—Una vez, una clienta, tras ser atendida en nuestra peluquería, se miró al espejo y se puso a llorar. Mi compañera Paola, que le había atendido, se preocupó mucho por si habíamos metido la pata.
—¿Y qué pasó?
—Le dije a Paola que la mujer se había puesto a llorar… pero de emoción. La clienta nos dijo que en su vida se había visto tan guapa con su pelo rizado.
Este pequeño fragmento de la conversación que ha mantenido EL ESPAÑOL con Beatriz de Miguel (Madrid, 1971) ejemplifica el espíritu con el que se trabaja en su peluquería, pues La Perfecta Hair & Brows ha sido la primera de Madrid y de las primeras de España en especializarse en cabellos rizados —y ondulados—. Casi sólo trabajan ese tipo de pelo y el “boca a boca y las redes sociales” han hecho que a las clientes rizadas de este país les compense esperar el “mes y medio o dos meses de lista de espera”. La razón: quieren pasar por las expertas manos de los cinco profesionales que trabajan —casi como artesanos— en el local.
El éxito que ha supuesto la apertura de una peluquería especializada en cabellos rizados ha provocado, además, que Beatriz y Paola Casado (Madrid, 1986), la otra propietaria, tengan entre su lista de clientes a mujeres famosas. Hay actrices, como Toni Acosta; influencers, como Ana Aparachi; o artistas del mundo de la música, como Pitty Bernad… Todas, eso sí, rizadas. “Las rizadas no hemos sufrido racismo, sino ricisimo”, le decía una de las celebridades a Beatriz mientras le trataba su cabello rizado. “No sabes lo que siempre han sufrido las mujeres con el pelo rizado. Incluso ha habido veces que en sus trabajos las han obligado a alisarse el pelo”, explica a este medio la CEO de La Perfecta Hair & Brows.
Esta profesional, con amabilidad, ha recibido a este diario durante la mañana de este jueves en su peluquería, situada en el número 34 de la calle de La Palma, en el madrileño barrio de Malasaña. Y, desde primera hora, el ritmo con el que se trabaja en este salón de belleza es frenético. Ninguno de los tres peluqueros que están trabajando paran en toda la mañana. Están cumpliendo los deseos y sueños de todas sus clientas rizadas: tintes, cortes de pelo y, sobre todo, peinados con definición. “Cada rizo debe estar perfecto y en su lugar”, esgrime Beatriz. Estos tratamientos de cabello, en este sentido, cuestan entre 18 y 150 euros.
“Cuando en 2019 abrimos la peluquería, lo hicimos como una al uso. Entonces, me di cuenta de que todas las mujeres con pelo rizado estábamos descontentas con el servicio que nos daban en las peluquerías. Observé, gracias a escucharlas, que todas habíamos pasado por lo mismo, que nos habían hecho creer que sólo alisándonos el pelo estábamos peinadas. De lo contrario, parecíamos unas locas”, se sincera Beatriz, sentada en una suerte de diván que utiliza para hacer los tratamientos de cejas de los que es experta. Ella, sabe comprender ese “ricisimo” porque, de hecho, es una mujer con una melena negra y rizada. Eso sí, la tiene perfecta. Como el nombre de su negocio.
El origen de La Perfecta
Pero el éxito creciente que ha tenido La Perfecta durante sus años de andadura en Madrid es fruto de una idea que llevaba años latente y de una amistad que había empezado hace unos 15 años. Beatriz, en realidad, es psicóloga de profesión hasta que un día quiso “reconducir” su vida. “Empecé a hacer unos cursos de maquillaje y de caracterización a través de los cuales conocí a Paola”, recuerda la maquilladora y dueña de la peluquería.
Paola, la otra propietaria de La Perfecta, reconoce que en su caso el mundo de la peluquería es absolutamente “vocacional”. “Quería trabajar en esto desde que tenía cinco años”, añade. Y así fue como, hace 15 años, esta sed de las dos mujeres por aprender y ejercer en el mundo de los cuidados y la belleza, les llevó a fraguar una amistad.
