El amor, ¡ay el amor!, es lo que nos mata. Es lo que nos contagia. Nos besamos, nos tocamos, nos abrazamos. Que no queremos morir de amor lo sabemos todos. Pero hay que decirlo más. “El enemigo es el amor”. Lo afirma la doctora intensivista María Luisa Gómez Grande (Argamasilla de Calatrava, Ciudad Real, 1966), especialista en ventilación mecánica en el Hospital Universitario de Ciudad Real. Y lo repite en sus redes sociales.
Comenzó a recalcar estos mensajes sencillos, acompañados de sus fotos y de refranes manchegos, cuando notó que entre el personal de su hospital había quien le preguntaba: "Doctora, ¿qué es eso de doblegar la curva?". Desde entonces, no ha dejado de explicar los datos, pero también de contar con imágenes lo que pasa de verdad dentro de las UCI, la ‘selva’ por la supervivencia: cómo es ese mal momento de intubar a un paciente o el peor de llamar a un familiar para decirle que su padre, su madre o un familiar ha muerto.
Sin paños calientes cuenta su testimonio recordando que los médicos de la UCI se convierten en ‘notarios’ involuntarios de esos pacientes Covid que, camino de un respirador, no saben si sobrevivirán. Y no se olvida del día que intubó a una madre que pidió volver a ver a sus gemelas de cinco años… pero no despertó.
“¿Dónde están las familias llorando a sus familiares? Han pasado semanas sin verlos y, al final, solo reciben una urna con cenizas. ¿Dónde están las imágenes de las residencias con sus abuelitos aislados en sus habitaciones? ¿Dónde las de los pacientes aislados en las habitaciones de los hospitales desiertos?”, se pregunta la doctora Gómez Grande en conversación con EL ESPAÑOL.
¿Por qué no ha habido vídeos desde Sanidad que mostraran esa realidad, como ha hecho la DGT con accidentes de tráfico? Su UCI, la del Hospital de Ciudad Real, se amplió durante la pandemia. A una de las nuevas salas la llamaron ‘El Serengueti’. “Era como entrar en la selva”. Y se cosieron unas mascarillas de tigre. Estamos en la tercera ola, tras una Navidad con roces que ha hecho crecer los contagios y las UCI vuelven a estar, otra vez, salvajes de Covid. Otra vez la lucha por la supervivencia, contra el virus depredador. La que reflejan las fotos de la doctora Gómez Grande que bien podrían servir de anuncio para frenar contagios.
La doctora Gómez Grande insiste en que no se ha mostrado la temible realidad que sucede dentro de los hospitales, con dos actores, enfermos y sanitarios. Ella resume en 10 fotos lo que ha visto y sentido en sus 11 meses de lucha en "El serengueti".
1. "Esto es la selva"
“Hicimos estas mascarillas para recordar ‘el Serengueti’, que es como le pusimos a una de las unidades nuevas. Era entrar en la selva”.
(De los más de 1.500 fallecidos en la provincia de Ciudad Real -la provincia no llega al medio millón de habitantes- muchos lo han hecho en el Hospital Universitario de Ciudad Real, referencia en la provincia).
"Mi buen Sancho, has de saber que esta patria cuyo nombre llevo grabado en el pecho es nuestra tierra. Procura en tu pregón predicarles de las bondades de su región y si al mandado no hacen caso, tendrían mucha razón […] que en la manchega región tan colérica es la gente, como honrada y con honor, y noconsiente cosquillas de nadie, ni la traición, que siempre será vengada" (cita la doctor a don Quijote).
“La batalla contra el covid es la resistencia, la responsabilidad, la precaución y vigilar la traición porque el virus es traidor”, dice.
2. "Las lágrimas"
“En estos últimos 10 meses se ha hecho muy duro el número de pacientes que hemos tenido que atender en ventilación mecánica. Sus familiares no pueden visitarlos y cuando les llamamos somos una voz, sin cara, sin gesto. Con un nudo en la garganta y lágrimas en los ojos hemos informado de familias enteras contagiadas, de muchos familiares muertos o que se estaban muriendo, ingresados en diferentes UCI de la provincia”.
“Todos los días suelo hacer varias llamadas. Una de las peores fue durante la primera ola. Llamé loca de contenta para informar a un hijo que su padre se iba de alta a la planta y me contestó: ‘Doctora, no le diga nada, pero mi madre acaba de morir en otra de las unidades’. Creí morirme.
“Y sí, he llorado muchas veces. Con el paciente, con la familia y, sobre todo, sola y con mi marido. Y me quedan muchas lágrimas. He vomitado, he tenido diarrea, y, sobre todo, migrañas. Es imposible no llevarte a casa los sentimientos”.
3. "La intubación"
“Cuando intubo a un paciente siempre le digo que lo voy a curar. Evidentemente, cuando lo hacemos es para salvarle la vida y la mayoría se cura. Si el paciente está consciente le explico que lo voy a sedar y a introducir un tubo por su boca, atravesando la garganta hasta la tráquea, para poder conectarlo a ventilación mecánica hasta que se cure y le podamos despertar".
"Y respondo a las preguntas que me hacen, aunque a veces son difíciles de contestar y hay que disimular. ¿Qué cuánto tiempo de media están intubados los pacientes? Depende del proceso, horas, días, semanas, meses”.
