La Chinatown de Madrid parecía no tener más que un nombre: el barrio de Usera, al sur de la capital. No es extraño pasear por sus calles y encontrar comercios y restaurantes chinos, uno detrás de otro. De hecho, hasta ahora, los mejores restaurantes del gran país asiático de Madrid y, posiblemente, de España, se situaban en Usera por precios sorprendentemente bajos. El trabajo de la comunidad china a los fogones ha sido encomiable. Pero a este humilde barrio madrileño le ha salido un competidor: nada menos que el barrio de Salamanca, uno de los más exclusivos de la capital, al cual se le empieza a llamar el nuevo Chinatown de Madrid.
La razón no es otra que el aterrizaje de cinco restaurantes en apenas dos años, que han convertido uno de los barrios nobles de la capital en el epicentro de la comida china de autor. Pero no se imaginen calles humeantes, con charcos en las aceras, luces de neón, ropa tendida y linternas chinas de colores colgando de las fachadas. Tampoco establecimientos apiñados en zonas laberínticas, decoraciones puramente funcionales y una muchedumbre de gente. El Chinatown de Salamanca es un Chinatown de lujo, vanguardista y medio camuflado, donde han venido a instalarse los establecimientos que pretenden colocarse en la parte alta de la tabla de un estilo de comida que hasta hace bien poco, se asociaba a los precios bajos y al gran público.
Alta cocina china
El recorrido por el nuevo Chinatown de la capital comienza en la calle Lagasca, donde se encuentran, uno frente a otro, el Asia Gallery-Green Tea, en el número 82, y el Zen Noodle Shop, en el 80. Ambos son propiedad de Roger Chen, un empresario chino-holandés al frente del grupo Zen y que comenzó a cosechar su fama con un primer restaurante en 1998 en Pozuelo de Alarcón, con el nombre de Zen Vintage.
Chen abrió más tarde, abrió Asia Gallery Green Tea en el Hotel Palace de Neptuno, en una apuesta para elevar la comida china al lujo, siguiendo los pasos del Tse Yang del Hotel Villamagna, fundado en 1996. En la estela del éxito de aquel primer Green Tea, Chen abrió otro en la calle Zurbano. El asalto al barrio de Salamanca era cuestión de tiempo y, en 2019, lo hizo con el restaurante de Lagasca, en una esquina donde también aprovechó para abrir su noodle bar, de estilo más informal.
En la misma calle, unas pocas manzanas más arriba, se encuentra la última sensación de la comida china en Madrid. Se trata del Hutong, que abrió sus puertas poco antes del inicio de la pandemia. El contexto sanitario no fue impedimento para que en pocos meses el Hutong se haya convertido en el chino de moda en la capital. A pesar de su gran apuesta por la alta cocina, sus precios son asequibles con un menú del día de 12 euros y otro experimental de 15 que hace que, entre semana, no quede una mesa libre.
También en 2020, en el mes de agosto, alzó la persiana China Crown. Su abultada clientela un martes al mediodía da fe también de la fama que ha cosechado en poco tiempo. A los mandos de este restaurante están los hermanos María Li Bao y Felipe Bao. Comenzaron desde abajo arremangándose ante los fogones del restaurante de sus padres, el China Crown de Infanta Mercedes. María, con 24 años, tomó las riendas del lugar y más tarde abrió Shanghai Mama, una cadena que hoy cuenta con nueve establecimientos. El primer China Crown cerró porque necesitaba reinventarse, y ese renacimiento llegó en el nuevo restaurante del barrio de Salamanca.
Ambos hermanos fusionaron su experiencia y formación, así como su contacto ininterrumpido con sus raíces en Shanghái para abrir el nuevo China Crown, que entre sus especialidades cuenta con pepinos de mar al estilo Pekín o tofu empanado.
Apenas un año antes de estas dos aperturas más recientes, llegó también al barrio de Salamanca Don Lay, en la calle Castelló con María de Molina. Lo hizo de la mano de otra empresaria chino-española que se inició en el barrio de Usera en el restaurante de sus padres a finales de los 80. El buen funcionamiento del negocio le llevó a abrir el que ya es considerado el templo del dim sung de Madrid, donde antes había restaurante de wok.
Los pioneros
Los cinco restaurantes recién llegados al barrio han multiplicado la oferta de comida china en calles donde los vecinos estaban poco acostumbrados a leer caracteres chinos. Pero hubo quienes apostaron antes por Salamanca como un lugar donde desplegar las bondades de la gastronomía del país oriental. El más icónico restaurante chino de la zona, y uno de los mejores y más conocidos de Madrid -también por sus elevados precios- es el Tse Yang del Hotel Villamagna, entre Serrano y el Paseo de la Castellana, en la calle Marqués de Villamagna.
Con 25 años de trayectoria y constancia, el Tse Yang fue el primer restaurante que se inició en la alta cocina china y lo hizo en una ubicación que en aquel entonces estaba muy lejos de convertirse en una Chinatown. En él se disfruta aún hoy de uno de los mejores patos laqueados de la capital.
Otros de los clásicos son el Palacio del Dragón en calle Ayala 72 y el Yue Lai de Hermosilla 101. Ambos fueron pioneros en el barrio y ofrecen menús a precios económicos, además de contar con muy buenas valoraciones de los clientes. Aunque más alejados, también merecen una mención el Jardín Feliz de la calle de las Mártires Concepcionistas 7 y el Kzen de O’Donnell, 17.
En conjunto, estos 10 restaurantes han cambiado el tejido de restaurantes de un barrio en el que era extraño ver enormes caracteres chinos entre tiendas de ropa de lujo, oficinas de bancos y despachos de abogados. El pato laqueado, los dim sungs y otras delicias de la gastronomía de Sichuán han llegado para quedarse. Si el barrio de Salamanca contaba con los mejores restaurantes de las mejores especialidades de decenas de países, ¿por qué iban a ser menos los veteranos chinos?