El FC Barcelona comenzaría su década prodigiosa en el año 2005. Por entonces, Igor Seoane (A Coruña, 1 de febrero de 1984) era un fanático del equipo que dirigía Frank Rijkaard. No quería perderse ni un partido y no siempre le apetecía bajar al bar a verlo, era la época del pay per view —pago por visión—. Además, a veces viajaba y tampoco podía saber qué hacían los suyos. Así que se puso a darle vueltas y encontró la solución.
A sus por entonces 20 años, este gallego era —y es— un genio de la informática. Creó un método alternativo, libre, sin muros de pago, al que podría acceder cualquiera para poder ver a su equipo de fútbol —y de muchos otros deportes después—. Su nombre lo saben ahora muchos: Roja Directa.
El método comenzó a crecer. No sólo Igor veía a su equipo en la plataforma que había montado. Cada vez más usuarios lo hacían. Y tantos fueron que aquello se convirtió en un modo de vida.
Igor llegó a ingresar casi 11 millones de euros, según la Policía, con el mecanismo que había inventado. El único problema que había —y que hay— es la dudosa legalidad de lo realizado, lo que podría llevarle a la cárcel en caso de terminar en condena el juicio oral aperturado esta semana.
Los inicios
Año 2005. Otros tiempos, sin duda. El fútbol aún no era lo que es hoy, aunque se iba encaminando. Las televisiones comenzaban a ver cómo el mundo entero ponía sus ojos sobre La Liga, en la que los Beckham, Ronaldo, Figo, Raúl, Ronaldinho, Eto'o, Henry y un jovencísimo Lionel Messi hacían las delicias del público cada fin de semana. El pago por visión (pay per view —ppv—), que aún algunos recordarán, era el rey. El espectador compraba el partido que le parecía por un precio que rondaba los 12 euros.
También existía un canal multi. En él se podían ver las mejores jugadas de cada encuentro en directo. Era otra época, los partidos se jugaban la mayoría a las 17 horas del domingo. Luego estaba el partido en abierto del sábado, que daban las autonómicas, y el partido de Canal Plus a las 21 horas de la jornada dominical.
Ese auge del fútbol también veía cómo, en paralelo, comenzaba a construirse una revolución digital. Internet llegaba poco a poco a todos los hogares y muchos aprovechaban la red para obtener gratis lo que el resto del mundo conseguía pagando.
Igor Seoane, con apenas 20 años, le dio una vuelta a todo. Decidió montar una plataforma en la que poder ver el fútbol en directo, sin tener que pasar por caja.
Obviamente, esto sería un problema de piratería a la larga. Pero el gallego sabía cómo hacerlo para que legalmente tuviera cabida: montaría una web de enlaces a otros portales que permitieran ver el contenido con diferentes mecanismos. Podríamos definirlo como una especie de 'google' de partidos de fútbol que luego se amplió a mucho más.
La imagen corporativa de esta web está en la cabeza de casi todos. Pierluigi Collina, el mejor árbitro del mundo en aquellos años iniciales del milenio, caricaturizado y sacando una tarjeta roja. Nada representa más a Roja Directa.
Los primeros años no le fue mal. A los buenos resultados de la página se sumaban las victorias en sedes judiciales. La primera fue en 2007, contra Audiovisual Sport (empresa gestora de los partidos de La Liga por entonces) por un delito contra la propiedad intelectual.
Anteriormente, llegó a enfrentarse a Google en Estados Unidos por otros motivos y también había vencido. Era una época en la que la transformación digital iba mucho más rápido que la legislación.
Pero la suerte —o el 'buen hacer'— de Igor Seoane ha tenido una duración similar a la de la época dorada de su equipo.
A las dos sentencias en contra que tiene en el Juzgado de lo Mercantil de A Coruña, esta semana se ha sumado otra mala noticia. La juez titular del Juzgado de Instrucción número 1 de A Coruña decidía emitir un auto por el que se abría un juicio oral contra Igor Seoane y otros cinco acusados.
La fiscalía pide para el gallego 4 años de cárcel y 2 años y tres meses para el resto de investigados. Por su parte, las acusaciones particulares las ejercen La Liga y Mediapro, que piden 6 años de cárcel y una multa de 6 millones de euros, así como la disolución de Puerto 80 SLU, empresa que está detrás de todas las webs de Roja Directa.
De "brillante" niño bien...
