Tati y Estela aprobaron una oposición que les ha valido ganarse una plaza de interinas en el limbo administrativo del Ayuntamiento de Linares. De otra forma no se entiende la inverosímil e injusta situación que están sufriendo estas dos educadoras sociales, ya que obtuvieron la máxima puntuación para dos plazas convocadas en la categoría de integradora social del Programa ERACIS, pero trece meses después todavía siguen esperando a que el Consistorio formalice sus contratos.
"En marzo de 2020 deberíamos de haber empezado a trabajar, después de habernos quedado las dos primeras de entre 22 aspirantes para un par de plazas, y aquí seguimos sin contrato", se lamentan desesperadas Estela y Tati a EL ESPAÑOL. "Esta situación es muy frustrante porque hemos estudiado una oposición y nos hemos esforzado para nada".
A pesar de que el asunto es para recurrir directamente al juzgado, lo cierto es que estas dos educadoras sociales han tratado de solventar su limbo laboral por las buenas, a través de escritos dirigidos al Ayuntamiento para que formalice un contrato temporal que legalmente les pertenece. Todo ello, tras superar un proceso de selección de personal interino municipal, cuyas bases se publicaron en mayo de 2019.
La convocatoria incluía cuatro vacantes: una de psicólogo, una de educador y dos de integradores sociales dentro del Programa ERACIS (Estrategia Regional Andaluza para la Cohesión e Inclusión Social). La oposición era muy interesante para una ciudad como Linares donde el paro campa a sus anchas, ya que la vigencia del empleo iba ligada a la duración del citado programa, cuya fecha de finalización es agosto de 2022, con la opción de que la Administración lo prorrogase hasta agosto de 2023.
Tati y Estela, "con toda la ilusión del mundo", pagaron tasas, presentaron sus solicitudes, validaron méritos y se pusieron a hincar codos. "Solo entraban diez temas, pero el temario se lo preparaba por su cuenta cada opositor con los diez títulos que te planteaban: esa era la dificultad del examen". El otro factor determinante era la baremación de los méritos y la experiencia profesional.
En enero de 2020 realizaron la oposición y en el mes de febrero se llevaron "la alegría" de sus vidas. Estela quedó la primera de la convocatoria municipal con una puntuación total -entre el examen y los méritos- de 12,52, sobre 15 puntos. Tati quedó en segundo lugar: 10,72. "En marzo nos llamaron del Ayuntamiento para que les enviásemos por correo electrónico: copia del DNI, número de la Seguridad Social y de la cuenta bancaria".
Pasaron los días, las semanas y los meses: nunca firmaron ningún contrato para incorporarse a la sede de los Servicios Sociales en la antigua Estación de Madrid. Inicialmente le restaron importancia a esa situación, ya que dos semanas después de recibir aquella llamada del Ayuntamiento estalló la pandemia de coronavirus y toda España acabó confinada en su casa.
Todo tipo de excusas
"En septiembre nos volvieron a pedir los mismos datos desde la Concejalía de Función Pública y se los envíamos de nuevo". Y otra vez ocurrió lo mismo: pasaron los días y las semanas sin noticias del contrato que debían firmar para trabajar como mediadoras sociales, tanto en centros educativos, para evitar problemas de absentismo, como en barrios marginales, con el objetivo de ayudar a familias desfavorecidas.
"Lo más increíble de todo es que sí contraron a las personas que aprobaron la plaza de psicólogo y educador y ellos se habían presentado dentro de nuestra misma convocatoria", reflexionan indignadas estas dos linarenses.
Cada mes que pasa, Tati, de 36 años, y Estela, de 30 años, no solo no cobran la nómina de unos 1.300 euros mensuales prevista en la plaza que aprobaron, sino que además están perdiendo puntos para subir puestos en la bolsa única de empleo de la Junta de Andalucía donde están inscritas como técnico de integración social. "Todas las semanas llamamos un par de veces a Función Pública, a Recursos Humanos, a distintos concejales, a las trabajadores sociales que están en la Estación de Madrid...".
Las excusas que reciben son peregrinas: 'falta documentación para vuestro contrato'; 'estamos esperando un papel de Intervención Municipal'; 'es cuestión de una partida presupuestaria'; 'el interventor tiene que firmar y ha salido'...