Así, las dos amigas empezaron hace ya mucho tiempo, “unos 10 años”, a tener la idea de abrir una peluquería. Esta ilusión comenzaría a rondar por sus pensamientos, pero el destino las separó. Paola se fue a vivir a Burgos y Beatriz siguió con su vida en la capital. En este tiempo, Beatriz comenzó a interesarse, por su pelo rizado, en el método curly, una serie de técnicas destinadas a potenciar las ondas y rizos naturales de cada cabello evitando usar herramientas de calor, que pueden dañar el pelo.
Comenzó así a aprender de Piña Rizada y colaborar con esta empresa dedicada a la formación de profesionales y divulgación en redes sociales sobre los cuidados del cabello rizado. “Este proyecto lo hicieron Gloria y Llanos, dos chicas con el cabello rizado que quieren promover y enseñarnos cómo debemos tratarnos los rizos, ya que a ellas les destrozaron el pelo”, explica Beatriz. Ahora, ella misma es su embajadora en Madrid. Con todo esto, a Beatriz ya empezó picarle —aún más— el gusanillo de abrir un negocio especializado en clientes con el pelo rizado.
Y se alinearon los astros. “Paola me dijo que quería volver a Madrid. Había llegado el momento de abrir la peluquería que habíamos imaginado hacía muchos años, así que la abrimos el 17 de diciembre de 2019. Pero, casi tres meses después, tuvimos que cerrar. Se había declarado el estado de alarma por la pandemia. Y, evidentemente, nos preocupamos muchísimo porque acabábamos de comenzar”, recuerda Beatriz.
De 'hundidas' a vanguardia
Empezaría, con la Covid-19 expandiéndose por doquier, un periodo de vacas flacas e incertidumbre para La Perfecta. Beatriz y Paola estaban hundidas al no poder trabajar. “Tuvimos la suerte de que nuestros arrendadores, una familia americana dueña de este edificio, fue muy comprensiva con los pagos de los alquileres. No sólo cuando estábamos cerradas, sino cuando pudimos reabrir. Fueron muy majos. Gracias a ellos tuvimos un respiro económico”, explica Beatriz.
Pero los meses pasaron con la misma vertiginosidad con que se extendía el rumor entre las mujeres rizadas de Madrid de que había una nueva peluquería sólo para ellas —y ellos, aunque “sólo suponen un 2% de los clientes”—. Así, Beatriz y Paola pudieron reabrir su salón de belleza y, rápidamente, notaron el éxito que iban a tener.
“Empezamos a tener clientas no sólo de Madrid, sino de otras ciudades como Valencia, Sevilla, Tenerife…”, continúa Beatriz. “La gente estaba dispuesta a viajar para que las atendiéramos”, añade. Un hecho que, según ha podido observar EL ESPAÑOL, se debe a la minuciosidad del trabajo de los peluqueros Paola, Alessandro, Jharold y Julia —Beatriz les enseña la técnica de tratar pelos rizados, pero se dedica a trabajar las cejas—.
Y es que por cada cliente, los peluqueros pueden tardar desde 45 minutos hasta dos horas y media. En La Perfecta no se escatima en tiempo y, por ello, ahora son vanguardia en el tratamiento de cabellos rizados. “A lo mejor, cada peluquero atiende a sólo cinco clientas al día”. Hagan cuentas. Sólo 20 mujeres pasan al día por este salón de belleza madrileño, algo que, evidentemente, influye en la larga lista de espera “de hasta dos meses” que tiene la peluquería.
“Aun así, en esta lista de espera también influye la disponibilidad de cada cliente. Hay veces que nos cancelan la cita y yo publico en Instagram los huecos que han quedado libres al día siguiente por diversas causas. A los dos minutos están otra vez llenos”, sostiene Beatriz. Esto es el ejemplo de la revolución de las rizadas que están encabezando Beatriz, Paola y el resto del equipo de La Perfecta. Una revolución a la que también se han adherido varias mujeres famosas clientas del salón de belleza. Se acabó la era del ricisimo.
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