Desde que en marzo del año 2020 se decretó el estado de alarma, no fueron pocos los grupos negacionistas que nacieron en el seno del confinamiento, el uso obligatorio de mascarillas y la imposición de las distancias de seguridad. Las autoridades fueron desde entonces las encargadas de hacer cumplir las normas necesarias para resolver la pandemia. Sin embargo, un grupo de agentes conocidos como Policías por la Libertad tuvo otra perspectiva sobre los peligros de la Covid-19.
Presidida por el policía local valenciano Juan Manuel Ramos Mateo, la Asociación Policías por la Libertad dice aglutinar a todo tipo de miembros de los cuerpos y fuerzas de seguridad, tanto pública como privada. Estos agentes aseguran cumplir sus labores policiales con resignación, ya que se muestran contrarios a vigilar la salud de la población cuidando el uso de las mascarillas, el mantenimiento de distancias o la vacunación. A través de sus redes sociales lanzan un mensaje negacionista sobre el coronavirus.
“Esto dentro de unos años será como los juicios de Núremberg”, prevé Ramos Mateo en un vídeo de Policías por la Libertad. “Nos están inyectando algo que no sabemos lo que es”, cuenta este policía también autodefinido como sanador cuántico y maestro de reiki. Haciendo constantes alusiones al nazismo y comparándolo con la vacunación, el agente valenciano invita a la desobediencia civil. “No te pueden obligar a vacunarte como no te pueden obligar a educar a tus hijos de determinada manera”, expone el agente.
Negacionistas
Desde su fundación el pasado año, Policías por la Libertad ha convocado más de una veintena de manifestaciones en toda España. Pancartas de “Falsa pandemia”, “El virus es para controlarnos” y “Derecha e izquierda es la misma mierda” los han acompañado en cada una de sus marchas. Sin embargo, según indica el portavoz de prensa del Sindicato Unificado de la Policía (SUP), Carlos Morales, “se trata de un grupo muy residual de las fuerzas de seguridad con más negacionistas que agentes entre sus filas”.
El psicólogo experto en sectas Miguel Perlado advierte de que esta organización es sólo la punta del iceberg de un entramado de carácter sectario. El hecho de que su líder -Juan Manuel Ramos Mateo- se defina como curandero y maestro espiritual hace sospechar a este terapeuta, que ya ha tratado a víctimas de un grupo llamado Proyecto Coherencia Masa Crítica, cuyo promotor es el mismo presidente de Policías por la Libertad. “Son un grupo que está empezando, pero que puede llegar a ser muy dañino”, comunica el experto.
“Llegó a mi consulta una familia. Su hijo había sido captado a través del mensaje de Policías por la Libertad”, señala Perlado. Tal y como describe el psicólogo que lleva más de 20 años tratando a víctimas de sectas: “Poco a poco esta organización te va introduciendo en un mensaje que cabalga entre el espiritismo y la extrema derecha”. El experto sostiene que esta agrupación tiene como fin manipular la mente de las personas a través de teorías de conspiración que derivan en reuniones de meditación.
Grupo Coherencia Masa Crítica, también conocido como Grupo Coherencia Castellón, se fundó en el año 2017. En su manifiesto, se definen como seguidores de la teoría de la matriz divina del psedoterapeuta y polémico autor Gregg Braden. “Si la raíz cuadrada del 1% de la población, fórmula para conocer a la masa crítica, se pone a meditar a la misma hora podrá cambiar los hábitos de la Humanidad”. Con esta frase como punto de partida, desde el grupo llaman a sus seguidores a acudir a sus oraciones colectivas.
Ultraderecha
Aunque este prototipo de secta nació de manera previa a la pandemia, fue en la misma donde se creó la marca Policías por la Libertad, organización con un líder claro que dentro de su propio proyecto espiritual es considerado incluso como maestro. Sin embargo, el psicólogo Miguel Perlado apunta a un entramado complejo cuyos pilares son Juan Manuel Ramos Mateo, Sonia Vescovacci y Jandro Lion. El último de ellos conocido por ser un ideólogo de la extrema derecha dentro de la Policía Nacional.
“A los menas los pondría contra el suelo”, amenaza Jandro Lion en uno de sus vídeos mientras exhibe una navaja. En sus redes sociales, Lion ha mostrado su apoyo reiterado a la teoría de la falsa pandemia y la postura de Policías por la Libertad con respecto a las vacunas y las mascarillas. Por su parte, la organización negacionista alerta de que estamos “siendo manipulados por los gobiernos” y que “existen soluciones como la ozonoterapia y otros tratamientos alternativos que funcionan para tratar la Covid-19”.
