La búsqueda de Anna y Tomás Gimeno se complica. El material de búsqueda del buque Ángeles Alvariño está al borde del colapso, concretamente, el robot de búsqueda Liropus. “Se nos están acabando los repuestos”, reconoce el jefe técnico del aparato, José Cubeiro, en declaraciones a los medios de comunicación. Y esas piezas que se acaban pueden tardar dos o tres meses en llegar a España.
El barco que encontró el pasado día 11 de junio el cuerpo de la pequeña Olivia Gimeno volvió a zarpar el pasado día 15 para terminar la búsqueda de Anna y Tomás. En sus dos semanas de búsqueda se topó con dos botellas de oxígeno del presunto asesino.
El barco cuenta con un sonar de largo recorrido y el citado robot Liropus, que permite buscar a grandes profundidades y fue crucial para hallar el cuerpo de la hija mayor de Tomás Gimeno y Beatriz Zimmerman. Pero esta tarea resulta cada vez más costosa para el dispositivo de búsqueda.
La zona de búsqueda está a gran profundidad y es un terreno complicado. El Ángeles Alvariño está sufriendo un gran desgaste. Por ejemplo, este lunes tuvo que volver al Puerto de Santa Cruz por una nueva parada técnica y por las malas condiciones del litoral.
Cubeiro ha reconocido que “el paso del tiempo” juega en su contra. “El hallazgo del cuerpo de la pequeña resolvió en parte el caso porque lo peor sería no haber encontrado nada”, indicó el experto que también alabó el esfuerzo que está realizando el equipo del buque como el del Instituto Español de Oceanografía y la Guardia Civil. “Entre todos hemos tratado de hacerlo lo mejor posible”.
Agenda aplazada
Hace ya varias semanas que el barco más mediático de España tenía que haber puesto rumbo a la bahía de Cádiz para participar en el proyecto Isunepca 0621, cuyo objetivo principal es estimar la abundancia de cigala a través de vídeos submarinos. Eso, hasta el día 26. Después debía viajar a Palma de Mallorca, donde hasta el 15 de julio se hubiese centrado en una campaña enmarcada en la línea de investigación sobre ecología larvaria del atún rojo en el mar balear.
Desde su llegada a las Canarias desde Vigo el pasado 30 de mayo, este buque ha sido clave para encontrar en el fondo del mar una botella de buceo y unas fundas nórdicas de Tomás Gimeno. También halló dos pequeñas botellas de oxígeno propiedad del presunto asesino.
Este último hallazgo se produjo en una zona más alejada de la bocana del Puerto de Santa Cruz. Es el punto donde, presuntamente, Gimeno arrojó los cuerpos ya sin vida de sus hijas, según estima la jueza instructora. Las botellas de oxígeno fueron localizadas y recuperadas en una segunda zona donde se han centrado las labores de búsqueda, entre Añaza y Radazul.