Manuel Alonso, el exmarido de la malagueña Lucía Garrido, una joven de 35 años asesinada en la piscina de una finca con un golpe en la cabeza, los pendientes arrancados, ahogada y con una puñalada en el cuello, ha vuelto a ser condenado. En esta ocasión, por un delito de alzamiento de bienes.
Así lo ha considerado probado el Juzgado de lo Penal número 3 de Málaga, según la sentencia dictada. El juez arguye que el exmarido de Garrido, cuyo asesinato sigue sin culpables a pesar de verse envuelta en las llamadas Cloacas de la Guardia Civil en la provincia costasoleña -porque el juicio ha de repetirse- , unto con su actual esposa, simularon la venta de una finca para evitar pagar unas deudas.
Concretamente, las referentes a la serie de impagos de la pensión alimenticia de la hija de Alonso y Garrido, a la que debe pasarle mensualmente 400 euros. La sentencia, que ha avanzado el diario Málaga Hoy, recoge que Alonso y su mujer fingieron la venta de un terreno para poder declararse insolventes y no tener que abonar el dinero de la pensión.
Un "negocio ficticio"
El texto judicial insiste en que la operación fue "simulada por cuanto el precio nunca llegó a abonarse". "Nos encontramos ante un negocio ficticio para situarse en una situación de insolvencia que impediría que su hija, a través de Rosa Garrido, hermana de la fallecida –que ostentaba la guardia y custodia– viera satisfecha la deuda por la pensión".
La decisión del Juzgado va apoyada en un informe de la Guardia Civil, que detalla que en la venta de la finca "no existe rastro bancario alguno" y ninguno de los involucrados "puede justificar el abono de un sólo céntimo". También resalta que todos los acusados ofrecen "versiones contradictorias".