Estaba metido en todos los saraos convergentes. Mítines, actos oficiales y cenas multitudinarias. Fuese donde fuese el presidente Artur Mas, allí estaba él. Un tipo corpulento, de casi dos metros de altura y unas gafas de pasta de marca Bikkembergs. Con una estampa a medio camino entre un pijo de la Bonanova y un portero de discoteca. Podría pasar por un escolta, pero en realidad era el jefe en la sombra, el cerebro en la retaguardia.
Corrían los principios de esta década y Artur Mas estrenaba presidencia al son que le marcaba el misterioso tipo de las gafas de pasta. Fue el asesor que, cuentan, volvió indepe al president. Un conseguidor, un tipo que abre puertas. Hasta en las universidades aparecía su nombre. Un profesor de la Facultad de Comunicación de la UAB exaltaba la calidad de Polonia, el programa satírico de TV3: “Son muy buenos porque se fijan en todos los detalles. ¿Habéis visto que con el imitador de Artur Mas sale un tío con unas gafas Bikkembergs? La gente no lo conoce, pero es muy importante…”
Ese tío importante de las gafas de pasta acaba de ser detenido. La Guardia Civil lo ha arrestado en el marco de la operación contra Tsunami Democràtic. Se trata de David Madí. El Iván Redondo del independentismo. Nieto del inventor de la espuma de afeitado Floid y padre ideológico del procés. Uno de esos políticos de carrera y de cantera, de los que empezó muy joven al auspicio convergente y fue escalando peldaños en el partido a una velocidad de vértigo. Siempre del brazo de Artur Mas.
Ahora ha sido apresado por orden del juez Joaquín Aguirre en una operación por presuntos delitos de malversación de caudales públicos, blanqueo de capitales, prevaricación, tráfico de influencias. Junto a Madí han sido detenidos políticos de ERC como Xavier Vendrell, el empresario editorial Oriol Soler y Xavier Vinyals, el hombre que inundó de esteladas el Camp Nou.
El ventrílocuo de Mas
“Artur Mas no existe. Es simplemente un cuerpo vestido por su mujer que dice y hace lo que por detrás le apunta David Madí, la única inteligencia política de Cataluña y que eligió a Mas con el objetivo de darle forma hasta conseguir el producto que el presidente de la Generalitat es ahora (...) Mas es una botella que Madí ha ido llenando con el uso.
Lo escribía Salvador Sostres en 2015 para referirse a David Madí i Cendrós (Barcelona, 1971). El verdadero ingeniero del procés. El que acuñó el término ‘Dret a decidir’. El ventrílocuo de Artur Mas, al que le hizo ganar un buen puñado de elecciones, Independentista desde la cuna, nació en el seno de una de las familias más pudientes de Barcelona. Su abuelo fue Joan Baptista Cendrós, un barbero de Sants que hizo una fortuna al crear los productos de afeitado Floid.
Además de barbero y empresario, Cendrós era independentista y fundador de Ómnium Cultural. También amigo personal de Jordi Pujol, al que acogió en su casa cuando salió de la cárcel en 1963. Más tarde, cuando Pujol ya era presidente de la Generalitat, el barbero invirtió su fortuna en el proyecto de banco nacional: Banca Catalana.
El talibán
Madí mamó política independentista desde pequeño. Empezó en la Federació Nacional d’Estudiants de Catalunya (FNEC), afín a la derecha catalanista. Se saltó el paso por las juventudes convergentes e ingresó en la primera plantilla de CiU siendo aún un veinteañero. Allí formó parte del grupo conocido coloquialmente como ‘Los Talibanes’, que eran jóvenes de base que apostaban por una ruptura radical con España. “La independencia sólo vendrá de la mano de Convergència”, aseguraba.
Apostó a caballo ganador y con 25 años ya era el jefe de gabinete de Artur Mas, el delfín de Jordi Pujol. Él diseñó sus campañas electorales y le hizo ganar hasta 3 veces en las urnas. Las dos primeras, no obstante, fueron en vano: en 2004 sumó el Tripartit de Maragall. En 2006, el de Montilla. En 2010, por fin, convirtió a Artur Mas en presidente de la Generalitat. Un cargo que revalidó en los siguientes dos comicios.
