Valencia

Juan y Juana eran una pareja de octogenarios que vivían desde hacía más de 20 años en Miramar, un pequeño municipio de la provincia de Valencia, cercano a Gandía, de poco más de 2.500 habitantes. Sus vecinos cuentan a este periodico que eran un matrimonio aparentemente feliz y entrañable que decidió instalarse a vivir cerca de la playa tras residir en Alemania.

Como tantos otros matrimonios españoles, tuvieron que emigrar a otro país en busca de una vida mejor hasta que pudieron instalarse de nuevo junto al mar Mediterráneo. Los dos procedían de la Comunidad Valenciana, pero no nacieron en Miramar. El lugar les gustó, adquirieron una casa y escogieron este punto de la costa valenciana para regresar a España y reencontrarse con sus raices.

Juan y Juana se integraron rápidamente en la vida del municipio y se ganaron el cariño y respeto de sus vecinos. En el pueblo eran conocidos como "los abuelitos" porque siempre se les veía pasear, él con andador y ella con muletas. Pese a que ambos eran dependientes, la pareja vivía sola y tenía un hijo que seguía residiendo en Alemania.

El pasado sábado 1 de enero, en torno a las 22.50 horas, Juan (88 años) salió del domicilio familiar, ubicado en la calle Taona de Miramar, pidiendo ayuda. Estaba desorientado, asustado, y aseguraba que había matado a su mujer tras empujarla al suelo a raíz de una discusión cuya causa no ha trascendido. Un repartidor de pizzas, que en ese momento pasaba por la zona, se encontró a Juan y fue quien alertó a la Guardia Civil. Cuando los agentes llegaron al lugar de los hechos, se encontraron el cuerpo de la mujer sin vida y sin aparentes signos externos de violencia.

El marido, que al parecer también sufre problemas de demencia, fue detenido en ese mismo momento y los investigadores están a la espera de conocer el resultado de un segundo examen forense para determinar si su esposa falleció por el golpe provocado por la caída o por alguna otra causa, confirmaron este lunes a EL ESPAÑOL fuentes conocedoras de las pesquisas.

Por el momento, el juzgado de Violencia Sobre la Mujer 1 de Gandía ha incoado las diligencias a la espera de conocer el nuevo dictamen de los forenses y el atestado policial, pues el primer examen practicado no precisa con exactitud la causa del fallecimiento, al margen de si fue accidental o no.

Así, esta investigación tendrá que determinar si Juana (87 años) es la primera víctima mortal por violencia de género en España del año 2022. Se trata de un caso complejo por las circunstancias personales del presunto autor y las dolencias que arrastra. Por ello, el dictamen de los forenses será fundamental para determinar si la muerte de Juana fue causada por un mal golpe en la cabeza al caerse al suelo tras empujarla Juan.

Según puntualizaron fuentes policiales, los primeros resultados no son concluyentes y por este motivo se está practicando una segunda autopsia, por lo que el juzgado sigue sin conocer el motivo exacto por el que falleció Juana el día de año nuevo.

Sin denuncias previas

Lo que sí ha podido confirmar ya la Guardia Civil es que no existían denuncias previas ni intervenciones policiales motivadas por discusiones entre la pareja. Solo constan varios avisos a la Policía Local por caídas que habían sufrido los dos en el domicilio al tener dificultades para andar, apuntaron fuentes del Ayuntamiento de Miramar.

“Estamos conmocionados porque era un matrimonio muy conocido en el pueblo que se relacionaba con todos los vecinos y nunca había dado ningún problema”, afirma la alcaldesa de Miramar, Pilar Peiró. El Ayuntamiento está a la espera de conocer el resultado de las pruebas forenses y, aunque no descarta ninguna posibilidad, Peiró confía en que se confirme que se trata de un desgraciado accidente. Ninguna institución ha condenado los hechos a la espera de conocer el resultado final del informe forense. 

Juana arrastraba problemas de salud y también cuidaba de su marido desde hacía años, pero sus vecinos relatan que Juan había sufrido un deterioro importante en los últimos meses. “Casi no podía ni caminar y prácticamente necesitaba ayuda para todo”, añaden. Siempre estaban juntos y la vida de ambos transcurría entre paseos por la playa de Miramar, accesible para personas con movilidad reducida, y las calles próximas a su domicilio. El detenido tenía que haber pasado ayer a disposición judicial, pero finalmente se aplazó su comparecencia ante el juez por los problemas psíquicos y físicos que padece.

Tampoco tiene un discurso coherente sobre lo que pasó en su casa la noche del 1 de enero y permanece detenido e ingresado en un hospital de la comarca valenciana de La Safor. Probablemente sea este martes cuando se tome una decisión sobre su situación personal, apuntaron fuentes judiciales.

Por el momento, y hasta que no se conozca el resultado de la segunda autopsia, la muerte de Juana no ha sido incluida en el registro oficial de mujeres asesinadas por violencia de género del Ministerio de Igualdad. La Delegación del Gobierno contra la Violencia de Género quiere conocer las conclusiones del equipo forense para determinar si Juana es la primera víctima mortal que deja la violencia machista en España.

El número de mujeres asesinadas por violencia de género en España ascendió a 43 en 2021 y a 1.125 desde 2003.

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