Un millón de libras -unos 1,2 millones de euros-. Esa es la cantidad de la que disfrutaba Paras Shah, de 31 años, todos los meses desde su puesto como banquero en Citigroup. La empresa neuyorkina se hizo con sus servicios hace más de tres años y fue escalando en los puestos de poder. De hecho, hasta ahora, había ocupado el cargo de Jefe de Operaciones de bonos de alto rendimiento para Europa, Medio Oriente y África. Pero la compañía americana le cesó de sus funciones hace un par de meses.
¿La razón? Había estado robando bocadillos de la cafetería del personal. Paras trabajaba en la sede que el banco tiene en Canary Wharf, al este de Londres, y fue allí donde se dedicó a robar la comida del bar del banco. Fueron sus propios compañeros quienes se dieron cuenta de los actos que estaba llevando a cabo Paras. Ellos mismos instaron a la dirección a suspender a Shah, que se había convertido en uno de los operadores de crédito más importante de Europa.
Fue en 2017, cuando Paras fue contratado por Citigroup, después de haber pasado más de seis años en una multinacional británica dedicada a la banca, HSBC. En los últimos meses, Shah había estado ganando 1, 2 millones de libras, incluidas las bonificaciones. Supuestamente el hombre cogió varios alimentos de la cantina de la empresa, que se ha negado a hacer ninguna declaración al respecto. Se han limitado a despedir a Paras.
Los otros banqueros
El hombre se graduó en el año 2010 en Economía por la Universidad de Bath, una de las instituciones más reputadas de Reino Unido. El hombre acudió, también, a la escuela de primaria Latymer en Edmonton, al norte de Londres.
No es la primera vez que un banquero sufre un castigo de este tipo por "un mal comportamiento". En el año 2016, el banco Mizuho despidió a uno de los ejecutivos en Londres después de suspender al hombre robando una bicicleta. Y lo más curioso de todo, es que el precio de la misma ascendía a poco más de diez euros. Además, en 2014, a Jonathan Burrows, ejecutivo de Blackrock, se le prohibió tener un cargo de alto nivel en el sector financiero de Reino Unido. La decisión fue clara después de que este no pagara las tarifas de tren cuando viajaba.
"Las personas tienen que actuar de forma honesta e íntegra siempre y si no lo hacen, hay que tomar medidas", justificaron así su despido. Su comportamiento en el transporte público fue descubierto después de que ahorrara durante años una cantidad cercana a los 40.000 euros. ¿Cuál era la rutina que seguía Burrows? El hombre se bajaba en la parada de Cannon Street y pasaba su tarjeta de transporte -Oyster card-. Pero, en vez de pagar las 21 libras que le correspondía, la cantidad ascendía a apenas siete.
Jonathan afirmó ante la Corte que era consciente que estaba haciendo algo ilegal y no justificó su comportamiento. Lo cierto es que, al igual que le sucedió a Paras, son hechos difíciles de comprender. El sueldo de Jonathan ascendía a más de un millón de euros, por lo que aparentemente podía sufragar -con gran margen- sus gastos. Jonathan tuvo que indemnizar a la empresa encargada del transporte público con más de 42.000 euros; haber actuado fuera del marco de la ley le ha costado casi 20.000 euros más.
Jonathan no fue el primer trabajador que fue castigado por su empresa debido a su mala conducta, que no guardaba relación con su empleo. Anthony Verrier fue censurado por la alta corte británica después de ser juzgado por su actitud "deshonesta".
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