En medio de la peor crisis que se le conoce al Partido Popular hay un nombre que ha resonado con especial protagonismo: Tomás Díaz Ayuso. El hermano de la presidenta de la Comunidad de Madrid cobró 55.850 euros por mediar en un contrato sanitario con la comunidad para comprar 250.000 mascarillas. Su nombre ha copado innumerables titulares, a menudo acompañado de la misma fotografía que encabeza este texto. Pero resulta que la persona que abraza Isabel Díaz Ayuso en esa instantánea no es su hermano Tomás, sino su primo Mario Ayuso Lahoz.
Varias fuentes —tanto del entorno de la presidenta como del propio Mario Ayuso— confirman a EL ESPAÑOL que Tomás Díaz Ayuso no es la persona que aparece en la famosa fotografía que ha corrido por internet a velocidad de vértigo. El primo de Ayuso está que echa chispas, según confirman desde su entorno. De la noche a la mañana, un hombre que nada tiene que ver con contratos públicos, ni comisiones, ni mascarillas se ha visto señalado públicamente como un presunto delincuente.
La fotografía en cuestión tiene ya nueve años y está sacada de la cuenta de Instagram de la presidenta. Fue tomada en la Carrera Derbi de las Aficiones 2013. La propia lista de participantes de esta carrera se evidencia el error. Aquel día corrieron siete personas que reciben el apellido Ayuso, pero ninguna de ellas era Tomás. Sin embargo, sí que figuran la presidenta y su primo, a quien “adora”, en palabras de quienes les conocen.
También una simple comparación de otras fotografías de Mario Ayuso muestran claramente que es la misma persona que abraza a Isabel en la instantánea de la carrera. Por otro lado, de Tomás Díaz Ayuso todavía no se conoce públicamente su aspecto. Preguntado a través de sus conocidos, Mario Ayuso ha declinado hacer declaraciones a este periódico. Eso sí, las fuentes consultadas confirman que desde la publicación de la foto de la discordia le han increpado e insultado por la calle.
Toda esta situación ha hecho que la presidenta denunciara este martes el acoso que está sufriendo su familia, a la que está muy unida. "Pido a las televisiones que no graben en el colegio de mis sobrinas. El acoso no puede llegar tan lejos", escribió Ayuso en su cuenta de Twitter. “Me han robado la presunción de inocencia, a mi familia el anonimato y a mi equipo tantas horas de trabajo honrado y serio”, añadió en un segundo tuit.
Así pues, el rostro que por el momento se desconoce es el de Tomás Díaz Ayuso. El hermano de la presidenta no es usuario de redes sociales y mantiene un perfil muy discreto. Su nombre, en cambio, es una pieza fundamental en la crisis que desangra al PP desde dentro y que ya ha descabezado a la cúpula del partido.
Según denunció la presidenta, el entorno de Pablo Casado y Teodoro García Egea maniobró para espiar a Ayuso y las comisiones cobradas por su hermano. Todo indica que el principal fontanero de este episodio fue Ángel Carromero, exasesor del alcalde José Luis Martínez-Almeida y expresidente del Comité Electoral y del PP en el distrito de Chamartín.
Cuando se ha conocido el escándalo, Carromero ha dimitido de todos sus cargos y ha dado de baja su afiliación al Partido Popular. Antes ya había dimitido el director de comunicación digital del partido, Ismael López. Después llegó la renuncia de Carromero, la de Almeida como portavoz nacional de los populares, la del secretario general Teodoro García Egea y, previsiblemente, la de Pablo Casado este abril.
Paradójicamente, Ayuso ha salido reforzada de esta situación pese a haber quedado probado que su hermano recibió al menos una comisión por mediar en una venta de mascarillas. Esta operación se hizo por vía de urgencia en los momentos más duros de la pandemia. El importe total fueron 1.512.000 euros con IVA y Tomás Díaz Ayuso cobró 55.850 euros, un 3% del total.
El Gobierno de la comunidad compró a la empresa Priviet Sportive 250.000 mascarillas FFP2 o FFP3 por 5 euros la unidad más IVA. Sin embargo, resultó que los modelos en cuestión no eran los prometidos, sino mascarillas de tipo KN95, cuya fabricación es más económica. Aún así, se compraron a precio de FFP2, según ha desvelado este miércoles La Vanguardia. La Fiscalía Anticorrupción ya ha abierto una investigación para dilucidar si hay indicios de delito en este episodio.
El protector de Isabel
Tomás Díaz Ayuso tiene 47 años y es uno de los apoyos fundamentales de la presidenta. Es tres años mayor que ella y la ha protegido siempre, desde que crecían en la casa de sus padres en el barrio de Chamberí. Ayuso siempre ha mantenido una relación muy estrecha con él, hasta el punto de considerarlo un amigo más.
Tomás le ayudó cuando finalizó su relación con Jairo Alonso e incluso le presentó a su actual pareja, el técnico sanitario Alberto González. También juntos cuidan de su padre, que tuvo que dejar su labor empresarial al empezar a tener síntomas de demencia senil.
El hermano de la presidenta es titulado en Gestión Comercial y Marketing por la Cámara de Comercio e Industria de Madrid y, desde el principio, se hizo cargo de las empresas familiares. Ejerce como responsable de ventas y desarrollo de Artesolar Iluminación S.L., compañia especializada en la fabricación e instalación de LEDS —su razón social está en Seseña (Toledo)—, desde mayo de 2016.
Tomás también aparece como administrador único de Sismédica SL, empresa que le fue donada por sus padres del 16 de abril de 2012, y, además, es apoderado de Gala Médica SL, compañía ubicada en Dos Hermanas (Sevilla), cuyo objeto es el “comercio al por menor de artículos médicos y ortopédicos en establecimientos especializados”.
Pero no son las únicas empresas que aparecen en su extenso curriculum. De 2001 a 2004, fue gerente de ventas en Pulsión Medical Systems AG; de 2008 a 2011, fue gerente de Desarrollo de negocios en Mindray Medical; y de 2012 a 2014, director Comercial y de Marketing en Cardiac Science.
Por su parte, Mario Ayuso Lahoz, el primo de la presidenta y protagonista accidental de este culebrón, estudió fisioterapia en la Universidad Pontificia de Comillas. Tal y como se desprende de su perfil de Linkedin, es socio y fundador de la empresa Osteofis desde octubre de 2009.
El primo de Isabel y Tomás es un gran aficionado al deporte y a las actividades al aire libre, lo cual casa con la ya famosa foto en la que aparece con su querida prima. Un error amplificado por la inmediatez de la era digital le ha señalado como culpable de algo que no ha cometido. En cambio, el rostro del verdadero responsable sigue oculto.