Para un partido como Vox que abraza postulados liberales, como la pulcritud en las administraciones a la hora de rendir cuentas, es bastante llamativo que el líder de la ultraderecha española Santiago Abascal se haya decantado por un hombre del perfil de Rodrigo Alonso Fernández para situarlo al frente del sindicato Solidaridad. Este nuevo Cid del sindicalismo en España atesora un accidentado pasado en la gestión del dinero público: durante dos legislaturas consecutivas estuvo al frente de la Concejalía de Hacienda del Ayuntamiento de Antas (Almería) y la deuda viva de las arcas municipales se disparó un 161%. En concreto, pasó de 769.000 euros -en 2007- a 2.013.000 euros -en 2015-, según datos extraídos para EL ESPAÑOL por Técnicos del Ministerio de Hacienda (Gestha).
Ese dato no es baladí si se tiene en cuenta que este pueblo del este de la provincia de Almería tiene 3.185 vecinos y tras la salida de Rodrigo Alonso del área de Hacienda la deuda per cápita se triplicó: cada antuso pasó de deber 241 euros a 632 euros. De hecho, en la siguiente legislatura entró en vigor un Plan Económico Financiero que incluía para los ejercicios 2016 y 2017, entre otras medidas, una subida de impuestos que afectó a todos los vecinos: el IBI, el ICIO, la tasa de vehículos de tracción mecánica... “El déficit que se generó era como todo el PIB de Antas”, reflexiona un antiguo miembro de la oposición socialista, que pide anonimato porque ahora está alejado de la primera línea política.
El nuevo secretario general del sindicato Solidaridad es licenciado en Administración y Dirección de Empresas por la Universidad de Granada y llegó al Consistorio antense con el PP: el primer partido del que fue militante. Rodrigo Alonso (25 de marzo de 1980, Antas) tenía galones en el equipo de Gobierno popular porque fue concejal de Hacienda y Deportes en los mandatos 2007-2011 y 2011-2015. Durante los primeros años alternó su labor de edil con su empleo en una empresa especializada en instalaciones eléctricas y, a pesar de ello, en la Junta de Gobierno de la que él formaba parte se le asignaban trabajos a la mencionada compañía donde seguía contratado Alonso.
[Derecho de rectificación de Alonso Rodrigo, líder del Sindicato Solidaridad]
El mayor escándalo como concejal de Hacienda llegó durante su primera legislatura. Así lo apunta otro antiguo edil de la oposición socialista: “Durante dos años, no se pagó la Seguridad Social de la plantilla municipal que estaba compuesta por más de 30 trabajadores”. Todas las fuerzas sindicales de este país defienden el sistema de pensiones cuya viabilidad tiene uno de sus pilares en las cotizaciones de los trabajadores, sin embargo, el área de Hacienda que por aquel entonces regentó el actual secretario del sindicato Solidaridad, Rodrigo Alonso, permitió que se generase una deuda de 500.000 euros con la Tesorería de la Seguridad Social.
El currículum de Rodrigo Alonso atesora una llamativa cara b por la que este diario estaba interesado en preguntarle, junto a otras cuestiones como sus objetivos sindicales, el mercado de trabajo o la legislación laboral española, pero la petición de entrevista fue declinada por el área de prensa de Solidaridad: “Discúlpanos, pero nos va a ser imposible darte la entrevista porque Rodrigo está hasta arriba”. Y hasta arriba precisamente acabaron de Alonso en el PP porque pasó de ocupar el número dos de la lista popular para las elecciones municipales de 2011 a ser suplente en los comicios de 2015.
¿Dónde acabó el dinero de la piscina?
