Dentro de una semana, exactamente, es Navidad. La primera de la pandemia en la que podremos disfrutar como antes, pero extremando las precauciones. Gracias a un 2021 cargado de vacunas frente a la Covid-19 —y a diferencia de hace un año—, no hay toques de queda. No obstante, los contagios siguen subiendo, así que debemos seguir cuidándonos a pesar de estar vacunados. Lo que se puede hacer —si nos da pereza—, es no cocinar los amplísimos menús de cara a la Nochebuena o la Navidad porque Mercadona, un año más, trae un menú navideño con cinco platos distintos. Y, en EL ESPAÑOL, hemos probado cuatro de ellos por 97 euros.
Así, este diario, en una nueva entrega de las pruebas de comidas recién hechas navideñas, ha encargado los platos en una sede madrileña del supermercado valenciano. El objetivo: organizar una cena de Navidad para informar qué tal nos han parecido los platos de este año. Para ello, hemos acudido a nuestro Mercadona más cercano con el fin de hacer el encargo de la cena que ha pensado la cadena de cara a Nochebuena, Navidad, Nochevieja y Año Nuevo. En nuestro caso, hemos solicitado cuatro platos que han servido para que seis personas hayamos comido perfectamente.
En la oferta navideña de 2021 del Listo para Comer, la sección de platos precocinados de Mercadona, había desde cochinillo hasta cordero, las carnes más tradicionales en estas fiestas. Concretamente, el gigante valenciano tiene a disposición de sus jefes—clientes— medio cochinillo asado por 55 euros; un pollo de corral relleno por 35 euros; una paletilla de cordero lechal por 18 euros; un plato de carrillada en salsa de vino tinto por 12 euros; y una bandeja con 18 canapés que cuesta, también, 12 euros.
Pero como avanzamos, al ser sólo seis comensales en esta cena de prueba, si pedíamos toda la oferta podíamos correr un serio riesgo de empacho. En consecuencia, pedimos todos los platos, salvo el pollo de corral relleno, que, según informa Mercadona, es un plato destinado para seis o siete comensales. Aun así, para los que les interese, el pollo está relleno de “chalotas, trufa, foie, ciruelas, especias, brandy y tocino fresco”. Todo ello, acompañado de patatas panaderas y cebollas fritas.
Nuestro pedido en Mercadona
Pero volvamos a lo nuestro. Nuestra cena. Bien, todo comenzó con una visita al Mercadona el 9 diciembre. Mientras paseábamos por el supermercado, nos llamaron la atención los carteles en el Listo para comer en los que ponía Encargo Navidad en letras blancas con un fondo rojo. El gigante presidido por Juan Roig ya había puesto la maquinaria navideña en marcha y, desde el 22 de noviembre, ya podíamos encargar nuestra cena de Nochebuena.
De hecho, los consumidores rezagados aún lo pueden hacer hasta el 21 de diciembre —para Nochebuena o Navidad— o hasta el 28 de diciembre —para Nochevieja o Año Nuevo—. Este no era nuestro caso, por lo que ese mismo día encargamos el menú de Navidad para probarlo a lo largo de esta semana con el fin de escribir la presente crónica. Así, la fecha de recogida era un tanto inusual, aunque a la trabajadora no pareció sorprenderle. Igual existen grupos de amigos o familias que durante diciembre se dan un festín navideño antes del 24 de diciembre.
“Lo queremos para el 14 de diciembre a mediodía, por favor”, decimos. La trabajadora, perfectamente ataviada con su mascarilla, su gorro y sus guantes, acepta y nos da un ticket en el que está escrito el número de pedido y el importe a abonar el día de la recogida. Y así nos fuimos del supermercado. Durante los siguientes días, sólo podíamos ver como pasaban los días en el calendario hasta el ansiado 14 de diciembre, día en el que, a mediodía, volvimos al Mercadona con el objetivo de salir con las manos llenas.
—Buenas, venía a buscar un pedido de menú navideño, por favor. Aquí tiene el ticket…
—Sí, un momento [...]. Vale, aquí tienes las cajas. Ten en cuenta que hay que llevarlas en esta posición—dice la trabajadora del Listo para comer con la caja en horizontal— para que no se mueva la comida o las salsas. Ve a las cajas y ya lo pagas allí.
—Una duda… querría cenar esto por la noche con unos amigos—faltaban 9 horas—. Mientras, ¿cómo lo conservo?
—Mételo todo en la nevera y luego sigue las instrucciones para rematar las elaboraciones. Vienen en este código QR.
Tras esa conversación, y cargados con el cochinillo, la paletilla de cordero, el plato de carrillada al vino tinto y la bandeja de canapés, ponemos dirección a las cajas. Allí, abonamos 97 euros y a casa. El destino de toda la comida era la nevera hasta llegado el momento de la cena.