La noticia de que el creador de Roja Directa podría ir a la cárcel, no ha pasado inadvertida en las redes sociales. Muchos creen que, de acabar condenado, será despedido entre aplausos por el respetable, por haber permitido a muchos ver el fútbol sin pasar por caja.
Y es que Seoane es para muchos una especie de Robin Hood: 'roba' a los todopoderosos del fútbol para dárselo a los pobres. ¿Pero quién es este enigmático hombre al que casi nadie pone cara?
Igor Seoane es gallego. Cumplirá este próximo 1 de febrero 38 años. Estudio en uno de los colegios más prestigiosos de Galicia, el Colegio Obradoiro que EL ESPAÑOL ha recogido en más de una ocasión entre los 100 mejores del año en su catálogo anual.
Desde muy pequeño se centró en la informática. "La familia podía permitírse darle todas las facilidades en aquella época y a él se le daba muy bien", cuentan fuentes cercanas al entorno del colegio en conversación con EL ESPAÑOL. Estamos hablando de finales de los años 90 de la década pasada, donde el uso de los ordenadores no era tan común.
Destacan que era un niño "muy inteligente". "El resto de materias las sacaba de manera tranquila, pero no tenía unas notas sobresalientes porque iba a medio gas. Suele ocurrir con este tipo de niños que destacan en una materia", comentan quienes estuvieron cerca de él por entonces.
Cuentan que se pasaba "las noches frente al ordenador", lo que hacía que se dejara alguna asignatura por el camino. Al pequeño Igor, al que tachan de ser un niño "brillante", le apasionaba una cosa por encima del resto: la informática.
Según publicó el diario El Mundo, Igor Seoane fue enviado por sus padres a Cataluña a estudiar a una escuela de negocios. Fue en aquella época en la que creó Roja Directa. Luego estudió en Finlandia e Irlanda, donde ya por entonces hablaba inglés, portugués y gallego y se defendía en italiano y francés.
En definitiva, se puede deducir que la de Seoane fue una infancia tranquila, al menos en lo que a economía se refiere.
Su padre, José Antonio Seoane, es un empresario dedicado a la fabricación de colchones. La empresa Terxy es una Pyme con 26 trabajadores, depositó unas cuentas en 2020 en el Registro Mercantil con unos activos por valor de 4.293.310 euros, un volumen de ventas de 2.998.409 euros y un balance de cuentas positivo de 597.217 de euros.
De esta empresa, José Antonio es el patrón, pero el accionariado se reparte también entre Igor y su hermano Roi. Cada uno tiene un 33% de la misma, según datos extraídos de Informa.
...A Robin Hood
Igor, además, es el administrador único de la empresa que gestiona Roja Directa: Puerto 80 Projects SL. Esta sociedad tiene su sede fiscal en la avenida Alcalde Manuel Platas Varela, 93, en Arteixo (A Coruña), el pueblo de Inditex.
La empresa de Igor está apercibida del cierre de la hoja registral. Informa no cuenta con datos censados en el Registro Mercantil ni depósitos de cuentas. Lleva operando desde 2005, pero lo cierto es que Puerto 80 Projects SL se constituyó en 2009.
Lejos de estos datos legales, Roja Directa consiguió 'democratizar' el fútbol. Igor se había convertido en una especie de 'Robin Hood', que entregaba gratis el espectáculo deportivo a quien no quería o no podía pagar por ello.
Eso le granjeó enemigos rápidamente. Porque no sólo se enriquecía a costa de 'regalar' contenido gratuitamente, es que hacía perder ingresos a las grandes corporaciones.
Pero le daba igual. Antes de crear Roja Directa había vencido en los tribunales a Google. El talento gallego de la informática supo antes que nadie cómo sacar rendimientos a los errores de los demás: registró dominios como gogle.es o gmil.es para posicionarse. En Estados Unidos acabó por ganar esta batalla legal en 2010.
Antes, como ya se ha referido, venció en los tribunales españoles a Audiovisual Sport por la actividad que hacía con Roja Directa. La Audiencia Pronvicial de Madrid fallaba a favor de Roja Directa, porque por entonces no se podía hacer nada contra este tipo de webs.
"No es desdeñable la postura de quienes sostienen que, si se valora la actividad investigada de conjunto y en función del resultado final, las páginas web como la investigada pudieran estar ofertando públicamente obras protegidas y realizando los actos de apoyo necesarios para que los usuarios de la red se comuniquen y utilicen esa oferta pública de las obras", decía la sentencia.