Pero para entonces, el polémico Madí, altivo, soberbio y áspero en el trato, ya se había granjeado más enemistades de las que podía gestionar. Tanto entre la oposición, que no le perdonaba sus furibundos ataques constantes a ERC y PSC, como en el seno de su propio partido. Le estaban esperando. El momento llegó en 2010, cuando saltó el escándalo: Madí había manipulado encuestas oficiales pagadas por la Generalitat. Alteraba los sondeos a su criterio. Tuvo que abandonar la política. Al menos sobre el papel.
Fue entonces cuando emprendió su gran aventura empresarial. Una vocación familiar. No sólo por su abuelo, el de los after shaves. También su tío Carles Colomer ha sido un empresario de éxito vinculado igualmente con el sector de la cosmética. Vendió su empresa de peluquería (The Colomer Group) por casi 500 millones de euros. David Madí puso en marcha el que fue su mayor proyecto profesional (y el que le procuró más beneficios): la consultoría Nubul. De ahí a colocarse en la flor y nata del empresariado español sólo hubo un paso.
Indepe ma non troppo
Porque Madí, decíamos, mamó independentismo desde pequeño. Pero eso no le impidió amasar una gran fortuna en grandes empresas españolas, como Applus o Telefónica. Venía con varias elecciones ganadas en su currículum y la vitola de ser un auténtico estratega. Una habilidad que debería trasladar del terreno político al empresarial. Madí siempre ha sido un experto en jugar a dos bandas sin ningún tipo de rubor. Un especialista en puerta giratorias, que acabó teniendo cargo en firmas como Deloitte y que llegó a ser presidente del Consejo Asesor para Cataluña de Endesa. El nombramiento llegó directamente desde Madrid, la misma que ‘ens roba’. Le colocó personalmente Borja Prado de Colón y Carvajal.
Sus aventuras empresariales, a la postre, han acabado salpicadas de algún modo por causas judiciales. La más conocida fue la de Applus y el escándalo de las facturas falsas de la ITV. Una firma, por cierto, que abandonó Cataluña y trasladó su sede social a Madrid desde Cerdanyola del Vallés cuando empezó la fuga de empresas por el procés. Porque Madí es indepe radical, pero con el dinero no juega.
También se ha visto implicado en el caso que investiga la emisión de facturas falsas a Triacom, la productora estrella de TV3. Un informe de la Agencia Tributaria indica que David Madí facturó cantidades a Triacom por conceptos en los que Hacienda encuentra "serias dudas acerca de la realidad de los servicios pagados”.
Dicho documento destapa un cargo de 35.000 euros en concepto de una reunión para el vídeo de una junta de accionistas que se había celebrado tres meses antes. Acto que, además, que ya se había facturado a otra empresa en su momento. También investigan un pago de 70.000 euros para otro briefing preparatorio de un vídeo para Telefónica que nunca se llevó a cabo.
"No puede obviarse que detrás de todas estas sociedades se encuentra David Madí y que los gastos originados por su despacho fueron sufragados durante un semestre por una de las sociedades de Carbó sin ser reembolsados, de manera que estaría siendo retribuido de manera irregular y sin motivo aparente", señala el informe de Hacienda. Encuentra además "una correlación" entre las facturas que emitió Triacom a una empresa de la construcción (Benito Arno e Hijos) y las que recibió de una de las sociedades de Madí denominada Icat. Es decir, que el dinero "habría circulado" de una a otra empresa haciendo escala por la productora.
Regreso a la política
Los escándalos echaron a Madí de la élite empresarial. Telefónica, Endesa y Deloitte acabaron prescindiendo de sus servicios. Pero a Madí le daba igual, porque ya había regresado a la política. La misma de la que nunca se fue, porque siempre estuvo en la sombra. De hecho, está oficialmente retirado de ella desde 2010. Pero siempre ha seguido en la pomada. En 2015 había caído Artur Mas, su gran valedor. La llegada de Carles Puigdemont le relegaba, a priori, a un segundo plano. Pero Madí supo reinventarse y reivindicarse como el estratega que necesitaba el independentismo.