4. "Malditos aplausos"
“Durante la primera ola solo se mostraban imágenes de aplausos, que fue una iniciativa maravillosa porque nos emocionaba y nos hacía sentir acompañados. Pero esto se convirtió en salir a las 20.00 horas a ver al vecino. Esa fue la imagen con la que se quedó España. ¿Dónde están las familias llorando a sus familiares a los que llevan sin ver semanas y que lo siguiente que ven es una urna con sus cenizas? ¿Dónde están las imágenes de las residencias con sus abuelitos aislados en sus habitaciones? ¿Dónde están las imágenes de los pacientes aislados en las habitaciones de los hospitales desiertos?"
"Las cifras son un número al que nos acostumbramos, especialmente cuando varían de un día a otro sin explicación y sin argumento. Las cifras se han convertido en humo, tal como se dicen desaparecen y más, cuando son incongruentes con la realidad. Creo que a día de hoy las cifras producen en la población el mismo efecto que los niños muertos diarios de hambre. Una imagen vale más que mil palabras y, desde luego, más que una cifra”.
5. "La recuperación de los pulmones"
“¿Quedarán secuelas en los pulmones de los recuperados? Tengo escritos muchos libros y artículos en revistas científicas, sobre todo, de ventilación mecánica. Los pacientes que desarrollan un Síndrome de Distress Respiratorio Agudo, independientemente de la causa que lo produzca, pueden recuperarse, pero tardan mucho tiempo. Aquellos pacientes que no desarrollan Distress se curan ad integrum (por completo)”.
"¿Y nosotros, los sanitarios, nuestras secuelas? Nos recuperaremos cuando descansemos, cuando veamos que la gente es responsable y que cumple con las normas sanitarias, cuando la implicación de los máximos responsables y su eficacia sea la misma que la nuestra”.
6. "No había respiradores"
“Es nuestra primera paciente COVID en el Hospital de Ciudad Real. Cuando terminé, ayudé a la enfermería y luego fregué la habitación para que no tuviera que entrar la limpieza”.
Gómez Grande fue gerente de la zona del Hospital de Manzanares (Ciudad Real) entre 2013 y 2015. En 2014 se declaró la epidemia del ébola y se encargó de preparar el Plan de Contingencia. Master en Administración y Dirección de Servicios sanitarios, está especializada en ventilación mecánica. En respiradores. “Hice un primer cálculo, necesitábamos unos 110 si íbamos atender a toda la provincia”. Pero no había donde acudir a comprarlos, porque las empresas no tenían stock para servirlos”.
7. "Las curvas del terror"
“Todo empezó durante la primera ola de la pandemia. La situación de falta de información de las medidas básicas de protección y la demanda por parte de familiares y amigos, en una fase en la que estábamos desbordados profesionalmente y no les podía atender, me llevó a iniciar redes una campaña de información con los trípticos y recomendaciones que el Ministerio de Sanidad colgaba en su página y que no llegaba a la gente de a pie".
"Poco a poco, me fueron demandando más información, hasta que llegó la pregunta: “¿Marisa, qué significa aplanar la curva que todo el mundo habla?”. Ese día empecé a comentar en mi Facebook la curva que publicaba el Ministerio, como buena manchega, siempre empezaba con un refrán hacía alusión a las conclusiones”.
8. "Las dos realidades de la pandemia"
“Existen dos realidades: la catástrofe de las familias afectadas por el virus y todos los que luchamos contra él y, otra realidad, que es la gente en las calles sin cumplir
recomendaciones básicas: mascarillas, distancia de seguridad y lavado de manos. Y la vemos día a día. La responsabilidad es común, es de toda la población. Hemos pasado de descargar toda la responsabilidad en los gestores a descargarla en la población. No".
"La responsabilidad es de todos, es de cada uno de los que habitamos este planeta. Es responsabilidad con uno mismo y con todos los que te rodean. Mi responsabilidad es como persona de protegerme para no contagiarme y para no contagiar. Mi responsabilidad como médico, igual que la responsabilidad del periodista, del gestor o del dependiente de un establecimiento. La falta de responsabilidad generalizada nos ha llevado a donde estamos, ¿no hemos aprendido nada?”
9. "Nos cortamos el pelo"
“Yo soy el único médico de mi familia. Mi vocación por la medicina se remonta a antes de nacer, creo yo, porque no recuerdo haber pensado en otra cosa. Mi madre quiso ser médico y, a pesar de tener mentor, el haber nacido en la postguerra frustró su vocación. Quizá me lo transmitió en los genes. Cuando era estudiante de Medicina me quería comer el mundo. Era una ilusión, una vocación. Ahora sigo queriendo comérmelo, pero llevo en la espalda y en el fonendo el sufrimiento de muchas familias. Ahora la realidad nos ha desbordado”.
“He echado de menos falta de previsión que hubo desde el principio. La falta de concienciación a la población por parte de las autoridades y los medios, la ausencia de colaboración entre partidos políticos. La falta de unidad, todos han intentado sacar rédito político. Y desde luego la falta de mascarillas, si en febrero hubiese sido obligatorio su uso, la curva hubiera sido plana”.
10. La vacuna
“Esta vacuna es lo último de lo último, fragmentos de RNA sintético del virus. Es el futuro. Hace 60 años, con una vacuna de virus atenuados, conseguimos erradicar la viruela. ¿Ahora vamos a dudar de esto? No hay que cuestionar a los científicos trabajando contrarreloj para salvar al mundo”.
De la entrada en "la selva", en aquellas semanas finales de marzo, de primeros de abril al momento actual, con la esperanza de la vacuna, pero aún con decenas de muertos. Aún queda mucho por hacer y por sufrir.