La formación profesional (FP) vive su agosto en España. Es una tendencia que viene creciendo en los últimos años y que la pandemia de la Covid-19 no ha hecho sino acrecentar. En 2020, los titulados universitarios han dejado de ser los candidatos más demandados por las empresas. El nivel formativo mínimo solicitado en las ofertas de empleo arroja un dato de los más sorprendente: el 40,1% de las ofertas exige la formación profesional de grado medio o superior, frente al 33,7% que exige titulación universitaria, según el informe de Infoempleo Adecco 2021. Hoy, una FP abre más puertas -laboralmente hablando- que una carrera universitaria.
En España se da un fenómeno que no se da en otros países de Europa. La cualificación de la mano de obra en nuestro país se puede representar con forma de diábolo o de reloj de arena, tal y como explica el Ministerio de Educación. Esto es, una base ancha conformada por la población con titulación escolar, seguido de un estrechamiento en la población con titulación de FP y, de nuevo, un ensanchamiento en la población con carrera universitaria. En otras palabras, en España faltan perfiles técnicos y eso se traduce en una mayor demanda por parte de las empresas.
“Hay otros países de nuestro entorno, como Alemania o Francia, que cuentan con un 60% de técnicos y nosotros solo con un 25%. Es uno de los motivos por los que las empresas necesitan estos perfiles, ya que casi todas están internacionalizadas”, explica Guadalupe Bragado, responsable de FP de los centros de estudios profesionales CCC. “En grado superior la inserción laboral supera el 70%, dependiendo de la titulación, claro”.
La explicación de este mercado de trabajo con forma de diábolo o reloj de arena está en la creencia generalizada de que la FP es una formación de segunda, destinada a aquellas personas que no valen para una carrera universitaria. Sin embargo, no son pocos los universitarios que, ávidos de ofertas de trabajo, se enrolan en una FP para buscar una salida profesional segura. Insistimos, las FP ahora dan más trabajo que las carreras universitarias y nada hace pensar que esta tendencia se vaya a revertir en los próximos años.
Titulaciones de formación profesional (grado medio y superior) más demandadas en las oferta de empleo
Familias profesionales | Porcentaje de ofertas sobre el total de ofertas de empleo |
Administración y gestión | 5,92% |
Electricidad y electrónica | 3,71% |
Fabricación mecánica | 2,88% |
Instalación y mantenimiento | 2,63% |
Informática y comunicaciones | 1,63% |
Comercio y márketing | 1,33% |
Hostelería y turismo | 0,86% |
Transporte y mantenimiento de vehículos | 0,72% |
Sanidad | 0,67% |
Química | 0,41% |
Artes gráficas | 0,41% |
Edificación y obra civil | 0,29% |
Industrias alimentarias | 0,22% |
Imagen personal | 0,22% |
Servicios socioculturales y a la comunidad | 0,22% |
Enseñanzas de artes plásticas y diseño | 0,17% |
Madera, mueble y corcho | 0,11% |
Actividades físicas y deportivas | 0,11% |
Seguridad y medio ambiente | 0,10% |
Sin especificar familia profesional de FP | 15,87% |
Otras titulaciones de FP | 0,21% |
Fuente: Informe Infoempleo Adecco sobre la empleabilidad y formación profesional |
El gráfico arriba presentado muestra las familias con mayor salida profesional dentro de las FP. Bien es cierto que estos datos representan los porcentajes de 2019, los últimos disponibles. Sin embargo, Adecco asegura a este periódico que el orden de las titulaciones apenas cambia de un año a otro. Sí lo hacen los porcentajes, que no paran de subir. Viendo la tendencia de los años posteriores, los datos de 2020 reflejarán lo mismo pero con un aumento notable en todos los porcentajes, tal y como explican los responsables del informe.
Faltan manos, sobre trabajo
Ley básica de la economía de mercado: a mayor demanda, mayor precio. La falta de oferta de titulados en FP hace que estos perfiles sean cada vez más demandados y mejor pagados. Si bien no hay un estudio que compare los salarios de los graduados universitarios con los titulados de FP, no es difícil dar con perfiles técnicos que perciben un mayor sueldo que titulados universitarios. Esto, de nuevo, depende mucho de la titulación cursada.