Han rechazado empleos
La guinda a esta situación surrealista es que han ido rechazando empleos en centros educativos, a la espera de que el Ayuntamiento cumpla su palabra: primero les dijeron que las contrataban en marzo de 2020, luego en septiembre de 2020 y después en marzo de 2021. "Desde que aprobé la oposición no he aceptado dos ofertas de trabajo como monitora de educación especial en colegios de Málaga: no quería irme de Linares y que luego me llamasen", explica Tati. "Este curso no cogí una baja en un colegio de Bailén para trabajar de profesora de apoyo", ejemplifica Estela.
"Si rechazamos algunos puestos de trabajo cuando nos llaman nos pueden expulsar de esas bolsas de empleo". Para evitar males mayores, Tati aceptó una vacante de verano en un centro de menores de Córdoba y Estela cogió en septiembre una sustitución en un colegio linarense. Tales obligaciones las han desempeñado temporalmente sin olvidarse de su examen aprobado: "Hemos presentado seis instancias al Ayuntamiento y nunca nos contestan, como si esa oposición fuera un tema fantasma".
Después de presentar el último escrito han puesto el caso en manos de una abogada: "Si no contestan, plantearemos un contencioso administrativo en el juzgado". No les queda otro remedio puesto que la oposición que aprobaron era para empleos temporales que expiran en agosto de 2023. Por tanto, no pueden recuperar los treces meses que ya han perdido desde que les dijeron que pasaban a formar parte de la plantilla municipal.
De semejante perjuicio dejan constancia en su último escrito dirigido a la Administración local. "A día de hoy y tras haber transcurrido más de un año desde que finalizó el proceso de selección, la exponente no ha sido contratada, lo que le está causando graves perjuicios porque se ha visto obligada a renunciar a otros posibles trabajos ante la supuesta inminencia de la incorporación. Por otra parte, dado que se trata de un programa temporal, pudiera darse la circunstancia de que su periodo de contratación resultara afectado".
La instancia prosigue solicitando al Ayuntamiento que proceda "a la contratación" de las opositoras aprobadas. También le pide que facilite información "sobre la causa de la demora" de las altas de Tati y Estela. Todo ello, ante las posibles acciones legales que puedan emprender al tener "conocimiento de que sí han sido contratados otros profesionales seleccionados en el mismo proceso, concretamente el psicólogo y el educador social, careciendo a todas luces de justificación que el programa se desarrolle parcialmente". Es decir, sin ellas, las dos integradoras sociales.
- Tati y Estela, ¿cómo se sienten ustedes ante su situación laboral?
- Con mucha frustración y un poco de depresión. El contrato del programa ERACIS solo dura unos años y los primeros trece meses nos los hemos pasado en un limbo administrativo. La verdad es que sentimos que se están riendo de nosotras: ¿Quién nos va a devolver ahora todos estos meses que nos prometieron?
La explicación del Consistorio
El Ayuntamiento de Linares admite a EL ESPAÑOL el grave error cometido con estas vecinas que esperan 'sine die' la vancante que ganaron compitiendo con otros opositiores. "Lamentablemente, las áreas de Función Pública y Bienestar Social, anteriormente dirigidas por el grupo Cilu, fueron incapaces en más de un año de darles la oportunidad de trabajo que justamente habían conseguido", tal y como explica un portavoz municipal culpando de todo a Ciudadanos Independientes de Linares Unidos: uno de los tres socios de Gobierno del alcalde, Raúl José Caro-Accino.
"Es un tema complejo y pedimos disculpas a las opositoras por ese fallo de personas del grupo Cilu que ya no están dentro del Gobierno municipal", apostilla la citada fuente que asegura que "está en vías de solucionarse" la situación que sufren Tati y Estela. Esta fuente asegura que el motivo por el que no están contratadas desde marzo de 2020, no se debe a que la Corporación local se haya gastado en otros menesteres el dinero que la Junta de Andalucía destina al programa ERACIS.
La causa "es una deficiencia de personal" en el Ayuntamiento. "Al ser una contratación que depende de una subvención, requiere de un trámite a la hora de contratar. Es precisamente ese trámite el que no se ha hecho por no haber incorporado efectivos, ni por parte del área de Bienestar Social ni por parte de Función Pública. Por ello, lo que se está haciendo ahora es incorporar personal suficiente para poder hacer ese trámite lo antes posible".
En la práctica, y según la explicación municipal, el limbo laboral que sufren Tati y Estela se debe a que para contratarlas a ellas, antes hace falta contratar a otras personas para que realicen ese trámite administrativo de contratación. Menudo trabalenguas administrativo.