La verdad sobre Entrevías, el barrio de la serie de Coronado: "Somos obreros pero no peligrosos"
- La ficción llega a asegurar que es el lugar "donde acaban todos los hijos de puta de Madrid". Los vecinos están muy enfadados con los productores.
- Quién es Felipe Lodoño, el actor que da vida a Nelson en ‘Entrevías’ en Telecinco
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Un grupo de niños de 12 años, a los que la edad les hace pensar impunes ante el mundo, salen de una tienda riéndose entre ellos. Alguna broma de mal gusto han gastado dentro y un señor les regaña mientras hacen caso omiso y continúan andando. El dependiente, de rasgos asiáticos, mira con cara seria cómo se marcha el grupo de adolescentes. El hombre mayor les da una lección que apreciarán en el futuro: "No se abusa de nadie por ser más, ¿o te gustaría que te lo hicieran a ti?".
Esta es la escena más conflictiva vista a lo largo de este lunes barrio de 'Entrevías', al sur de Madrid, un lugar al que muchos pueden ver desde hace una semana como una especie de 'Bronx' en la capital. El motivo es la nueva serie que emite Telecinco, con el mismo nombre que este lugar, y protagonizada por José Coronado.
Ha provocado un gran revuelo en el barrio por la forma en la que habla de él. Para que se hagan una idea: se atañe a este barrio ser un lugar hostil, "donde acaban todos los hijos de puta de Madrid", con bandas latinas y "gentuza que vende drogas, okupa nuestros pisos y destroza nuestros negocios".
Sin embargo, un niño de unos 10 años camina sólo con su uniforme del colegio por el barrio tranquilamente sin acompañantes. ¿Podría imaginarse esta escena en un barrio conflictivo?
En un día en este lugar sólo se aprecian vecinos paseando, yendo a trabajar, a hacer los recados... Otros están jugando al dominó en un parque, unas señoras de pícnic... Y también hay vecinos reivindicando la Sanidad Pública a las puertas del ambulatorio, están recogiendo firmas.
Más allá de eso, este parece un barrio obrero normal, con población local e inmigrante, de edificios con ladrillos vistos, donde la renta per cápita no parece acercarse a la de las clases más altas. Pero ni mucho menos es esto el 'Bronx' o un barrio por el que no se pueda caminar tranquilamente. De hecho, aquí hay una gran presencia policial: hay una comisaría de distrito.
Los vecinos, obviamente, no se han tomado bien todo lo que se dice sobre el lugar en el que residen. Con sorna hablan algunos sobre ellos una vez pasado el cabreo inicial. "Mañana hay de menú del día ensaladilla rusa. Pero a ver si llegas a mañana, tal y como está el barrio", le bromean en un bar al reportero. "Los guionistas y los productores se podrían pasar por aquí antes de hacer estas cosas", exponen ya en tono serio en la churrería.
Las quejas se aglutinan. En esta zona de la periferia de la M-30 quieren que cambien el nombre de la serie. Las asociaciones de vecinos recogen firmas para conseguirlo, aunque el daño ya está hecho. Hablan de la estigmatización de una zona que para nada es como lo cuentan.
Una ficción
"El mejor estreno de ficción nacional de los últimos nueve meses con el mejor share de una serie española desde junio de 2019 (19,7%)", asegura Mediaset en su web. La crítica ha acogido con buen pie la nueva serie de Telecinco que el pasado martes daba mucho que hablar.
En diferido, además, han visto el primer capítulo casi 500.000 usuarios más, lo que la convierte en la más vista en esta modalidad de la temporada.
José Coronado, Luis Zahera, Nona Sobo y Felipe Londoño están al frente del reparto en esta serie en la que se retrata un barrio ficticio de Madrid, según la cadena, pero que porta el nombre de un lugar real de la capital donde se han grabado algunas escenas. Mera coincidencia el nombre, elegido por la trama, en teoría.
La serie se centra en un recto exmilitar que ahora regente una ferretería. Su nieta acaba en problemas y él tiene que confiar en la policía, que mantiene a raya a este conflictivo barrio.
La 'coincidencia' —si es que usted cree en ellas— del nombre es lo que ha encendido a los vecinos. No quieren que se les relacione con lo que se ve en la serie, que se les estigmatice. Son conscientes de que en el barrio ocurren actos de criminalidad, pero como se pueden ver en cualquier otra zona de Madrid, incluidas aquellas de mayor renta per cápita. "¿Dónde han visto que aquí haya prostitutas ejerciendo en medio de la calle a las 8 de la tarde?", se cuestionan en el barrio.
A los actores en el barrio les entienden. "Hacen su trabajo, y además lo hacen bien", comentan con el reportero que se ha acercado al lugar. "Pero los guionistas y los productores deberían haberse venido por el barrio para reflejar la realidad y no algo ficticio".
No comprenden tampoco la referencia a las bandas latinas. "Si hubiera bandas latinas habría grafitis por todo el barrio mencionando cuáles son y eso no ocurre aquí", apuntan desde la churrería. Mencionan incluso las peleas habidas estos días en Madrid, en las que fallecieron dos jóvenes, y ninguna de ellas se produjo en el barrio.
La historia del barrio
El enfado es mayúsculo. No es la primera vez que ocurre. Victoria Muñoz, vecina que lleva más de 60 años en el barrio, recuerda cuando tuvieron que recoger firmas y llevarlas a RTVE para quejarse por una obra de Pilar Miró.
Por aquel entonces, recuerda esta vecina, un párroco acogía a los politoxicómanos de Madrid y se hizo una pieza sobre aquello. Hubo protestas para reflejar la realidad de un barrio "que siempre ha sido obrero, pero no peligroso", según los vecinos.
"En aquellos tiempos había un párroco que daba cobijo a todos los politoxicómanos de Madrid. Entonces, se reflejó una realidad parcial, porque el barrio tampoco era aquello", rememora Muñoz.
Es cierto que este barrio es de los que tiene menor renta per cápita en Madrid, pero eso no le lleva a tener la conflictividad que se refleja en la serie, ni mucho menos.
Todos resaltan figuras populares a las que preguntar. "Mira, en las torres esas, los edificios más altos de aquí, vivió Cristina Pedroche. Aquí hay actores, escritores, periodistas... Esto es un barrio normal, con inmigración, con gente joven y también muy envejecido, porque algunos somos segunda o tercera generación", dice Victoria.
Por cierto, esta vecina atiende a este periódico mientras recoge firmas para apoyar a la sanidad pública. Esperan que se pueda vacunar pronto en los centros de salud madrileños sin tener que acudir a los hospitales y que se refuerce la atención primaria.
Volviendo a la polémica anterior, en definitiva, en el barrio nadie está contento con lo reflejado con la serie: quieren que al menos le cambien el nombre. "Si vas a hacer ficción, no le pongas un nombre propio", insiste Victoria. Este martes habrá una nueva entrega de 'Entrevías'. Seguro que en el barrio están pendientes. Y seguro que no va a gustar.