Por España. Siempre por España. En la boca de los diputados de Vox siempre está el nombre de la nación: ya sea para jurar sus cargos, para explicar sus motivaciones o, sencillamente, para dejar claro su filiación política.
Decía Plutarco en su serie de escritos titulados Vidas Paralelas que “un lance fútil, una palabra, algún juego aclara más las cosas sobre las disposiciones naturales de los hombres que las grandes batallas ganadas, donde pueden haber caído diez mil soldados”.
De momento, ninguno de los dos líderes parlamentarios del partido de extrema derecha en ambas Cámaras, Congreso y Senado, Santiago Abascal y Jacobo González-Robatto, han participado en el fragor bélico, pero gracias a la comparación de sus recorridos vitales se puede desprender un parecido brutal, casi hipnótico.
Una semejanza en la que únicamente el origen y la edad difieren. Por lo demás, podrían pasar por dos gotas de agua. Y quizás el último, incluso, le pueda eclipsar: tiene la espalda más ancha, también más dinero y, la guinda final, la mujer de Jacobo, influencer como la de Abascal, la supera en 880.000 seguidores.
Salto a la política
Percha de deportista, traje entallado, corbata con los colores corporativos. En la sesión solemne de apertura de las Cortes de hace tan sólo un par de semanas, Abascal y Robatto compartían asiento en la bancada. Y en los pasillos del Congreso se rumiaba un runrún constante: ¿quién era aquella versión juvenil del presidente de Vox, que se movía como pez en el agua y formaba parte del núcleo más duro de la formación?
Jacobo González-Robatto Perote, alias Coco (Madrid, 1987), era un desconocido en la arena política cuando cruzó por primera vez las puertas del Parlamento de Andalucía, en Sevilla, allá por las Navidades de 2018. Licenciado en Empresariales por CUNEF, una de las universidades privadas especializadas en finanzas en la capital madrileña, su relación con las instituciones públicas era inexistente.
Fichó como Secretario Económico del grupo parlamentario de Vox, que acababa de dar la sorpresa en las elecciones autonómicas del dos de diciembre: había conseguido doce asientos, el mayor hito de la formación política en su historia. Dentro de la reorganización que tuvo que sufrir el partido para adaptarse —con la preparación del pacto de investidura del primer Ejecutivo no socialista para el Gobierno andaluz, presidido por el popular Juanma Moreno—, los de Santiago Abascal requirieron el apoyo de diversos asesores para poder trabajar en la oposición.
“Jacobo llega al partido por Santiago”, relatan a EL ESPAÑOL fuentes del partido de derecha radical en Andalucía. “Se conocen desde hace muchos años”. La amistad entre ambos políticos es uno de los secretos mejor guardados en Vox. Se trata de proteger a Coco a toda costa: alrededor de quienes lo conocen se genera un silencio espeso, incómodo.
Las comunicaciones, cuando se pregunta de manera oficial al partido por Coco, son siempre las mismas: recitan un minicurrículum formal y aséptico:
Jacobo González-Robatto Perote, casado y padre de un hijo y otro en camino, nació en Madrid y es licenciado en Administración y Dirección de Empresas por el CUNEF y Full Time MBA por el IESE, promoción 2017. Inició su carrera profesional en la consultora KPMG hasta que comenzó el máster, que cuando acabó fue director financiero de una empresa de desarrollo turístico en Alicante hasta que el partido requirió su servicio siendo nombrado Secretario Financiero del Grupo Parlamentario en el Parlamento de Andalucía hasta la actualidad.
Ha desempeñado funciones de organización y coordinación en el Parlamento andaluz y es miembro de máxima confianza del partido.
Sagas familiares y mujeres influencers
Lo que no se suele mencionar es que Coco es el hijo del presidente del consejo de administración de Pescanova. De hecho, y hasta que el político no pegó el salto a Vox, el realmente famoso era su padre, con el que comparte nombre. No es hijo único: son, en total, cuatro hermanos.
Su padre, además de liderar en la actualidad el gigante Nueva Pescanova, también fue, entre 2000 y 2007, fue consejero delegado de Barclays España. Posteriormente, ocupó el cargo de presidente de Grupo Cortefiel. Después, de 2009 a 2013, ocupó el puesto de director general financiero en Banco Popular.
Así, Coco comenzó su recorrido profesional siguiendo la alargada sombra paterna hasta que decidió tomar su propio camino, como le sucedió a su mentor político. Santiago Abascal Escuza, progenitor del presidente de Vox, fue el que inició la saga política en su familia. Fue alcalde de su pueblo, Amurrio, y diputado provincial durante el franquismo. Era el alma del PP en su zona, el valle de Ayala, en Álava.
Santiago junior —como es evidente, también heredó el nombre de su padre— se crio al calor de la fuerza política del Partido Popular. Lideró Nuevas Generaciones en su comunidad, cursó sus estudios también en una prestigiosa universidad privada —Deusto, en esta ocasión—, formó parte del Parlamento vasco y, posteriormente, presidió uno de los chiringuitos que Vox tanto demoniza. En su caso, tuvo lugar en la Comunidad de Madrid bajo la tutela de Esperanza Aguirre. Finalmente, decidió romper con los populares y fundar su propio partido, más a la derecha que el PP.
La similitud va a más: tanto Coco como Santiago están casados con dos mujeres que se dedican a la comunicación. Son influencers, aunque trabajan en ligas distintas. Rocío Osorno, esposa de Robatto, es una de las chicas más seguidas en Instagram en nuestro país: cuenta con más de un millón de seguidores y trabaja con alguna de las marcas con mayor renombre.