El portavoz de prensa del sindicato policial SUP, Carlos Morales, afirma que estos mensajes no representan el sentir general de una mayoría de agentes, que han luchado para lograr mecanismos de protección contra el coronavirus. “Hemos peleado para conseguir mascarillas, geles hidroalcohólicos y otras medidas sanitarias desde el inicio de la pandemia para proteger a la gente”, lamenta. Morales señala además a una policía en excedencia llamada Sonia Vescovacci como promotora de estas teorías de conspiración.
Vescovacci es actualmente la portavoz de Policías por la Libertad. Youtuber por excelencia de la organización, vende en su página web sesiones de crecimiento personal y espiritual tanto para agentes de la ley como para civiles. “Los protocolos no funcionan y las vacunas son peligrosas”, ese es el lema principal de esta policía nacional en excedencia ahora dedicada a realizar vídeos. “Es así como busca su nicho de mercado, en las pseudoterapias y las conspiraciones”, expone el experto Miguel Perlado.
Una trama internacional
Policías por la Libertad se define como una asociación apolítica que aboga por los derechos civiles incitando a la desobediencia a los protocolos. Amigos de la agrupación negacionista Médicos por la Verdad, presumen de ser una red con apoyos internacionales. Así, Police for Freedom importó esta fórmula a países anglosajones como Canadá, Australia y Estados Unidos. En Suecia, Finlandia, Dinamarca, Grecia y Holanda grupos similares se alzan como portadores de la verdad sobre la Covid-19.
Miguel Perlado asegura que uno de los perfiles más curiosos fuera de España es el de Henna Maria Vermeulen, fundadora y coordinadora internacional de la rama sueca de la organización. “Es una persona con una trayectoria muy errática. Ahora está en Suecia, pero empezó en los Estados Unidos y luego se marchó a Perú a experimentar con el curanderismo, los rituales chamánicos y la toma de ayahuasca”, explica. El psicólogo cuenta que grupo este posee una serie de doctrinas que pueden llegar a ser destructivas.
Sin embargo, tanto en Policías por la Libertad como en su sucursal, Proyecto Coherencia Masa Crítica, destaca un nombre por encima de todos los demás: Gregg Braden. Se trata de un teórico estadounidense de la Nueva Era que garantiza la posibilidad de sanar enfermedades como el cáncer a través del equilibrio emocional. “Las emociones modifican el ADN”, sentencia este autor de más de 20 libros sobre ufología, conspiraciones y una teoría que él denomina como la matriz divina de la masa crítica.
Declarado como seguidor de Braden, Juan Manuel Ramos Mateo opina que “los gobiernos de los países nos niegan la verdad”. Mientras tanto, en su web personal promete curar enfermedades a través de la venta de sus productos. En el catálogo de esta página podemos encontrar desde imanes de neodimio definidos como milagrosos hasta decenas de terapias para, supuestamente, curar bloqueos emocionales. También se ofrecen cursos sobre biomagnetismo holístico, reiki cuántico y otras pseudoterapias.
Embudo de ventas
Otro investigador especialista en sectas, Luis Santamaría del Río, advierte en su libro Crisis pandémicas: perspectiva criminológica, psicológica y social del irremediable crecimiento de los grupos coercitivos durante la pandemia. El experto, que posee más de 20 años de experiencia en el sector, advierte de que “la Covid-19, como todas las crisis, ha sido un caldo de cultivo propicio para las sectas”. En este sentido, apunta a un crecimiento alarmante de este tipo de asociaciones que, en ocasiones, parecen inocuas.
“El fenómeno de las pseudoterapias no es sólo un problema de bulos en torno a la salud pública por parte de charlatanes, sino una cuestión que tiene un fondo más importante”, explica Luis Santamaría. Noelia Bru, vicepresidenta de la asociación RedUne, lleva años dedicada a denunciar y tratar a estas víctimas de abuso grupal. “Se vende la pseudociencia para manipular”, relata la experta. “De esta forma, se juega con la mente de las personas que buscan beneficios en un tratamiento inexistente”, comunica.
Miguel Perlado apunta que para reconocer a una secta es necesario analizar su perspectiva. “Habitualmente se dicen poseedores de la verdad, desprecian al que no piensa como ellos y al que está fuera del grupo lo califican como desconocedor de la realidad”, comenta el psicólogo y creador de la página EducaSectas. El terapeuta cuenta que todos los procesos sectarios empiezan con una idea, como Policías por la Libertad, que te va llevando hacia un terreno desconocido y peligroso a través de la manipulación.
En un primer momento, Policías por la Libertad se muestra como una organización sin ánimo de lucro que defiende la libertad individual. “Estamos para proteger y servir”, expresan a la vez que alientan a la desprotección frente al virus. No obstante, poco a poco en sus vídeos van mostrando una inclinación hacia el rechazo de los protocolos anti-Covid e intensificando su defensa de las pseudoterapias. Todo un embudo de ventas que conduce a los posibles adeptos hacia una secta que se expande como una pandemia.