200 grados en el horno
El día transcurría lento, pero no aburrido. Tic, tac, tic, tac… Habíamos quedado a las 20:30 para calentar el horno y ponernos a darle el golpe final de calor a la cena. El objetivo era que las seis personas estuviéramos ya sentadas comiendo a las 21:30. Y, con la mayor puntualidad, los seis comensales que nos vamos a congregar en la mesa nos ponemos manos a la obra para rematar la faena.
Tal y como indican las instrucciones de Mercadona, precalentamos el horno a 200 grados sin grill para darle el golpe final al medio cochinillo asado —55 euros—, que está pensado para tres o cuatro personas. Una vez el electrodoméstico ha alcanzado la temperatura adecuada, lo introducimos en el horno, en la caja en la que viene. Está acompañado con patatas panaderas y cebollitas como guarnición. En 25 minutos, promete la entidad de Juan Roig, estará listo.
Pasado el tiempo prescrito, testamos la piel para comprobar que esté crujiente, pero permanecía blanda, así que decidimos dejarlo tres minutos más. Una vez se cumplió ese tiempo, la piel seguía sin crujir, pero nos arriesgábamos a secar en exceso la carne. Por tanto, optamos por sacar el cochinillo y, en su lugar, metimos en el horno, también a 200 grados, la paletilla de cordero, que, según explica Mercadona, también tiene que calentarse durante 25 minutos. Este plato, acompañado de patatas panaderas y cebollitas asadas, está destinado para uno o dos comensales.
A falta de cinco minutos, hacemos lo propio con el plato de carrillada en salsa de vino tinto —para un comensal y 12 euros—. En este caso, el plato precocinado sólo se tiene que calentar durante el citado tiempo en el microondas. Los canapés son fríos, con que se saquen de la nevera “una hora antes de su consumo”, valdría, indican las instrucciones que Mercadona adjunta a los clientes que se lleven estos platos.
Y, por fin, llegó la hora la verdad: la cena. Colocamos todos los platos ya listos en la mesa del comedor y, alrededor de ella, hay seis comensales. Cuatro hombres y dos mujeres. Todos ansiosos por hincar el diente a las elaboraciones y poder opinar acerca de los platos navideños de Mercadona.
Nuestra valoración
“La carne de este cochinillo está muy buena. Tiene una textura gelatinosa y tiene un buen sabor”, describe uno de los comensales. En contraparte, hemos pensado que a la elaboración le falta algo para llegar al sobresaliente: la piel tostada y crujiente. Como se había avanzado, a pesar de que estuvo en el horno el tiempo indicado —incluso algún minuto de tiempo extra—, la piel del cochinillo no ha quedado tostada. “Le salva el sabor de la carne y sus acompañamientos: las patatas y las cebollitas, que están realmente buenos”, esgrime otro comensal.
A varios de los que estábamos cenando, el cochinillo nos había sembrado dudas por su corteza blanda. Algo que, sin embargo, no ocurrió con la paletilla de cordero lechal —18 euros—. “Este plato está muy bien especiado, la carne está muy buena y se separa muy bien del hueso. Además, la pieza no está seca”, describe un comensal que, según cuenta, cada Navidad come cordero en su casa. “Para mí, la Navidad sin cordero, no es Navidad”, afirma. Prueba de ello es que, al final de la cena, este comensal dejó limpio el hueso de la paletilla.
Pero, sin duda, el plato estrella de Mercadona durante esta peculiar cena navideña ha sido la carrillada en salsa de vino tinto. Tanto que, al final de la cena, cuando este periodista ha pedido un veredicto final, el resto de comensales han coincidido en que era el mejor plato por “el sabor de la salsa”, muy equilibrado y con buen punto de sal, y por “la textura de carne”. “Se nota que se ha estofado muy bien porque se deshace en la boca”, apuntaba uno de nuestros catadores.
En cuanto a la bandeja de canapés —12 euros—, destinada para tres o cuatro personas, en general, las críticas han sido positivas. El que más ha gustado ha sido el de queso Stilton y mango crispy y, el que menos, el canapé negro de queso curado, membrillo y nueces “porque no sabe a nada”. El resto, en general, han sido bien valorados. Si le pica la curiosidad, son los siguientes: canapé de salmón y eneldo; de ensaladilla rusa; de sobrasada y miel; de trufa con cecina (también ha arrasado); de foie, manzana caramelizada y huevo hilado; de Roastbeef; y de queso con higos.
Esta bandeja, en todo caso, se había puesto como entrante pero una comensal decía que, para ella, “vale la pena comprarla incluso cuando no es Navidad y cenar los canapés un día con otra persona mientras te tomas un vinito”. No obstante, Mercadona sólo tiene disponible este plato en temporada navideña, al igual que los otros cuatro. Así, un año más, el supermercado de Juan Roig ofrece un completo menú para aquellos consumidores que no quieran —o no puedan— cocinar para las tradicionales comidas y cenas navideñas.
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