Manuel Madrid Saavedra, director del centro de menores almeriense en el que Iliass Tahiri falleció la tarde del 1 de junio de 2019, ha dimitido de su cargo. Lo hizo el pasado 5 de junio, según confirmó este martes EL ESPAÑOL y adelantó un día antes el medio local La Comarca.
Madrid Saavedra trasladó su decisión elevando una nota interna a Enrique Tuñón, vicepresidente de la Asociación sin ánimo de lucro para la Gestión de la Integración Social (Ginso), responsable del centro Tierras de Oria de Almería.
Allí falleció el joven, de 18 años, 90 kilos de peso y 178 centímetros de altura. Iliass Tahiri, de origen marroquí, era un chico conflictivo que ya había pasado por otros centros de menores de Cádiz y de Córdoba.
"Mi dimisión y cese en mi puesto de trabajo por motivos personales, familiares y por agotamiento físico y psicológico y para salvaguardar el trabajo y buena imagen de mi centro, de los trabajadores y de mi asociación”, decía Manuel Saavedra en la misiva enviada a su superior.
Las cámaras del centro registraron los 13 minutos en los que la víctima fue reducida -en un momento dado llegaron a emplearse hasta seis personas- y los posteriores intentos por reanimarla. En ningún momento se observa resistencia por parte del joven.
El caso, aunque guarda notables diferencias, recuerda al de George Floyd, el hombre de piel negra muerto en Minneapolis a manos de un policía que le puso la rodilla sobre su cuello durante ocho minutos y 46 segundos.
El juzgado único de Purchena (Almería) investigó los hechos del centro Tierras de Oria. En un principio declaró la causa secreta. A finales de enero de 2020 la jueza Teresa Inés Sánchez firmó el auto de archivo de la causa tras considerar que se trató de una “muerte violenta accidental”.
En las imágenes se observa cómo un empleado del centro y cinco guardias de seguridad introducen a Iliass Tahiri en una habitación con una cama, una mesa de escritorio y una silla de oficina.
El joven se encuentra esposado por la espalda. Lo tumban boca abajo sobre la colcha de la cama, con la cara cerca de la almohada, y lo atan de pies, manos y torso.
Uno de los guardias de seguridad, el más próximo al cabezal de la cama, coloca una pierna en la parte alta de la espalda del joven, cerca de su cuello. Mantiene esa posición durante la práctica totalidad de la grabación.
Poco a poco, tras aplicar sobre el joven el protocolo "de contención mecánica”, los guardias se van retirando uno a uno. Es cuando se percatan de que el chico no tiene pulso. El tutor de Ilias Tahiri llama a la doctora, que se presenta en la habitación. Comienzan a efectuar sobre él tareas de reanimación, aunque sin éxito.
Arritmia cardíaca
El forense Juan Luis Sánchez Blanque realizó la autopsia del cádaver. Dictaminó como causa de la muerte un fracaso cardiorrespiratorio que derivó en una arritmia cardíaca. La jueza decidió dar carpetazo al caso.
La familia del joven reside en la provincia de Cádiz. A través de su letrado, Carlos Rolin, presentó un recurso al archivo de la causa ante la Audiencia provincial de Almería, que todavía no se ha pronunciado. Ginso acumula denuncias en los últimos años por el trato recibido por sus internos.
EL ESPAÑOL se puso en contacto este martes con el letrado Carlos Rolin, quien mantiene que los hechos pudieran ser constitutivos de un homicidio. En cambio, el abogado de la familia del joven fallecido desliga la dimisión del director del centro Tierras de Oria del fallecimiento de Iliass Tahiri.
"No creemos que sea la razón de su salida. Aunque estamos pendientes de la respuesta a nuestro recurso, con el archivo de la causa se le vino a dar la razón [al director] de que aquel protocolo era el adecuado, aunque nosotros sigamos sosteniendo que no", dijo Carlos Rolin.
"Correcta aplicación"
Desde Ginso sostienen que "tras la investigación practicada por el Juzgado (...) quedó patente la necesidad y correcta aplicación de las medidas de contención por parte de los empleados, quienes cumplieron de manera escrupulosa con el protocolo en materia de contenciones"
La citada asociación sin ánimo de lucro explica que la aplicación de dicha medida "es excepcional" y que sólo se recurre a ella "tras haber agotado todos los recursos socioeducativos y terapéuticos, realizando la mínima fuerza imprescindible necesaria por parte de 6 personas, una por cada extremidad y otra que inmovilice cada una de ellas".
Ginso, a través de una nota remitida a este periódico, asegura que, antes de la muerte del joven marroquí, "jamás ha sido investigada en ningún procedimiento penal".