27 de enero de 2020. Las noticias internacionales ponen el foco en China. El mundo mira concretamente hacia Wuhan. Es el epicentro de la enfermerdad conocida ahora como Covid-19. España, como Francia e Italia, acaba de anunciar que repatriará a una veintena de españoles para evitar riesgos. La mayoría de ellos pertenecen al cuerpo de entrenadores del Wuhan Shangwen Three Towns. En nuestro país, sólo hay cuatro posibles casos que, además, acaban de ser descartados. Nadie, en ese momento, intuía todo lo que vendría después. Mucho menos dónde y cómo estarían los repatriados un año más tarde.
Era el inicio de la pandemia del coronavirus. Todos los países trataban de sacar de Wuhan y la provincia de Hubei a sus ciudadanos. Las autoridades chinas habían impuesto restricciones de movilidad por tierra y aire un par de días antes. Pretendían frenar el virus.
España rescató entonces a 21 españoles atrapados en la localidad china, sin embargo, algunos medios sólo contabilizaron 19, ya que los otros dos eran periodistas que acompañaban a la comitiva, quienes, al final, también serían puestos en cuarentena. En todo caso, como cuentan ahora los repatriados, allí había algunos más. Salieron de Wuhan apenas unas horas antes de que se decretaran los cierres. Les acababan de dar las vacaciones de invierno y estaban de viaje por Asia.
Los ciudadanos españoles regresaron en un avión inglés. Hicieron escala en Londres y luego guardaron 14 días de cuarentena en el Hospital Militar Gómez Ulla. Se les expuso en el foco mediático, aunque la mayoría no apareció. Los testimonios solían ser de los entrenadores del Wuhan, con Pedro Morilla a la cabeza. O en primera persona, contados por los periodistas Jaime Santirso y Lucas de la Cal.
Una vez superados los 14 días, libertad. Luego, nada más se supo.
6 de enero de 2021. Los entrenadores españoles ya están todos de vuelta en Wuhan. Antonio Sevillano, Óliver Cuadrado, Dani Carmona, Sergi, Manuel Vela, José Maldonado, Pedro Morilla... En este tiempo han pasado por cuatro cuarentenas distintas. Afortunadamente, todos han logrado escapar de las garras de la Covid-19. Los periodistas que partieron en la expedición también han regresado: de hecho, escriben sus crónicas desde el país asiático.
El virus azota ahora al mundo entero y Wuhan dejó de ser el epicentro de este coronavirus. Mientras en Occidente algunos países anuncian nuevas cuarentenas para confinar a su población y en España continúan imponiéndose restricciones, en Wuhan se mueven con casi total libertad.
Pedro Morilla: "Fuimos únicos"
“Nosotros, los días anteriores a aquel 23 de enero de 2020, que es cuando se cierra Wuhan, notábamos la ciudad rara. Salía menos gente, había un aviso de que había un virus en la calle, que era parecido a la gripe pero que no lo tenían controlado”. El director deportivo del Wuhan Shangwen Three Towns, Pedro Morilla, comienza así a relatar su historia para EL ESPAÑOL.
La primera vez que escuchó la palabra coronavirus fue en España. Había estado en España hasta el 14 de enero, apenas una semana antes del cierre.
Una vez se decreta el cierre y se ordena la repatriación, toda la expedición de españoles repatriada viaja a Madrid, con escala en Londres, y llegada al hospital Gómez Ulla. “Hemos sido casi los únicos que hemos hecho la cuarentena”, apunta. “Teníamos compañeros con nosotros que salieron el 22 de enero de Wuhan, a otras ciudades chinas o países asiáticos, de vacaciones y ellos volvieron sin problemas a España”.
Cuenta cómo desde que llegan a España tienen una relativa tranquilidad. Corría mediados de febrero y en España aún no se esperaba que la crisis del coronavirus fuera a derivar en lo que hoy es. El día antes de que se decrete el estado de alarma en España, el 14 de marzo, Morilla viaja a ver a los 100 niños que el Wuhan Shangwen Three Towns tiene entrenando en Cataluña. “La intención era llevárnoslos a Girona, porque había un aumento de casos en Barcelona”, comenta, e incide en la preocupación de los padres chinos por la estancia de sus hijos.
