La vendetta de la izquierda contra Conrado: su fundación Madrina da de comer a 4.000 familias
Los carmenistas lo pusieron como condición para apoyar los presupuestos de José Luis Martínez Almeida en Madrid.
31 diciembre, 2021 06:14Noticias relacionadas
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Conrado Giménez es un hombre con dos vidas, separadas ambas por el día en que los bomberos lo sacaron de los escombros de un Ford Fiesta rojo, empotrado por un conductor sin carnet que se saltó un ceda al paso. Salía de un consejo de administración del Banco Santander, desempeñado aquellos días en el gabinete de la presidencia. Fue el día que renunció a ser un yuppie, a la corbata, a un sueldo del tamaño de varios. Él es el responsable de la Fundación Madrina, que dio de comer a 4.000 personas en plena pandemia y cuya ayuda ha quedado dilapidada por la vendetta de la izquierda carmenista. Esa fue una de sus condiciones para aprobar los presupuestos de Almeida.
Era 1999. Recuperado y en cumplimiento de uno de esos pactos que solo se hacen al borde de la muerte, se marchó a Calcuta, con las Hermanas de la Caridad, a una habitación numerada con el 14 y contigua a una habitación donde expiraban enfermos de sida.
Sin embargo fue en Cuzco, a 4.000 metros de altura, en una cabaña, donde asistió a un parto sangriento, entre una pobreza arrocera y blanca. Allí decidió que entregaría su vida a las mujeres madres de hijos con el porvenir crudo. “Dejé el mundo de la empresa por la empresa más importante de un país: la familia, donde la madre es el CEO, por eso hay que empoderarla”.
Es la génesis la Fundación Madrina, que durante la pandemia dio de comer en Madrid “a 4.000 familias al día, recibió 350.000 llamadas en su call-center, bloqueados el 016, el 010 y el 012; y colaboró con 100 asociaciones”.
Fueron las colas del hambre, un término acuñado por el propio Conrado y cuyas imágenes sirvieron de reclamo a un Pablo Iglesias que las incluyó en su campaña electoral a la presidencia de la Comunidad de Madrid del pasado mayo. Nacieron poco después de aquel 14 de marzo de 2020, el día en que se decretó el estado de alarma, a raíz de una llamada desde el Ayuntamiento. “Nos pidieron alimentar a Madrid cuando no estaban ni Cáritas ni Cruz Roja. Nos abrieron todos los servicios sociales, sin trabajadores, porque Madrid pasaba hambre. Vallecas, Retiro, Tetuán. Había colas interminables”:
El pasado miércoles, el Pleno del Ayuntamiento de Madrid acordó quitarle la subvención nominativa de 200.000 euros a la Fundación Madrina, recibida por primera vez el pasado año, a propuesta del Grupo Mixto. De fondo sobrevuela la venganza personal de su portavoz, Marta Higueras. “Le han cortado la cabeza a David, no a Goliat”, se queja el presidente de la fundación.
La condición de Recupera Madrid
Bajo un clima de tensión y todavía confinado tras su positivo en covid, telemáticamente, en el centro de una pantalla donde también participaron otros ediles, el alcalde de Madrid, José Luis Martínez Almeida, vivió la sesión extraordinaria y urgente del Pleno municipal este miércoles, donde se aprobó el presupuesto y las ordenanzas fiscales para 2022.
Bajo un fuego cruzado, con acusaciones de tratarse de unas cuentas con aroma fascista por parte de Más Madrid y de tener tintes comunistas bajo el prisma de Vox, se desarrolló una riña con varios puntos controvertidos, sacados adelante por el equipo de Gobierno PP-Ciudadanos con el apoyo de los tres concejales carmenistas, los de Recupera Madrid, los escindidos de Más Madrid hace medio año e integrados en el Grupo Mixto.
Cuatro hasta el pasado lunes, cuando Felipe Llamas renunció a su acta por no compartir “el formato de la negociación” ni las prisas de un “acuerdo apresurado”.
La aprobación de una de las enmiendas transaccionales ha generado incomprensión en muchos sectores. Se trata de una de las condiciones puestas sobre la mesa por el Grupo Mixto a través de su portavoz, Marta Higueras, para aprobar los presupuestos: la subvención nominativa de 200.000 euros a la Fundación Madrina para la “ayuda a mujeres embarazadas o familias con hijos en situación económica o social desfavorecida con necesidades de alojamiento”.