“No siguió en el Partido Popular por su mala gestión económica”, aseguran vecinos y exediles consultados por este diario. Tal afirmación la apoyan en situaciones insólitas que se vivieron durante la gestión de Alonso de las concejalías de Deportes y Hacienda y que en la actualidad chocarían con el argumentario de Vox. “La Junta de Andalucía le concedió una subvención de 175.108 euros para construir una piscina municipal en Antas, pero el dinero se destinó a otra cosa y la Agencia Tributaria le acabó reclamando la ayuda al Ayuntamiento”. Este hecho sería inadmisble en el partido de ultraderecha que el pasado abril presentó una Proposición No de Ley sobre los requisitos para la concesión de subvenciones públicas, con el objetivo de someter las ayudas a una revisión continua.
El entonces concejal de Hacienda también vulneró la Ley Orgánica de Estabilidad Presupuestaria y Sostenibilidad Financiera: el Ayuntamiento incumplió la regla de gasto en 278.075 euros en 2015, el primer año en el que envió información al Ministerio de Hacienda, según Gestha. Además, el nombre del Consistorio antuso apareció en un informe del Tribunal de Cuentas de 2015 sobre entidades locales que presentaban incumplimientos reiterados en la obligación de aportar datos de su contabilidad. En las filas populares de Antas aseguran que la salida de Rodrigo Alonso del partido no fue un castigo por su gestión económica: “Estuvo ocho años como concejal del PP y luego se fue porque él siempre dijo que solo iba a estar ocho años en ese cargo”.
El caso es que en 2015 pasó de gestionar las arcas municipales de un ayuntamiento a supervisar su contabilidad como autónomo en el sector de las comunicaciones: Soluciones Digitales Alonso Ebbens. Tiempo después alquiló un local comercial en la calle Triana de Antas que pronto fue rebautizado por los lugareños de este pueblo donde los terrenos áridos se entremezclan con varios yacimientos prehistóricos y zonas con frutales, cítricos y hortalizas. “La gente conocía su negocio como ‘la tienda de Rodrigo’: le iba bien porque era la única que había en el pueblo para contratar líneas con compañías de teléfono, comprar móviles, accesorios...”.
El nieto de El Molinero no se conformaba con regentar un comercio donde a diario daba rienda suelta a su verborrea con la que es capaz de venderle hielo a los esquimales: “Rodrigo tiene don de gentes y cae bien porque es un parlanchín”. Tan solo tardó un par de años en comenzar a buscar un nuevo partido para reengancharse a la política: empezó tanteando a Ciudadanos y acabó aterrizando en Vox. “Cuando Rodrigo llegó, Vox todavía no tenía una estructura orgánica en Almería”, apunta una militante del partido de ultraderecha que conoce al secretario general del sindicato Solidaridad.
En Vox se presentó como empresario de las telecomunicaciones y el marketing digital, a pesar de que Soluciones Digitales Alonso Ebbens figura dada de alta como un comercio al por menor de aparatos electrodomésticos. “Lo que Rodrigo fue haciendo en el partido fue ir quitándose a gente de en medio para ir prosperando”. Prueba de ello es que en las elecciones autonómicas de 2018 se convirtió en uno de los 12 diputados que Vox obtuvo en el Parlamento de Andalucía.
La tía de Abascal
“Cuando se constituyó el grupo parlamentario pusieron como coordinadora a Begoña Conde, la tía de Santiago Abascal, y Rodrigo se pegó a ella para ir ganando peso en el partido y logró que le pusiera como secretario del grupo parlamentario”, cuenta esta confidente. “Todo lo que tiene es por el amiguismo con la tía de Abascal”, corroboran otros dos militantes del partido de ultraderecha. Esta afirmación se repite en el grupo de detractores que Rodrigo Alonso tiene entre los 650 afiliados almerienses que tiene la formación. Pero más allá de las teorías internas que circulen en el seno de algunos militantes, el dato objetivo es que este vecino de Antas no ha parado de ascender en el partido ultraderechista. Primero fue nombrado portavoz adjunto en el Parlamento de Andalucía, después se le designó presidente de la gestora que dirige Vox en Almería -uno de los bastiones andaluces del partido de Abascal- y ahora le han presentado como secretario general de Solidaridad.
