La vida de Santiago Abascal bien podría dar para un reportaje en las páginas salmón de un diario especializado en economía. Su historia sería la de un empresario de éxito, un self-made, que dirían los anglosajones. Contaría cómo creó una empresa en la que nadie creía y que ahora se ha convertido en una puntera del sector. Hablaría, seguramente, de cómo pasó de ser desahuciado de su casa en País Vasco, en 2010, a vivir en un lujoso piso en el barrio de Hortaleza y, ahora, en 2020, a mudarse a un enorme chalé en una zona exclusiva de Madrid. La única salvedad por la que no podría figurar en una revista económica es que su empresa es Vox y su negocio es, y siempre ha sido porque no conoce otra cosa, la política.
Este martes se ha conocido que Santiago Abascal compró el pasado 23 de julio un lujoso chalé de 185 metros cuadrados con otros 100 metros cuadrados de jardín en la zona madrileña de Pinar del Rey. La vivienda -que oculta deliberadamente de la Declaración de Bienes y Rentas del Congreso- podría superar el millón de euros de valor, algo que la situaría entre las casas más caras de los políticos de primera línea. El famoso chalé de Galapagar de Pablo Iglesias, por ejemplo, le costó al líder de Podemos en torno a 600.000 euros. Eso no llega ni a cubrir la hipoteca de Abascal.
Según ha adelantado el diario infoLibre, autor de la exclusiva, Abascal ha podido comprar esta vivienda tras una hipoteca de nada menos que 736.000 euros concedida por el Banco Sabadell a 30 años. La vivienda consta de dos plantas con cinco dormitorios -uno de ellos de servicio, de empleados para el hogar- salón, cocina y dos cuartos de baño. Además, tiene un garaje o almacén, según el uso que le quiera dar, de 32 metros cuadrados.
La hipoteca de 736.000 euros para nada representa el valor total de la vivienda. Según los expertos consultados por infoLibre, la hipoteca representa entre el 75 y el 80% del precio total del inmueble, lo que situaría el valor de la vivienda en torno al millón de euros. Se trata de una cifra nada desdeñable ya que el líder de Vox cobra ahora en torno a 63.700 euros anuales.
Con esta compra, Abascal dice adiós a su pasado a golpe de talonario. Según adelantó EL ESPAÑOL el pasado mes de junio, el líder de Vox ya había tenido una vivienda de su titularidad en el concejo alavés de Murguía que había comprado con su anterior mujer, Ana Belén Sánchez Cenador. Sin embargo, el mal funcionamiento del bar que había montado la pareja y el hecho de haber puesto la casa como aval hizo que en 2010 les desahuciaran.
Su fatal golpe
Según adelantó este diario, en 2004 Santiago Abascal y Sánchez Cenador compraron una vivienda adosada en la calle Biguillano del concejo de Murguía, en Zuya, Álava. La vivienda, de 200 metros cuadrados, tiene en la actualidad un precio de 364.580 euros, aunque algunas fuentes aseguraban que pudieron comprarlo por más de 400.000 euros. El desembolso se hizo tras una herencia que recibió ella, una fórmula similar a la que ha repetido ahora con su actual pareja, la influencer Lidia Bedman, ya que Abascal es titular del 40% del chalé y su esposa del 60%, con un 20% de carácter privativo, proveniente de una herencia o de algún donativo.
Tres años después de la compra de ese primer chalé, en 2007, Santiago Abascal y Sánchez Cenador abrieron un bar en Álava, el Heineken Urban Concept. El restaurante, que se inauguró mientras él seguía teniendo un cargo público, se trataba de una franquicia de la empresa cervecera que ofrecía música en directo y abría desde las 7.00 de la mañana hasta altas horas de la madrugada. En un principio, el negocio funcionó a pedir de boca. Sin embargo, con la llegada de la crisis, se fue a pique y en 2019 registró unas pérdidas de 132.291 euros.
El error fatal de Abascal es que puso su casa de Murguía como aval y acabó perdiéndola. Fue un duro golpe para él, un episodio de su etapa más negra, según dijo en algunas entrevistas. Y ese mismo año se divorció de Sánchez Cenador, dejó sus responsabilidades políticas en País Vasco y se fue a la Comunidad de Madrid, bajo el amparo de Esperanza Aguirre, a seguir viviendo de la política.
Al principio, tenía que vivir de alquiler en distintos pisos de la capital. Sin embargo, su sueño de Vox empezó a funcionar como no se había podido imaginar y se casó con la influencer Lidia Bedman. Antes del chalé que este verano se ha comprado Abascal, ambos vivían en un lujoso piso del barrio madrileño de Hortaleza, cuya comunidad cuenta hasta con parque infantil y gimnasio, entre otras comodidades. Sin embargo, vivía de alquiler. No era una mala situación habitacional para el común de los mortales. Pero Vox va bien, muy bien, económicamente, y su CEO aspira a más.
A la cima
En la actualidad, Vox es el partido que más dinero gana de todos, con unos beneficios en 2019 de nada menos que 5,3 millones de euros. Quintuplica así el ejercicio del año anterior. Por otro lado, el PSOE le sigue de cerca con 4,9 millones de euros de beneficio, Podemos tuvo pérdidas de 2,6 millones, el PP perdió 5,7 millones y Ciudadanos acabó 2019 con unos beneficios de sólo 820.000 euros. Así lo recogen las cuentas de todos los partidos.
Esa holgura económica le ha valido a Santiago Abascal para embarcarse ahora en una carísima hipoteca de 736.000 euros que tendrá que seguir pagando durante 30 años. Pero el tamaño de la casa y las comodidades de la zona en la que está, bien lo valen.
Llama especialmente la atención que esa vivienda se compró formalmente el 23 de julio de este verano, seis días antes del anuncio de la moción de censura que se celebra este miércoles. A pesar de que han pasado tres meses desde entonces, Santiago Abascal no ha cambiado su Declaración de Bienes y Rentas en el Congreso de los Diputados. Según la regla, cada vez que un diputado muta de alguna forma su patrimonio, tiene que quedar ahí reflejado al momento. Abascal no lo ha hecho; en su declaración falta la titularidad de la vivienda y el préstamo del banco de más de 700.000 euros.
Este ocultamiento deliberado recuerda a una estrategia seguida por su compañero de filas Javier Ortega Smith. Según ya publicó EL ESPAÑOL el pasado mes de mayo, el número dos de Vox tenía una propiedad en Asturias de la que era titular al 100% y que figuraba en el Catastro como almacén industrial, a pesar de que la usaba como vivienda. En su declaración entregada en el Congreso, sin embargo, aseguraba ser propietario del 14,3%.
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