Domingo, tres de la madrugada en Amorebieta, provincia de Vizcaya. Veinte individuos rodean a Álex, un joven de 23 años que disfruta de un botellón. En cuanto se da la vuelta, uno de los asaltantes le lanza una botella a la cara, derribándolo. Una vez en el suelo, la jauría le golpea cara y cuerpo con palos, puñetazos y patadas hasta dejarle inconsciente y moribundo. Sólo entonces le robaron y abandonaron a su suerte.
Este es el modus operandi de Los Hermanos Koala (LHK), el grupo juvenil y violento que dejó en estado crítico a Alexandru Andrei Ionita, el vecino de Lemoa que se debate entre la vida y la muerte en el hospital de Cruces. La banda, según ha podido confirmar EL ESPAÑOL de fuentes de la investigación, es una vieja conocida de los cuerpos policiales que actúa de forma organizada, aprovechando su superioridad numérica, para dejar a sus víctimas indefensas ante cualquier ataque.
Los koalas actuales, no obstante, no son los mismos que constaban en los primeros archivos de la Ertzaintza. Aunque el grupo criminal estaba siendo investigado desde hace tres años, la formación original nació hace más de veinte años y ahora, en cuanto sus integrantes se hicieron mayores, ha entrado en recomposición y busca de nuevos adeptos más jóvenes, de hasta 13 años. Algunos de ellos habían sido tutelados por los servicios de menores de la Diputación foral.
Su líder es Diego Antonio, un delincuente de 38 años que ya formó parte de la ‘primera generación’ de koalas; ahora, se ha erigido como encargado de refundar la banda con un relevo generacional. En su haber constan varios antecedentes por robo, todos en compañía de sus antiguos compañeros, cuando sólo era uno más de la manada. Actualmente se encuentra en libertad provisional.
Los que sí se encuentran en prisión a raíz de la paliza son dos de sus camaradas, Cristopher Antón (23 años) y Andoni Alfredo (19), a los que presuntamente habría reclutado el propio Diego Antonio. En total, la Ertzaintza ha identificado a 18 personas como presuntos autores de la golpiza, siete de ellos menores de edad, una chica de 18 años y un joven de 17 autor del famoso vídeo. Todos siguen el mismo modus operandi de sus mayores, los de principios de los 2000: rodear, golpear, machacar y robar. Así uno tras otro.
De hecho, no sólo repiten el mismo método delictivo, sino que también acostumbran a llevar la misma ropa con la que perpetran estos crímenes, lo que les permite identificarlos con facilidad. En el caso de la paliza a Álex, de la grabación se concluye la participación directa de 10 de los identificados, entre ellos cinco menores de edad, que están siendo arrestados en los términos municipales de Erandio, Bilbao y Barakaldo. Podrían enfrentarse a una serie de delitos, entre ellos el de "intento frustrado de homicidio".
Criminales, jóvenes y vascos
A pesar de lo que ha trascendido en algunos medios, EL ESPAÑOL ha podido confirmar de fuentes cercanas a la investigación que la mayoría de los koalas son nacidos en Euskadi y residen, principalmente, en Barakaldo. Durante los últimos tres años, la Ertzaintza ya había 'fichado' a una veintena de sus miembros y dispone de varios informes en los que advertía de su modus operandi, su ámbito territorial y sus integrantes.
Además de la brutal paliza, a la investigación de los koalas se suman otros tres atestados por robos y lesiones el mismo día, todos ocurridos presuntamente en Amorebieta. Según señalan fuentes judiciales, los investigados habrían rondado las poblaciones del Gran Bilbao para cometer varios robos y agresiones colectivas, entre ellas un ensañamiento con otro joven ese mismo día.
Con respecto a Álex, el atestado policial hace referencia a una paliza multitudinaria en un parque de la zona de Jauregiberria (Amorebieta) donde se estaba realizando un botellón. El herido, en estado crítico, empezó a recibir diversas patadas y golpes con palos y botellas por parte de un grupo de jóvenes. El audio de la grabación permite identificar varias voces que jalean: “¡Matadle, matadle!”
Por lo pronto, la Policía Local de Amorebieta y la Ertzaintza continúan investigando el móvil de la agresión multitudinaria, aunque los primeros indicios apuntan a que el joven se enfrentó a sus agresores cuando intentaron robar un teléfono. Por lo pronto, la Consejería de Seguridad del País Vasco prefiere ser prudente sobre “cuál era la voluntad real de los agresores, si era provocar una lesión o iba más allá, en sintonía con quienes los jaleaban”.
"Ha sido una paliza, parece que veinte personas han agredido a un chavalito y lo han dejado hecho polvo", señalaron algunos vecinos de la zona. El padre de la víctima, por su parte, ha confirmado que el joven se encuentra en coma a causa de la agresión, pero los médicos del Hospital de Cruces son optimistas sobre su recuperación.
La Ertzaintza ha detenido ya a ocho personas en relación a la brutal agresión, aunque no se descarta que se produzcan más arrestos en las próximas horas.