Como hemos dicho, las empresas tienen dificultades para encontrar perfiles técnicos, incluso algunas con una larga trayectoria en sectores puramente técnicos. Un ejemplo es el gigante de ingeniería y tecnología alemán Bosch. “Estamos teniendo dificultades para encontrar este tipo de perfiles, tanto para formarlos como para incorporarlos dentro de la empresa. Hay más demanda de este tipo de perfiles que oferta”, explica Eva Walle, responsable del área de FP en la citada compañía.
Pese a esto, en Bosch España trabajan más personas tituladas con FP que graduados. Concretamente, un 20% frente a un 15%, respectivamente, y según datos de la propia compañía. Es por esto que Bosch lleva ya varios años implementando planes de formación específicos para perfiles técnicos. “Le estamos dando mucho empuje a la formación profesional y, sobre todo, a la dual desde hace muchos años”, asegura Walle.
La FP dual es una variante a la FP tradicional que se empezó a implementar en España desde mediados de los años 90 y que combina la formación en centros educativos y en una serie de empresas adheridas a esos programas. Esto hace partícipe a las empresas en la formación de sus potenciales futuros trabajadores y oferta una educación eminentemente práctica directamente orientada al mercado laboral.
Una empresa que lleva años implementando esto en el ámbito local es la petrolera Repsol. “Nosotros hemos sido una de las empresas pioneras de la FP dual en España. Tenemos una relación directa con los centros de formación local. Los planes de estudio que hay en esos centros de formación locales están directamente orientados a lo que nosotros necesitamos en esos centros”, explica Cristina Fernández, responsable de comunicación de Repsol.
Los centros a los que se refiere son las refinerías (o centros industriales) que la petrolera tiene distribuidos por España. Cinco en total: Cartagena, Puertollano, La Coruña, Tarragona y Bilbao. Estos lugares son referentes del tejido industrial de las zonas en las que se encuentran. Mucha gente se forma específicamente para trabajar en ellos. Basta con preguntar en las calles de Puertollano para ver cuánta gente trabaja en su famosa refinería.
“Cartagena lleva más de 50 años en la zona de Escombreras. Para quien vive ahí, es un referente. Los jóvenes de ahí, aspiran a trabajar en Repsol”, asegura Fernández. Esta larga tradición en el sector hace que, en el ámbito local, Repsol no tenga ningún problema para encontrar los perfiles técnicos que demanda.
La compañía no ha podido facilitar a este periódico el porcentaje de su plantilla con titulación de FP y de graduados universitarios. Fernández calcula, a ojo, que predomina ligeramente la formación universitaria frente a las FP. Pero eso cambia radicalmente en los citados centros industriales: “Aproximadamente el 60% del personal que se incorpora proviene de FP”.
En este contexto, el Ministerio de Educación ha decidido implementar la formación profesional para llevarla a los niveles europeos y por eso se propone lanzar la nueva ley de FP después del verano. Esta norma, de la que todavía se sabe poco, busca modernizar las formaciones profesionales, implementando la formación dual, aumentar las plazas y ofertar nuevos grados como inteligencia artificial y sistemas informáticos. De fondo, otro dato crucial: la tasa de jóvenes matriculados en enseñanzas de FP en España es del 12% frente al 29% de la Unión Europea.
“Hay que continuar haciendo un esfuerzo por actualizar el catálogo de formaciones. Hay que crear nuevas titulaciones, revisar las que existen y, aquellas que han quedado obsoletas, revisarlas y transformarlas en nuevas titulaciones acordes con lo que requieren las empresas. Por ejemplo, no es lo mismo el equipamiento que hay ahora en Sanidad y el que había antes”, considera Guadalupe Bragado, de CCC. “La FP es una opción de primera. Es el espacio de educación superior. Es un itinerario diferente a la educación universitaria, ni mejor ni peor”.