La Audiencia Provincial de León ha declarado culpable de los delitos de simulación de delito y de detenciones ilegales a la mujer que acusó a su expareja de secuestro y de rociar con pegamento su vagina.
La acusada, Vanesa Gesto, ha sido condenada a 10 años de prisión y a indemizar con 25.000 euros a su expareja, Iván Rico, tras confirmar que simuló una agresión sexual al echarse pegamento en la vagina para después acusarlo.
En la sentencia facilitada por el Tribunal Superior de Justicia de Castilla y León (TSJCyL) y recogida por Europa Press, se recogen la mayor parte de las peticiones de la fiscalía, que había solicitado una pena de 11 años y ocho meses de cárcel por la simulación.
Los hechos se remontan a octubre de 2016, cuando la ahora condenada denunció haber sido secuestrada de su casa de Fabero por su expareja y dos cómplices más para ser maltratada y vejada y después abandonada semidesnuda en Bembibre.
Enviada a prisión su expareja, el juzgado logró que reconociese la simulación del secuestro y su cómplice confesó posteriormente que había ayudado a simular su secuestro, lo que provocó su detención que ha concluido ahora con su condena.
Cómo tejió una falsa agresión
Vanesa tejió una falsa agresión con la colaboración de una tercera persona que reconoció los hechos. Por ello el Juzgado de Primera Instancia e Instrucción 5 de Ponferrada, competente en materia de Violencia de Género, tras detenerlo, puso en libertad de Iván R. G.
Se trata de la ex pareja de la mujer, quien había permanecido en prisión como presunto autor de los delitos de detención ilegal y quebrantamiento de condena derivado de la violencia sobre la mujer, según el Tribunal Superior de Justicia de Castilla y León.
Pruebas
En ese momento, el Juzgado pidió la detención de la mujer por los delitos de denuncia falsa y simulación de delito. El Juzgado lo hizo con pruebas de que los elementos utilizados para simular el secuestro fueron comprados por ella.
Ella puso la denuncia el 18 de octubre en el cuartel de la Guardia Civil de Bembibre (León). En ella denunciaba contra su expareja por un presunto secuestro y por arrojarle pegamento en su vagina.
Según relató la mujer, cuando se disponía a salir de su casa a las 23.00 horas del pasado 18 de octubre, dos personas se abalanzaron sobre ella y le metieron en un coche y aunque pudo reconocer a su expareja no pudo aportar datos de la otra persona.
Asimismo, según relató la abogada de la mujer, la víctima estuvo maniatada y desnuda y le taparon los ojos con una media, tras lo que fue sometida a abusos y vejaciones. Varias horas después fue abandonada cerca de una casa, siempre según la versión que aportó en ese momento y que ahora los investigadores creen que fue una invención.
Tras su detención, la abogada Emilia Esteban abandonó su defensa al sentirse "engañada". Según comentó a los periodistas, Estaban estaba "impactada" por lo ocurrido. Y lo mismo le ocurrió a este periódico, que llegó a quedar con ella.
Ahora, se ha demostrado que disimuló el delito y ha sido condenada por ello.