Vox canalizó la protesta en las redes, a través del líder su formación, Santiago Abascal, que pidió el “amparo” de la asociación a la presidenta madrileña, Isabel Díaz Ayuso. El alcalde de Madrid recogió el guante ese mismo día manifestando en Telemadrid que “si Vox se hubiera sentado a negociar, esa subvención estaría incluida”.
Un asunto incomodo para muchos, destacado en el Pleno del pasado lunes por la propia Marta Higueras, que lo anunció tras el éxito de su formación sacando “a Vox de Madrid” y el “compromiso de otorgar el título de hija predilecta de la ciudad a Almudena Grandes”. Higueras comunicó la eliminación de “la subvención a la Fundación Madrina, que es la fundación que acosa e intimida a las mujeres que deciden interrumpir su embarazo o el apoyo sociolaboral para menores no acompañados”.
Conrado Giménez, fundador y presidente de la Fundación Madrina desde 2001, achaca la propuesta y la descalificación hacia su asociación a lo que considera una “vendetta personal” de la ex primera teniente de alcalde de Madrid en la etapa de Manuela Carmena al frente del consistorio.
“En el año 2018 tras ir a visitarla al Ayuntamiento de Madrid, visitó la Fundación Madrina y le encantó, nos dio parabienes y nos felicitó por nuestro trabajo. Estuvo visitando el centro de formación de madres, compartiendo un rato con ellas”, narra Giménez a EL ESPAÑOL sobre una relación en principio cordial que, sin embargo y según relata, se truncó demasiado rápido. La Navidad de hace ahora tres años.
“Justo dos meses después, una madre se escapó de Samur Social y nos contó lo que denunciamos: que la estaban presionando para abortar y ella quería tener el bebé. La llevaron a la Clínica Dator para abortar, nos escribió el calvario e incluso le dijeron que si no abortaba le quitaban al niño”, sigue el presidente de la fundación acerca de un caso seguido especialmente por Cope, que entrevistó a la mujer el 14 de marzo de 2019.
María [nombre ficticio], peruana de 37 años, en situación irregular, había llegado a Madrid cuatro meses antes de aquella entrevista en la que narró que cuenta que su pareja la había abandonado tras informarle del embarazo. Acudió a Samur Social orientada por una parroquia de Lavapiés y allí, según relató la propia mujer al medio, tras explicarle la precariedad de la situación a los agentes sociales, la acompañaron hasta la Clínica Dator para practicarle un aborto y a la Seguridad Social para conseguir su tarjeta sanitaria.
“Entré en pánico. Les dije que no quería abortar pero ellos insistieron”, contó una mujer que comenzó una buscó ayuda en Internet hasta dar con la Fundación Madrina, que le proporcionó ayuda médica y psicológica y medios para continuar con la gestación.
“Nos lo contó y lo denunciamos”, sigue Giménez, “nos narró su calvario e incluso le dijeron que si no abortaba le quitaban al niño”. Tras esta denuncia, el presidente la Fundación Madrina asegura que llegó una llamada intimidatoria de Marta Higueras. “Nos llamó y lo pusimos en altavoz. Nos dijo que la llamada se estaba grabando, y que si no retirábamos el vídeo que habíamos subido a las redes utilizaría todos los medios del Ayuntamiento para destruir la fundación”.
Fuentes de la oposición en el ayuntamiento, aseguran a este periódico que varios ediles de Más Madrid estaban ayer “escandalizados” ante la cruzada del grupo mixto con la fundación. “Estuve hablando con dos concejales y me dijeron que era un tema personal, que la inquina era personal, aunque es verdad que no deja de ser una opinión”, asegura.
Preguntada por EL ESPAÑOL, Marta Higueras tacha de “invención” la descripción de los hechos por parte de Conrado Giménez. “Yo he estado en la Fundación Madrina, no tengo absolutamente nada contra la Fundación Madrina, me parece que si a alguien le sirve lo que hacen, pues que lo hagan, adelante. Este señor sabe que esto es mentira. Lo que estoy es siempre en contra de esas personas que van a acosar a las mujeres que quieren ejercer su derecho al aborto y esta asociación está promoviendo que esto suceda”, asegura la edil del Grupo Mixto a este periódico.
