Así iban a “exterminar a negros” los dos supremacistas de Lérida, con armas, Hitler y Telegram
Dos varones españoles de 30 años pretendían hacer estallar una guerra racial y para ello habían adquirido un arsenal de armas blancas y de fuego
23 septiembre, 2020 02:44Noticias relacionadas
Vivieron durante meses como ascetas, en mitad del campo, en una casa abandonada de un área rural de la provincia de Lérida. Alejados de toda muestra de civilización; es así como entienden ellos la supuesta pureza racial blanca. Odian a los negros, a los chinos y a los musulmanes, pero también a los urbanitas. La única conexión con el resto del mundo se producía vía Telegram. Era allí donde se imbuían de propaganda supremacista blanca llegada de Norteamérica y la distribuían, traducida al castellano en sus canales. Su objetivo, prepararse para llevar a cabo un “exterminio de negros” en Lérida.
Los dos detenidos por los Mossos d’Esquadra y la Guardia Civil en Pobla de Cérvoles (Lérida) y El Campello (Alicante) respectivamente se preparaban para llevar a cabo los que serían los primeros atentados supremacistas blancos en España. Dos jóvenes españoles de 30 años cuyos referentes son Hitler y Brenton Tarrant, el neozelandés que mató a tiros a 51 musulmanes en varias mezquitas de su país en 2019.
No iban de farol: los agentes se han incautado de un arsenal de armas de fuego y armas blancas así como de numerosos libros de propaganda supremacista blanca. Sus explícitos mensajes en redes, “Black lives doesnt matter”, “Los chinos son subhumanos” o “La intolerancia al frío es de ser un degenerado fisiológico”, fueron los que acabaron por delatarles. La policía los detuvo tras un largo seguimiento, pero el juez los ha puesto en libertad con cargos y ha descartado que hayan cometido un delito de enaltecimiento del terrorismo.
Tu hermana, la traidora racial
“La viralización del multiculturalismo es profunda y ha penetrado todos los niveles de la sociedad. Vas a tener que mentalizarte de antemano para saber como reaccionar ante situaciones personales desagradables. Tienes que estar preparado mentalmente para tratar, por ejemplo, a tu hermana como una traidora racial si decide tener como pareja un negro o un musulmán. Tienes que asumir que los traidores raciales no son tu gente”.
Estas son algunas de las soflamas que publicaban en su canal de Telegram los dos detenidos en las provincias de Alicante y Lérida, acusados de delitos de odio contra diferentes colectivos extranjeros. Dos varones de 30 años de nacionalidad española (aunque uno de ellos también tiene la norteamericana) que se han convertido en las primeras personas con cargos en nuestro país por supremacismo blanco. Su cruzada era general: odian a los negros, a los musulmanes, a los chinos, a los judíos, a los homosexuales, a los urbanitas blancos, a las mujeres en general y a las feministas en particular. Ni tu familia se salva, si no cumplen con las normas de pureza racial que publicaban en sus páginas.
En realidad odian la sociedad actual y su deseo es hacerla colapsar. Por eso, además de neonazis y supremacistas blancos, se definen como ‘aceleracionistas’. El aceleracionista es un individuo que, resumiendo, ha llegado a la conclusión de que la humanidad se ha degenerado tanto que va camino del precipicio de forma inevitable. Por eso pretenden acelerar el proceso, para que nos vayamos al carajo cuanto antes y, el que sobreviva, que refunde. Una corriente que ha calado tanto en grupos de extrema derecha como en corrientes anarquistas y de extrema izquierda. Cada uno con sus métodos y motivaciones, tiene el mismo objetivo: hacer colapsar la sociedad. “Tranquilos, Roma no colapsó en un día”.
Todo esto lo explican en uno de sus posts de su canal de Telegram llamado Iron Pill (en inglés pastillas de hierro, en referencia a las balas, las únicas ‘medicinas’ que estos supremacistas aceptan). En el canal, que cuenta ahora con casi 800 suscriptores, invitan a sus seguidores a no conformarse con rechazar tener amigos de otras razas, homosexuales o feministas: proponen pasar a la acción:
“Muchas cosas debieron haberse hecho desde 1945, cuando la viabilidad de toda solución política terminó. Empieza una nueva década. Debemos formar comunidades blancas, tener hijos, vivir austeramente, en la naturaleza, pero sobretodo, prepararnos para el inicio de las guerras raciales, esa lucha de la cual depende nuestra supervivencia como raza. No es tarde para hacer las cosas bien, pero eso sí, es nuestra última oportunidad. Sean las guerras raciales la gran causa de nuestra vida. Que le jodan a los judíos y a todos los traidores. La raza blanca va a luchar como nunca antes luchó. Vamos a luchar con todo lo que tenemos porque cargamos con el legado de nuestros antepasados”.
