Lorenzo y su amigo Álvaro salieron la noche del pasado sábado para celebrar Halloween, como tantos otros jóvenes del barrio de Santa María Benquerencia o Polígono (Toledo). Pasaban las dos de la madrugada cuando un individuo enmascarado les abordó en el parque sin nombre paralelo a la carretera TO-23, a pocos metros de la casa donde Lorenzo vive con sus padres.
El hombre les amenazó con un largo machete y les dijo que le dieran todo lo que llevaran encima. Los jóvenes, aterrados, se vaciaron los bolsillos. Lorenzo pudo darle 10 euros en efectivo. Mientras rebuscaban en sus bolsillos para darle algo más a su agresor, llegaron los golpes fatales.
Lorenzo recibió un machetazo en el cuello que le segó la vida. Álvaro, otro en la cara que no le mató. El segundo joven se hizo el muerto cuando cayó al suelo. Eso le salvó la vida y ha hecho que se conozcan los detalles de esta macabra historia. Este suceso termina de cerrar una semana negra, junto con el asesinato del niño de nueve años en Lardero (La Rioja), el descubrimiento del cadáver descuartizado de una mujer finlandesa en Torrevieja (Alicante) y una pelea entre clanes gitanos que se ha saldado con dos muertos en Torrent (Valencia). Todo ha ocurrido en un lapso de 72 horas.
Machete y careta de Jason
Lorenzo Popiliu Cazacu era el único hijo de un matrimonio de origen rumano. Tenía 21 años y los vecinos consultados por este periódico no le han conocido oficio. No era una persona especialmente fiestera o aventurera. Por el contrario, quienes le conocieron le definen como alguien casero, familiar y un poco “friki”. “Jugaba mucho al LOL [el videojuego League of Legends]”, afirma un joven que le trató de cerca. “Solía recoger a sus primas en el colegio”, cuenta una vecina de la familia que todavía no se cree lo que ha ocurrido en este tranquilo barrio toledano.
Nadie recuerda un suceso similar en Santa María Benquerencia, un barrio humilde y multicultural al oeste de Toledo. Todo lo más que ha ocurrido aquí son algunos atracos menores y trapicheos. Sin embargo, la madrugada del domingo este lugar vivió escenas más propias del cine de terror que de la realidad.
Unos 20 minutos antes del asesinato de Lorenzo, el presunto asesino tuvo un episodio similar con otro grupo de chavales. “A dos amigos míos les sacó el machete”, cuenta Víctor, un joven de edad similar a la del fallecido. Al día siguiente, fueron llamados a testificar por la Policía Nacional.
La descripción que dieron los afectados del agresor fue la siguiente: un hombre de 1,80 metros de altura aproximadamente, complexión delgada, sudadera negra, pantalones azules, zapatillas adidas, careta de Jason (el personaje de Viernes 13) y un machete con una hoja “de un metro”. Imagine eso en un suburbio de Toledo de madrugada.
Según cuentan dos jóvenes del barrio —sus versiones coinciden al milímetro, por lo que difícilmente se lo pueden haber inventado— este individuo armado y disfrazado estuvo incitando a pelear a un grupo de jóvenes antes de, presuntamente, cometer el asesinato de Lorenzo. “Salía de los arbustos mirando desde lejos y sin decir nada”, recuerda Víctor.
En un momento dado sacó el arma para amenazar al grupo de cerca. Uno de los chavales cogió lo primero que tuvo a mano para defenderse de un posible ataque, en este caso, una silla. El machetazo no llegó, para suerte de esta pandilla, que volvió a casa con miedo. “Yo creo que no les atacó porque sabía que somos del barrio y que somos muchos”, relata Víctor.
Poco después se confirmaba la tragedia: un joven de 21 años había sido brutalmente asesinado en un parque. Álvaro, el amigo superviviente, pidió ayuda a la desesperada tras el suceso. Lo único que pudo hacer fue llamar a todos los telefonillos que encontraba a su paso, en completo estado de shock.
Los “pisos negros”
No está del todo claro si hay detenidos o sospechosos por este asesinato. Lo que sí se sabe es que la Policía Nacional pasó la tarde del domingo a las puertas de los llamados “pisos negros”, un bloque de viviendas del barrio llamado así por el color de su fachada.
“Había dos furgones y polis con escopetas”, cuenta un vecino. Varias personas consultadas apuntan a que el asesino salió de los pisos negros para cometer el asesinato. Son muchos los rumores y el terror se ha instalado en este barrio. De momento, nadie sabe quién se esconde tras esa máscara.
En el entorno de la familia de Álvaro, la única persona viva que escuchó hablar al asesino, se habla de que tenía acento sudamericano. Pero, por el momento, hay más conjeturas que certezas en torno a esta terrible muerte. “Mis amigos no están tranquilos”, cuenta Víctor, en referencia a los primeros que vieron al presunto asesino de cerca. Normal.
Esta mañana se ha celebrado un minuto de silencio en el Instituto Alfonso X el Sabio, donde estudió el joven fallecido. Asimismo, su funeral se celebró este lunes a mediodía en el Tanatorio de Toledo. Posteriormente, se le dió sepultura en el cementerio municipal. “Había mucha gente”, cuenta un vecino que fue a velar a sus propios muertos por el día de Todos los Santos.
Este martes, tanto el lugar del suceso como el portal de la víctima, acogían cirios, flores y retratos en memoria del joven Lorenzo. Tras este asesinato quedan muchas incógnitas, un barrio muerto de miedo y una familia destrozada.