Su nivel en este ámbito es similar al de Laura Escanes o María Pombo, dos pesos pesados del sector. También tiene su propia empresa de diseño de moda, con la que produce vestidos de novia e invitada y que ha vestido a celebrities patrias como la cantante Aitana.
Lidia Bedman, mujer de Abascal, también vive de la mencionada red social. La siguen más de 200.000 personas y sus apariciones son más modestas, con un aire más conservador, más familiar.
Ambas parejas siguen estrategias diferentes en redes: mientras que Coco gozó de una gran popularidad durante su etapa previa a la política debido a su relación con Osorno, quien comparte muchísimas imágenes de la familia, de su día a día y de sus quehaceres diarios con su marido como uno de los grandes protagonistas, Bedman apenas muestra a su cónyuge en redes, aunque no oculta su filiación política.
Algo que, en cambio, sí hace Osorno, que hace tan sólo unas horas, y tras conocerse que su marido ocupaba puestos de gran responsabilidad en la formación de extrema derecha, denunció públicamente el “acoso” al que estaba siendo sometida.
“Mi marido trabaja en el Senado. De todas formas, por suerte, en el siglo en el que estamos, las mujeres nos podemos permitir tener ideales y formas de pensar diferentes a las de nuestros maridos. Yo respeto el trabajo de mi marido, me guste o no, igual que él lleva años respetando el mío... En eso consiste el respeto entre parejas por el que tanto luchamos", argüía.
Declaración de bienes
González-Robatto se hizo fuerte como miembro del grupo parlamentario de Vox en Andalucía. Ahí, y tras trabajar un año, conquistó a la plana mayor del partido: Javier Ortega-Smith, Francisco Serrano, Iván Espinosa de los Monteros. Por eso, y cuando hubo que sustituir a uno de los senadores por cuota autonómica —Francisco José Alcaraz, expresidente de la Asociación de Víctimas del Terrorismo (AVT), que fue elegido como diputado al Congreso en las elecciones de noviembre—, rápidamente se pensó en él.
Adquirió la condición plena de senador a mediados de diciembre de 2019, hace un par de meses, y lo hizo mediante el acatamiento de la Constitución. Él, en su caso, y como no iba a ser de otra manera, juró hacerlo “Por España”.
La transparencia que se le exige a los cargos públicos en nuestro país ayudó a conocer cuál era la retribución que había percibido Jacobo González-Robatto por su trabajo en Vox como asesor financiero: presentó, en la declaración de bienes y rentas, haber recibido un sueldo de 27.779,25 euros.
No es la única cifra llamativa: Coco afirmó poseer más de 150.000 euros en líquido en sus cuentas corrientes; tener un 33% del capital social de una empresa llamada Zhoes by Zattanco SL por valor de 15.000 euros y una participación en una SICAV —un instrumento financiero que permite invertir dinero y diferir el pago anual de impuestos— de 29.129,62 euros. El senador por Andalucía también le debe al banco: en 2019 firmó la hipoteca de su vivienda habitual en Sevilla, que se le concedió por valor de 296.000 euros, al 50% con su mujer.
Pasión por el rugby
Si con Santiago Abascal le une, además, la pasión por el motor —especialmente, las motos de gran cilindrada, que ambos poseen, o los vehículos tipo Jeep—, a Coco le ayudó mucho en la integración en la cúpula de su partido su experiencia y amor por la práctica de rugby. “Llegó a jugar en la División de Honor”, presumen sus compañeros de filas en conversación con este periódico.
Así, ha entrado por la puerta grande en lo que ellos mismos llaman el equipo de rugby de Vox. Miembros destacados son Iván Espinosa de los Monteros, Rafa Lomana o Víctor Sánchez del Real, entre otros. Pero son muchos más. “Casi doce”, guiñan.
No practican en la actualidad este deporte, sino que se reúnen para ver los partidos tras haber sido jugadores. El último que compartieron fue el España-Georgia del Europeo de rugby. El propio Espinosa de los Monteros aduce, siempre que se le pregunta, que para él esta práctica es similar a la política: “En el rugby, como en el servicio público, como en la vida, se está al servicio de la causa, haciendo lo que se puede con los talentos y carencias de cada uno”.
Con Teruel Existe o los socialistas gomeros
Pero quizás el gran foco del que está disfrutando la nueva estrella de Vox pueda apagarse pronto. Jacobo González-Robatto es el portavoz en la actualidad del grupo mixto en el Senado, en el que se integran los tres parlamentarios que Vox tiene en la Cámara Alta.
Allí conviven con otros senadores de Navarra Suma, de la Agrupación Socialista de la Gomera o de Teruel Existe. Miembros del grupo mixto, consultados por este diario, aducen que la relación de González-Robatto es “cordial, de respeto. Una convivencia lo más amable posible”.
Dentro de la dinámica parlamentaria, en el grupo mixto se reparten de manera rotatoria la portavocía que, temporalmente, está ostentando Coco. Tienen asignado que cada uno de los senadores que componen el grupo ejerce ese papel por meses. Uno parlamentario en enero, otro en febrero, otro en marzo… Pero, en el caso de Vox, es Jacobo el único portavoz en los tres meses que les correspondería a su partido.
“Jacobo era el que estaba coordinando o dirigiendo. Vino con la idea de que iba a ser él el portavoz, el dinamizador. Que él iba a marcar la línea del partido”, relatan. González-Robatto sigue fuerte, emergente, escalando en el partido de manera constante. Él mismo lo admitió, en una entrevista concedida a La Razón, jugando con su paralelismo físico con su jefe: “No soy Santiago, pero casi”.