Contra el progreso y la “moronegrada”
“No hay tal cosa como el progreso humano. (...) la humanidad no ha hecho más que empeorar. Así, habría que desechar la visión cíclica de la historia y adoptar en nuestro imaginario colectivo una visión lineal de la historia de imparable descenso, desde el cazador-recolector en su fase final (neanderthal, Cro-Magnon y Hombre anatomicamente moderno) hasta ese ser débil, vaciado de instinto pero lleno de miedos que es el hombre urbanita de la sociedad post industrial”,
Así dice otro de sus posts, en los que atacan la vida de las ciudades y abogan por volver a las raíces. Y con ese credo se encerraron los dos varones durante varios meses en sendas casa abandonadas de La Pobla de Cérvoles (Lérida). Su objetivo era fundar una nueva sociedad rural, aislada, autosuficiente y eminentemente aria. Pretendían crear nuevas “comunidades blancas” lejos de los entornos urbanos, donde se dedicarían a integrarse con la naturaleza (entre la propaganda que distribuyen hay numerosas referencias al “ecologismo de Hitler”), a procrear (se desconoce con quién, porque además de no contar con mujeres en el grupo, su discurso es especialmente misógino) y a armarse para llevar a cabo una guerra racial.
El escenario de esta guerra iba a ser Lérida capital. En esa ciudad mal viven centenares de inmigrantes subsaharianos hacinados en las calles. Son temporeros procedentes en su mayoría de Senegal, Gambia, Mali o Nigeria, que vienen cada año a trabajar en la recogida de la fruta. También muchos de Marruecos y Argelia. Lo que ambos detenidos llaman en Telegram “la moronegrada”:
“Todo el tiempo que en Telegram has estado hablando de crear comunidades blancas, estrechar lazos entre identitarios, no digamos ya de hablar de historia o filosofía, es tiempo malgastado. La moronegrada no habla de estas cosas. No creo que lleguen al nivel de abstracción para darse cuenta de la filosofía de su grupo. (…) Los negros, pero en especial los moros, han desarrollado un vínculo afectivo entre ellos que les dispone a defenderse entre sí sin vacilar. Esos vínculos requieren de mucho tiempo para crearse y que se vuelvan instintivos. Mi pregunta es: ¿tienes a alguien dispuesto a defenderte de la misma manera?”.
Intento de agresión sexual
Ellos eran el objetivo del atentado que nunca se llegó, porque los Mossos d’Esquadra lo evitaron a tiempo. De hecho, la operación policial se aceleró porque descubrieron que uno de los dos líderes supremacistas había diseñado un plan para atacar sexualmente a una mujer, aplicándole en primer lugar sustancias químicas para anular su voluntad. Porque esa es otra de las cruzadas de estos supremacistas: la mujer ha nacido para ser fecundada y darle hijos al hombre.
La policía autonómica catalana llevó a cabo las detenciones el pasado 11 de septiembre, en un operativo en colaboración con la Guardia Civil, que arrestó a uno de los dos varones, el norteamericano, que estaba residiendo estos días en El Campello (Alicante). EL otro seguía ocupando la masía en ruinas de La Pobla de Cérvolas, en los campos de Lérida. Cuando los Mossos llegaron a su refugio, encontraron numerosos revólveres, escopetas y todo un arsenal de armas blancas, así como libros como el “Mein Kampf” de Hitler y otras lecturas relacionadas con el odio racial. Insignias nazis y una 16.000 euros en metálico (en diferentes divisas, que pensaban invertir en comprar más armas) completaba el resto de la incautación.
A pesar de la peligrosidad aparente de los dos individuos, de su facilidad para armarse y de que la policía tuvo que adelantar las detenciones porque habían planeado una agresión sexual, el juez los ha puesto en libertad. Además, ha negado que ninguno de los dos haya podido incurrir en un delito de enaltecimiento del terrorismo y ha dejado los cargos en delitos de odio.
Ahora, las páginas web donde subían su discurso racista han sido cerradas. El canal de Telegram Iron Pill, con casi 800 suscriptores, permanece inactivo, pero los mensajes de odio siguen ahí colgados. Los dos individuos han sido puestos en libertad y tendrán que ir a firmar al juzgado cada 15 días. El juez considera que, ni hay peligro de fuga, ni hay enaltecimiento del terrorismo, ni son un peligro para la sociedad. Ellos, mientras tanto, siguen pensando en colapsar la sociedad y en que "Roma no colapsó en un día".