Unos vecinos del residencial 'Villas del Conde', en Burgos, estaban firmando las escrituras de sus viviendas cuando estas fueron okupadas. Ahora, gracias al ruido generado en la ciudad en torno a los inmuebles, han conseguido que los okupas huyan y se vayan de sus casas.
Los tres adosados okupados en la calle La Galatea, en Villímar, son ya de los compradores, que habían empezado a instalar las cocinas y se iban a trasladar próximamente a vivir. Pero antes de que hiciesen la mudanza, se encontraron con la desagradable sorpresa de que una serie de personas habían entrado en sus viviendas por la fuerza y estaban viviendo allí de prestado.
En el barrio, estos últimos días, los vecinos han estado intranquilos y han organizado manifestaciones para propiciar que los okupas se marcharan lo antes posible. Al final, lo han conseguido y durante los próximos días los compradores terminarán el proceso de escrituración. La inmobiliaria, por su parte, ha cambiado los bombines de las cerraduras y ha cerrado todas las persianas para que nadie pueda ver que las viviendas están vacías.
A pesar de que la pesadilla, en este caso, ha acabado felizmente, el grupo Vox Burgos ha querido apoyar a las familias pidiendo que el Ayuntamiento dé seguridad legal a todos los compradores y ponga a disposición de ellos todo el asesoramiento posible para preservar el derecho a la propiedad privada.
Asimismo, Vox pide a las administraciones que faciliten el desalojo con mayor celeridad y que se penalice la usurpación de bienes de otros.