De manera que la semana laboral se la divide en viajes a Sevilla como parlamentario y a Almería como macho alfa de Vox. Tanta carretera no ha impedido que siga conservando el dúplex de Antas en el que convive con su esposa y sus dos hijos. A Rodrigo Alonso, de brazo ancho como Abascal y también aficionado a practicar boxeo, le ha tocado esquivar algún gancho dialéctico desde que esta semana fue presentado al frente de Solidaridad. Prueba de ello son las acusaciones de tres almerienses, dos de ellos militantes de Vox, que aseguran que Alonso se ha situado al frente del sindicato del partido tras apropiarse supuestamente de una asociación que ellos le presentaron previamente y cuya acta fundacional data del 7 de enero de 2020: el sindicato Trabajadores de España (TRAES).
“Nosotros solo queríamos romper el sistema sindical que hay en España, teníamos un borrador y en septiembre de 2019 le propusimos el proyecto a Rodrigo Alonso durante una reunión de trabajo”, narra a EL ESPAÑOL uno de los creadores del sindicato Trabajadores de España (TRAES). Estos almerienses recurrieron al diputado andaluz de Vox para que trasladase esta idea a la sede central del partido en Madrid para captar a trabajadores y autónomos descontentos con las fuerzas sindicales actuales. “En diciembre de 2019 volvimos a hablar del tema y en mayo de 2020, Rodrigo nos pidió el borrador de TRAES”. El relato lo apoya en varias capturas de conversaciones de Whatsapp y correos electrónicos enviados al parlamentario almeriense del partido de Abascal que aporta a este diario.
Demanda por plagio
“Es posible que pueda tener un impulso ese asunto. ¿Me podrías enviar de nuevo el dossier?”, es lo que le pregunta por Whatsapp Rodrigo Alonso a uno de estos militantes. La respuesta es afirmativa y al diputado andaluz de Vox le envían un correo el 11 de mayo de 2020: “Hola Rodrigo, te adjunto la documentación presentada más la presentación en PPT. Cruzaremos los dedos. Un abrazo".
En la mencionada presentación de TRAES proponen un sindicato con iniciativas similares a las que Solidaridad ha ido desgranando desde que Santiago Asbacal anunció que Vox contaría con una fuerza sindical propia el pasado 4 de julio. Como botón de muestra proponer una ley de Huelga para que se exija el voto mayoritario de los trabajadores del sector para la convocatoria de un parón laboral o la posibilidad de que los trabajadores pacten contratos laborales individuales con sus empleadores, al margen de los convenios colectivos.
Estos almerienses se sienten estafados por el tiempo invertido en el diseño de los estatutos y objetivos de TRAES. “Nuestro sindicato se llama Trabajadores de España y el de ellos es Sindicato para la Defensa de la Solidaridad de los Trabajadores de España: el subconsciente les ha fallado”. Tantos son los parecidos que a su juicio encuentran en su proyecto y el de Vox que acudieron a un bufete de Sevilla para presentar una demanda por supuesto plagio contra Rodrigo Alonso, pero no han ejercido acciones legales por el coste económico que les supondría el proceso. “Nosotros no propusimos que TRAES fuese de Vox, sino un sindicato para romper en las negociaciones de convenios”, reflexionan.
La legión de fans
De momento, Solidaridad ya tiene en el horizonte su primer proceso legal porque el sindicato Solidaridad Obrera le ha denunciado ante la Audiencia Nacional por presunta apropiación de esta denominación histórica del anarcosindicalismo español. El nuevo secretario general de Solidaridad, Rodrigo Alonso, también está pendiente de otro proceso legal: la Confederación General del Trabajo (CGT) le denunció ante la Fiscalía del Tribunal Superior de Justicia de Andalucía por arrancar supuestamente del tablón sindical del Parlamento andaluz dos carteles de esta organización. El presunto encontronazo que mantuvo en enero de este año con la CGT le valió que antiguos compañeros de partido y algunos trabajadores del Hemiciclo le pusieran a Alonso sendos motes: ninguno de ellos se puede reproducir en este diario por sus connotacines peyorativas.