Sin embargo, Seoane había sido más listo. "En atención a los hechos acreditados en este proceso no puede soslayarse la circunstancia de que la página web investigada no aloja los archivos, ni realiza directamente la descarga. Los archivos se transfieren a través de programas de descarga de amplia difusión entre los usuarios de Internet".
Es decir, el gallego no había caído en la conducta típica, porque según la sentencia "los actos de ordenación y anuncio de los partidos que se transfieren facilitan la descarga pero no pueden equipararse a ésta, por lo que, en principio podrían calificarse de actos de mera intermediación".
Asimismo, "la retribución que obtienen los administradores de la página no compensa la descarga de los títulos sino la publicidad derivada del acceso genérico a la página, que es independiente de ésta y que se puede producir aunque no haya descarga". Vaya, que Roja Directa no se lucraba de la piratería que cometían terceros, sino de la publicidad incluida en su web gracias al número de visitantes, algo totalmente lícito.
Expertos consultados por EL ESPAÑOL aseguran que había, además, otro escollo a salvar. Los partidos de fútbol no son obras protegidas por la Ley de Propiedad Intelectual, que era lo tipificado hasta entonces en el Código Penal para que fuera delito. Por lo tanto, este tipo de webs también recibían sentencias absolutorias por entonces por ese motivo.
Una vez más, jaque mate de Igor Seoane. Caminaba por encima de todos.
¿Qué lo cambió todo?
Sin embargo, todo cambió en 2015. La reforma que los legisladores realizaron en el Código Penal, sumada a la persecución a través de lo Mercantil de Roja Directa, voltearía drásticamente la situación del 'Robin Hood' culé.
Porque al final todo el que juega en la cuerda puede caer. En 2016, el Juzgado de lo Mercantil número 2 de A Coruña falló a favor de Mediapro y Gol TV, para entonces la misma empresa, y condenó a la empresa de Roja Directa a cesar con las retrasmisiones.
Sentencia similar emitió posteriormente el Juzgado de lo Mercantil número 1 de A Coruña. Condenó a Puerto 80 Project SL por haber violado los derechos patrimoniales de Canal Plus "mediante la comunicación pública de sus emisiones y transmisiones".
Fue esta segunda sentencia la que llevó al cierre casi definitivo a Roja Directa en febrero de 2019. El recurso interpuesto por la demandada no fue tenido en cuenta por la Audiencia Nacional, aunque aún queda la vía del Tribunal Supremo.
Desde aquel día, Roja Directa está presidido por un aviso: Debido a una orden judicial cautelar que se encuentra pendiente de recurso, promovida por DTS, actualmente controlada por Telefónica, por primera vez en más de 10 años de actividad, ROJADIRECTA suspende TEMPORALMENTE sus servicios en España. Te esperamos aquí, como siempre, muy pronto. Mientras tanto, si quieres enviarnos un mensaje puedes hacerlo por e-mail, Facebook y Twitter.
Fue a la salida de uno de estos juicios cuando Igor Seoane fue detenido en 2016 por los delitos de los que se le acusan ahora. La Policía llevaba un año investigándole y le detuvo por un delito contra la Propiedad Intelectual, gracias al que habría ingresado 11 millones de euros. Según los agentes, Seoane iba disfrazado con pelucas y gafas.
EL ESPAÑOL ha contactado tanto con La Liga, parte afectada y acusación particular en este caso, de la que no ha obtenido respuesta, y con Roja Directa, quienes sí contestaron amablemente y se prestaron a participar, aunque quizás por motivos de tiempo no ha habido posibilidad de recabar sus testimonios.
Los expertos consultados por este periódico apuntan, de todas maneras, que las defensas de Roja Directa lo tendrán complicado después de la reforma del Código Penal. El legislador incluyó en el año 2015 el artículo 270.2.
Ahí se tipifica uno de los delitos relativos a la propiedad intelectual y se castiga al que obtiene un beneficio "directo o indirecto, en perjuicio de un tercero", y facilita el acceso en internet de obras o prestaciones objeto de propiedad intelectual sin la autorización de los titulares, "en particular ofreciendo listados ordenados y clasificados de enlaces a las obras y contenidos referidos anteriormente".
Por todo ello, el gallego que empezó un imperio contra los todopoderosos en 2005 parece encontrarse ahora en una situación delicada, como el FC Barcelona, el equipo de sus amores. Pero esto es fútbol y hasta que no pite el árbitro —o dicte el juez en este caso— todo puede ocurrir. Hay partido.