Él fue el ideólogo de las campañas, los eslogan y la formación de una lista única con sus odiados colegas de ERC. Se esforzó en unir al independentismo para hacerse con su control absoluto. Madí fue de los que más apretó para que Junqueras aceptase, aunque este no estaba por la labor. En una investigación judicial por unos presuntos desvíos de fondos de la Diputació de Barcelona a una fundación afín de Convergència, aparece esta cuestión en el sumario. Unas llamadas telefónicas en las que un exdirigente de CDC mantenía al tanto a David Madí de las negociaciones con ERC para esta unión. Le manifestaba las reticencias de Junqueras. Madí contestaba con sorna: “Ok, le podemos pagar un psicólogo”.
La propuesta acabó fructificando en Junts x Catalunya. El resto es historia. Ahora, por esta aventura, acaba de ser detenido. Un dispositivo contra empresarios cercanos a ERC y JxCat, por su presunta implicación en la creación de Tsunami Democràtic, se ha saldado con su detención. El juzgado de instrucción 1 de Barcelona dirige el dispositivo por presuntos delitos de malversación de caudales públicos, blanqueo de capitales, prevaricación, tráfico de influencias, cohecho y desórdenes públicos.
Los otros detenidos
La operación aún está abierta y se espera más de una veintena de detenidos. De momento, David Madí no ha sido el único arrestado. Junto a él han caído varios ilustres procesistas que son los que, se cree, están detrás del Tsunami. Uno es Xavier Vendrell, exdiputado de ERC que tuvo responsabilidades políticas durante 20 años en el partido y que pasó por las filas de Terra Lliure. Exmilitante del grupo terrorista catalán, ingresó en ERC tras la disolución de la banda. Desde entonces ejerció cargos como secretario de organización del partido entre 1996 y 2006 y consejero de Gobernación en la etapa del tripartito. Ahora está vinculado a los sectores inmobiliario y sanitario.
Otro de los nombres conocidos entre los detenidos es el de Xavier Vinyals. Es el presidente de la Plataforma ProSeleccions Catalanes, y fue el encargado de inundar de esteladas el Camp Nou durante un partido de Copa de Europa del Fútbol Club Barcelona en 2015. La operación fue arropada tanto por la ANC como por Òmnium Cultural, pese a que llegaba tras dos sanciones de la UEFA contra el club azulgrana por los mismos hechos.
Todos ellos son los principales rostros del misterioso Tsunami Democràctic que ahora investiga la justicia. Todos ellos, ideólogos del fallido proceso independentista. El principal, no obstante, es David Madí. Que se fue de la política para hartarse a ganar dinero y regresó por lo mismo. Ahora, tras innumerables escándalos políticos y empresariales, el ingeniero del Procés, el cerebro en la sombra, es el que se juega pasar un tiempo a la sombra. El juez ya está en ello.
Entre los arrestados también han estado Toni Fusté y Roc Aguilera, de Events; Jordi Mir, alcalde de Cabrera de Mar; Josep Campmajó, empresario de Girona; Xavier Vinyals, presidente de la Plataforma ProSeleccions Esportives Catalanes; y Jordi Serra, interventor delegado de Presidència en la etapa Puigdemont. Además, han sido detenidos el director general de Centres Públics del Departament d’Educació, Josep González Cambray, y la de Centres Concertats i Privats, Pilar Contreras.
El Tribunal Superior de Justicia de Catalunya (TSJC) ha informado de que entre los investigados se encuentran también el ex cónsul de Letonia den Barcelona Xavier Vinyals Capdepon; el empresario Antonio Fuste Piñol; el directivo Roc Aguilera Vaques; Marta Molina Álvarez, el interventor Jordi Serra y el alcalde de Cabrera de Mar (Barcelona).