“Rodrigo tiene mucho carácter, impone respeto, es una persona seria a la que le gustan las cosas biena hechas y eso se nota cuando se sube a la tribuna del Parlamento de Andalucía”, subraya una persona que llegó a Vox de la mano de Rodrigo Alonso. Ella forma parte de la legión de fans que también tiene en el partido el diputado almeriense al que en su cuenta de Twitter le gusta parafrasear a Rocky Balboa, el boxeador que encarnó el actor Sylvester Stallone en la mítica saga cinemetográfica. Rodrigo Alonso ha recurrido al Potro Italiano para lanzar tuits como este: “No importa lo fuerte que golpeas si no lo fuerte que pueden golpearte y lo aguantas mientras avanzas, hay que soportar sin dejar de avanzar, así es como se gana. Si tú sabes lo que vales, ve y consigue lo que mereces”.
El argumentario de Rodrigo Alonso, como portavoz adjunto de Vox en el Parlamento de Andalucía, le ha llevado a tener algún encontronazo con la presidenta del Hemiciclo, Marta Bosquet. “Los dos se guardan la distancias”, apunta un periodista especializado en temas políticos sobre la relación tensa que guarda el parlamentario de ultraderecha con la diputada de Ciudadanos: uno de los socios de Gobierno de la Junta que preside Juanma Moreno (PP).
Alonso también ha protagonizado sonoras polémicas al defender a las grandes fortunas para justificar que su partido votase en contra de una proposición no de ley (PNL) que Adelante Andalucía presentó en julio para imponer un impuesto a la banca: “Olvídense de los ricos, los ricos son ricos por naturaleza y contra los ricos no podemos hacer na”. Ese argumento nada tiene que ver con su etapa de edil de Hacienda en Antas donde no le dolieron prendas para impulsar una subida de las licencias de obras, vados y aparcamientos para todos sus vecinos: tanto ricos como pobres.
En la diana de los sindicatos
Rodrigo Alonso está en la diana de las fuerzas sindicales mucho antes de haber sido presentado esta semana como nuevo secretario general del sindicato ultraderechista Solidaridad. Entre otros motivos, por los ataques públicos que ha lanzado contra la labor de los liberados sindicales y que obtuvieron como respuesta una carta abierta de UGT Andalucía donde le reprochaban su “desconocimiento absoluto” del mundo sindical. También cargaban contra el diputado de Vox por su falta de teletrabajo en el Parlamento de Andalucía entre el 14 de marzo y el 26 de abril, durante el estado de alarma por la pandemia de coronavirus: “Su aportación se ha limitado a la presentación de cero iniciativas y muchos tweets pretendiendo atacar a esta organización”.
Tras su puesta de largo en Solidaridad se han vuelto a caldear los ánimos sindicales. “Nadie que ostente un cargo público puede desempeñar un cargo en un sindicato: ser político y sindicalista es la repanocha”, sentencia indignado un miembro de CGT. “Por ética y por conflicto de intereses es incompatible ostentar un cargo público con un puesto sindical en una comisión ejecutiva nacional: es un buen ejemplo de acaparación de poder”, critican desde UGT.
En el Hemicilio andaluz los servicios jurídicos han consultado si Rodrigo Alonso puede simultanear su acta de diputado de Vox con su labor como dirigente sindical y solo es compatible si no percibe un salario como sindicalista. Desde el área de prensa de Solidaridad aseguran ese extremo se cumplirá porque no percibirá sueldo como secretario general: “No está previsto que ninguno de los miembros de la dirección del sindicato tenga remuneración”. De forma que será legal la bipolaridad laboral de Rodrigo: parlamentario de día y sindicalista de la clase obrera por las tardes.