Al día siguiente, con el estado de alarma, cierre total en España.
— ¿El momento más duro?
— La preocupación ha existido siempre, pero el momento más complicado para mí es ahora, un año después de cuando fuimos repatriados a Españ. Yo ya estoy en Wuhan. Estando allí, estás con la familia y lo vives con todos juntos. Estando aquí y viendo cómo dura esto en España pues estamos sufriendo. Son momentos también de personas cercanas. Son momentos jodidos y la preocupación está ahí porque la cosa no termina.
Tiene a su cargo al resto de entrenadores del Wuhan. Conformaban la mayor parte de la expedición que viajó de vuelta a España hace casi un año. De la veintena, eran 9 entrenadores y la mujer y las hijas de uno de ellos.
Una vez finalizada la cuarentena en España y pasado el verano, hubo que ver cómo los entrenadores volvían a China. Al final, consiguieron volver todos en tres tandas. Primero lo hicieron 9, entre los que se encontraba Morilla, luego tres y finalmente otros tres.
“En septiembre volvimos la primera tirada de entrenadores. Sólo podíamos regresar los que teníamos el visado de trabajo y residencia en vigor. Los que estaban aquí todavía con el papeleo antes de lo ocurrido han sido los últimos”, comenta Morilla.
El fútbol chino terminó la temporada 19/20 en una especie de burbuja, como lo que hizo la NBA. El Wuhan Three Towns acaba de subir a Segunda división. La duda es cómo será a partir de ahora el fútbol en un lugar donde parecen tenerlo todo bajo control.
Manuel Vela: “Echo de menos el Betis”
“Yo no pensé nunca que esto iba a llegar a ser así. Jamás. Creíamos que el coronavirus se iba a quedar en China y al mes volveríamos a trabajar. Nunca pensamos que nos íbamos a pegar 8 meses en España”. Son palabras de Manuel Vela, entrenador sevillano del Wuhan Three Towns.
Está congelado de frío cuando habla con EL ESPAÑOL. Acaba de terminar de entrenar. Cuando sale al terreno de juego, para gesticular, es imposible tener el chaquetón puesto. Poco a poco entra en calor y cuenta cómo ha pasado el último año. Acaba de aterrizar casi. Llegó a China a mediados del pasado mes de noviembre.
Echa de menos a su familia. Tiene a su mujer y sus dos niñas pequeñas en la capital hispalense. Además, su corazón también llora por lo que ocurre en el Benito Villamarín cada dos domingos. “Echo de menos el Real Betis, a la afición del Betis, a las trece barras, el verdiblanco…”, comenta. Ahora tiene que ponerse la alarma a las 4 de la mañana para ver a su equipo, para sufrir el doble y disfrutar a la vez. “¿Qué le vamos a hacer? El Betis te elige…”.
Entrena en Wuhan desde 2019 y ha sido uno de los últimos en incorporarse. Ha hecho cuatro cuarentenas en el último año.
La primera de todas fue la que hicieron antes de salir de China. Luego, en el Gómez Ulla. Encaró la tercera con el resto de los españoles. La última ha sido para volver a China.
En Wuhan hay una normalidad aparente, aunque las PCR vuelan. A cualquier mínimo riesgo, cuenta, todo el mundo a casa. “Sólo hay mayor precaución en el momento en el que recibimos a equipos extranjeros. Ahí sí nos aconsejan que utilicemos mascarilla”.
El último año ha sido toda una odisea para este entrenador. El momento de mayor incertidumbre lo vivió cuando cerraron el país chino. Él tenía un billete para viajar a Pekín el mismo día que se produjo el cierre. “Iba a viajar a las 12 de la mañana y el aeropuerto lo cerraron a las 10”, cuenta.
Habían recibido las vacaciones de año nuevo chino el día anterior y esa mera casualidad horaria provocó que Vela viajara de vuelta en aquel avión. Otros compañeros no tuvieron esa 'suerte'.