Conrado Giménez niega que la Fundación Madrina lleve a cabo estas prácticas, sino que “son las mujeres en situación de vulnerabilidad quienes acuden diariamente a buscar su ayuda”. Por ello, Higueras matiza que “la Fundación Madrina como tal, con su logo y su historia seguro que no se pondrá allí, pero sí personas que están allí, a las que les preguntas y te dicen de dónde son y de dónde vienen, de grupos pro-vida, de la Fundación Madrina”.
“Yo era delegada de Derechos Sociales en ese momento y fui a ver lo que estaban haciendo, porque no la conocía de antes. Tengo varias fotos con la gente que había allí, desde ese momento no sé más de la Fundación Madrina. No tengo ninguna venganza personal ni contra Conrado ni contra la fundación”.
La edil manifiesta que esa subvención “se va a trasladar por un programa que lo va a desarrollar Madrid Salud”, ya que se trata de una “labor que tiene que hacer el Ayuntamiento”. Además, desliza que “la Fundación Madrina ha vivido hasta el año pasado sin ninguna subvención, se mantenía con sus propios medios”, lanza un dardo al afirmar que “Madrid Salud no acosa a nadie” y se pregunta “¿por qué no pueden seguir con la misma financiación que tenían?”.
Conrado cuenta la multitud de visitas que ha recibido de políticos en los últimos años. “Todos los políticos que han pasado por las colas se han quedado tocados”, afirma. Cuenta que José Luis Martínez Almeida se acercó antes de ser alcalde. De Ayuso que fue a agradecerle su labor el pasado 29 de mayo. “Vino a dar las gracias a la fundación, cosa que no ha hecho el Ayuntamiento, por el comportamiento que había tenido durante la pandemia. Tomó palabras mías, me sorprendió, y se lo agradezco mucho. Es una mujer extraordinaria, muy sencilla”. El jefe de gabineta de la presidenta, Miguel Ángel Rodríguez, le contó “que preguntando en toda la Comunidad de Madrid se sorprendió porque solo encontraba palabras de elogio para nosotros, que era los que más hacíamos”.
Otra de las quejas de Conrado Giménez, difundida estos días a través de las notas de prensa periódicas con las que informa de la actividad de la fundación, es el de una mujer a la que Higueras, presuntamente, prometió realojar en su etapa como teniente de alcalde. Afirma que esta mujer “fue engañada por Marta Higueras, que le prometió una casa solo para desalojar su despacho”.
“Son cosas tan absurdas que yo que no merece ni mención”, contesta la edil del grupo mixto al ser preguntada. “Yo trabajo de una manera absolutamente seria. Si este señor dice esto, él mismo se delata. Es una cosa absolutamente ridícula. No quiero entrar a valorar lo que dice este señor”.
Sin embargo, Sara [también nombre ficticio, prefiere mantener el anonimato] sostiene la versión de Conrado Giménez. “Nos quedamos en el despacho y les dijimos que no nos íbamos hasta que no nos dieran una solución, que no nos podíamos ir con una contestación. Todo esto fue negociado por la PAH [Plataforma de Afectados por la Hipoteca] de Arganda”.
“Ella me prometió que me iba a dar una vivienda de protección social o que compraría la mía, que era de credicismo, y nosotros pasaríamos a ser inquilinos del Ayuntamiento. Eso fue en 2019 y se quedó en el aire”.
Sara era vecina de San Blas hasta que, “después de 13 desahucios”, terminó abandonando su casa. Participó en la PAH entre 2016 y 2021, hasta que el pasado mes de septiembre se mudó junto su pareja y sus dos hijas de 12 y 15 años a Muñana, un pueblo abulense donde la Fundación Madrina realiza repoblaciones.
“Entramos en la Fundación Madrina porque una compañera de la PAH se puso en contacto con ellos y me dio el número de teléfono. Llamé en abril de este año y un día me fui a la plaza de San Amaro para decirle a Conrado que me iban a echar de casa”, narra esta mujer, que asegura que “Conrado me paró el desahucio dos veces, escribiendo al fondo buitre y al juzgado, y nos encontró trabajo y casa aquí a mí y a mi pareja”, le hizo “gratuitamente la mudanza” y le proporciona alimentos “todas las semanas”. Además, “si me hace falta algo porque no lo hay en el pueblo, lo llamo y me lo trae”.