la Fiscalía Anticorrupción española -un fiscal y el jefe de la unidad de Policía Judicial de ese órgano- interrogaron como testigo en Londres a Corinna en relación con sus afirmaciones de que empresarios españoles pagaron una comisión de 100 millones de euros por conseguir el contrato de construcción del tren de alta velocidad de La Meca (Arabia Saudí).
La empresaria alemana optó por descafeinar las manifestaciones que hizo al excomisario Villarejo en relación a este otro turbio asunto. Dijo, en descargo del monarca, que tenía un conocimiento “limitado" de esos hechos y siempre a través de terceras personas, dado que ella no intervino en modo alguno.
Caruana, clave en la venta
En 2003, el por entonces gobernador del Banco de España, Jaime Caruana, fue clave en la venta de Banco Zaragozano y el consiguiente ‘pelotazo’ de los Albertos. Pese a que los dos principales propietarios de la entidad acababan de ser condenados a tres años de prisión por el Tribunal Supremo en el caso Urbanor, Caruana autorizó la venta a Barclays en una decisión que tuvo que consultar con el equipo jurídico de la entidad.
En 2008, cinco años después, el Tribunal Constitucional anuló la condena del Supremo por delitos prescritos y se devolvió a los Albertos la indemnización que tuvieron que pagar. En el momento de la compra de Banco Zaragozano, el PP gobernaba España, José María Aznar presidía el país y Rodrigo Rato, actualmente en prisión por el caso de las tarjetas black de Bankia, era ministro de Economía.
El artículo 62 de la ley de disciplina e intervención bancaria establece que el ministro de Economía -a instancias del Banco de España- puede retirar los derechos de un accionista. Para ello deben existir "razones fundadas y acreditadas respecto de que la influencia ejercida por las personas que posean una participación significativa en una entidad de crédito pueda resultar en detrimento de la gestión sana y prudente" o bien "peligro de que se dañe gravemente la situación financiera".
Finalmente, la operación salió adelante, los Albertos vendieron Banco Zaragozano a Barclays y Álvaro de Orleans se llevó una comisión de 50 millones de euros a una cuenta a la que el rey emérito puede acceder.