A partir de ahí, llegó el momento más difícil: “Teníamos la preocupación en el cuerpo, se habían suspendido las clases… No íbamos a aportar nada aquí”. A partir de ahí, se mentalizó. Aun así, “yo no pensaba nunca que esto iba a llegar a ser así. Jamás. Pensamos que el coronavirus se iba a quedar en China y al mes volveríamos a trabajar. Nunca pensamos que nos íbamos a pegar 8 meses en España”.
En Wuhan, las navidades han sido complicadas. A pesar de que allí “la preocupación es menor que la que hay en España”, dice Vela. Sin embargo, aunque son las circunstancias, se ha perdido los Reyes con sus pequeñas y las Navidades con su familia.
Recuerda la cuarentena del Gómez Ulla como un respiro. Narra cómo fue aquello. “No te voy a decir que fue un oasis, pero fue una parada en el camino. Teníamos que hacerlo del tirón y al cuarto día sabíamos que no lo teníamos. Allí estuvimos muy bien y nos trataron fenomenal”.
Le preguntamos por la relación con los compañeros con los que realizó el viaje de repatriación. “Mantenemos relación sólo con una chica. Pero de feliz año nuevo y poco más. Algún mensaje. Aquello no fue una mili, no salimos de allí con amigos para toda la vida”, cierra entre risas.
José Maldonado: profesionales de cuarentenas
Hubo un momento en estos meses en el que los entrenadores españoles vivieron en la incertidumbre. No sabían si finalmente volverían o no a Wuhan. El problema residía en que, cuando regresaron a España, aún no tenían visado de trabajo. Y China lo exigía para poder entrar de nuevo en el país, además de las distintas PCRs negativas.
José Maldonado, al igual que Vela, fue uno de los últimos en incorporarse. Ya está al mando de un equipo de juveniles. A veces entrena por la mañana y otras por la tarde. En estos días lo que más nota es el frío.
Natural de San José de la Rinconada (Sevilla), Maldonado cuenta que se están adaptando a la situación. "Aquí estamos mejor. Está todo más tranquilo y se puede hacer casi vida normal", narra.
Pero en el último año le han pasado cosas que quizás nunca imaginó. "Recuerdo aquello y parecíamos refugiados", apunta. "Lo peor fue el principio".
Lo cuenta dando imágenes sueltas de lo ocurrido, como si fueran fotografías en su mente. "Estábamos en casa. En cualquier momento nos podíamos ir. Luego, un montón de hombres con las maletas preparadas esperando un taxi. Del taxi al autobús. De ahí al aeropuerto. Allí te piden la documentación siete veces. El vuelo. Más papeleo. Y por fin llegamos a Madrid, el Gómez Ulla, donde nos trataron genial, y luego el AVE".
En definitiva, él cree que vivieron "una odisea. El viaje más largo de la historia".
El sevillano rememora cómo preparó psicológicamente a los suyos para la cuarentena en España. Era la tercera que sufría. "Parecíamos profesionales e íbamos dando consejos a los nuestros. Nosotros íbamos más preparados psicológicamente".
Para finalizar, habla de la situación actual en China y en España. "Ellos lo han pasado muy mal, pero ellos son como soldados. Se lo toman en serio y ahora están bien. Tienen la recompensa. Si en España no hacemos lo mismo, esto va a durar mucho. España no está preparada para que haya un segundo confinamiento general, cerrarían muchos negocios", concluye.
Christopher Blezien y los periodistas
La vida parece volver a la normalidad en China. La mayoría de la expedición repatriada en enero de 2020 a España ha vuelto a su trabajo. Lo han hecho los entrenadores y también continúan escribiendo desde allí los reporteros españoles Jaime Santirso y Lucas de la Cal. Su presencia hizo que muchos medios de comunicación contaran sólo a 19 pasajeros y no a 21.
También viajaba en esta expedición el violinista hispanopolaco Christophe Blezien. "Y un australiano", dice Manuel Vela. "No sé el porqué, tendría la doble nacionalidad".
Casi un año después, la mayoría han vuelto a la normalidad. Si es que la vida que transcurre hoy, entre PCRs, test de antígenos, mascarillas y geles hidroalcohólicos, puede catalogarse como tal. Tirando de argot futbolístico, habrá que ir partido a partido hasta que todas las aguas vuelvan a su cauce.