La cuadrilla de costaleras, junto con el antiguo párroco de la Iglesia de San Juan de Letrán

La cuadrilla de costaleras, junto con el antiguo párroco de la Iglesia de San Juan de Letrán Cedida

Reportajes REPORTAJES

El 8-M de las costaleras de una cofradía de Granada: les impiden procesionar por ser mujeres

Pese a que hace 12 años salvaron a la cofradía para que pudiera procesionar por falta de hombres, las mujeres denuncian la connivencia del hermano mayor y del nuevo capataz "que no quiere trabajar con mujeres".

8 marzo, 2022 03:55
Granada

Noticias relacionadas

Llevaban dos años sin procesionar en Semana Santa por la pandemia. En 2018 lo hicieron, pero les llovió y la hermandad decidió regresar a su tempo aquel Viernes Santo, en la Iglesia de San Juan de Letrán en el barrio de Los Pajaritos de Granada. La cuadrilla de costaleras esperaba este 2022 con ilusión para volver a sacar a la calle a la Virgen del Amor y del Trabajo. Pero la Junta de Gobierno de la Fervorosa Hermandad de Nazarenos y Cofradía de Penitencia del Santísimo Cristo de la Buena Muerte y Nuestra Señora del Amor y del Trabajo, -conocida como la de Ferroviarios- les acaba de notificar que la cuadrilla femenina no va a poder procesionar a la Virgen.

"Se veía venir que se las querían cargar", ya que al nuevo capataz, José Román, "no le gusta trabajar con mujeres". Lo cuenta Constan Castillo, otro de los capataces de una cofradía que anda revuelta estos días por la decisión que ha tomado el hermano mayor, Óscar Jiménez.

El motivo argumentado por el hermano mayor es la falta de mujeres al acto de la igualá, que es el día en el que se les toma medidas a costaleros y costaleras para ser colocados bajo los pasos de manera equilibrada. Pero a las 11 de la mañana, la hora de la convocatoria, acudieron 35 ó 36 mujeres.

"Lo que ocurrió fue que el capataz, José Román, ni las miró ni se dirigió a ellas en ningún momento", cuenta Constan Castillo, quien subraya que el hermano mayor ni siquiera apareció. "Fue un despropósito. Se vivieron momentos muy tensos, y las mujeres estaban derrotadas, llorando en la puerta. Porque sabían que con ese trato ya estaban sentenciadas".

Cuando acabó de medir a los costaleros, explica, "es cuando el capataz se dirigió por primera vez a ellas". Habían pasado varias horas. Eran las dos menos cuarto de la tarde y ya muchas se habían ido, viendo lo que habían visto".

Por eso "solo pudieron medir a 19, pero al hermano mayor, Óscar Jiménez, y al capataz de Palio, José Román, le pasamos un listado de las más de 40 que somos, explicando que las que no pudieron asistir al acto fue por motivos laborales y alguna que otra por enfermedad, pero que todas conformábamos la cuadrilla". Zaida Tijeras, la portavoz de la cuadrilla femenina, desliza indignada que "también faltaron muchos hombres, y no se les puso pegas". "Allí estábamos los que estábamos, y faltaron 18 hombres que tenían que ir", abunda Constan.

"Un paripé"

A las mujeres "les tomaron medidas por encima, sin acercarse. Fue un paripé para echarnos". Y al escrito presentado "le han hecho oídos sordos, ni siquiera nos han respondido", valora Zaida.

Constan Castillo subraya que lo que pasó "fue una falta de respeto y así se lo hice saber al hermano mayor: cuando me enteré, se lo discutí y le dije que sabía de qué iba todo. Yo no doy crédito con lo que se ha hecho con estas mujeres, cuando fueron ellas las que nos hicieron el favor a nosotros para que pudiéramos salir porque hace doce años no había hombres y no podíamos ni acabar los recorridos".

El origen de por qué las mujeres empezaron a ejercer de costaleras en esta hermandad granadina es, efectivamente, ese: un favor a los hombres por devoción a la Virgen. "Cuando la cuadrilla de hombres se quedó sin costaleros para llevar los dos pasos. Entonces se presentaron voluntarias una cuadrilla de mujeres para llevar el de palio, que es el de la Virgen, y no se quedara sin procesionar".

Entre costaleros y costaleras, se necesitan unas cien personas. La carga del paso de palio es mixta, es decir, "cuando entran los hombres salimos nosotras y cuando entramos nosotras salen ellos", cuenta Zaida Tijeras.

Posteriormente al día de la igualá, la cofradía emitió un comunicado, al que ha tenido acceso EL ESPAÑOL, que explica oficialmente la decisión de no contar con ellas. "Concurrió un número muy inferior al necesario para poder conformar la cuadrilla femenina". A esa cifra "hay que añadir un pequeño grupo de aspirantes que no pudieron asistir pero que informaron de su ausencia en tiempo y forma. En cualquier caso, la cifra de mujeres que concurrieron a la cita hace inviable poder contar este año con la presencia de la cuadrilla femenina bajo el paso de Nuestra Señora del Amor y el Trabajo".

El comunicado de la Junta de Gobierno continúa detallando que "a pesar de la cifra insuficiente de mujeres, el cuerpo de capataces cumplió con el protocolo establecido igualando a las asistentes y abriendo la correspondiente ficha para dejar constancia de su asistencia a esta cita".

La Junta de Gobierno aprovechó el comunicado para hacer un alegato por la igualdad. Lo hizo compartiendo "públicamente una reflexión: bajo la trabajadera y tras el faldón no hay distinción entre hombres y mujeres, solo hay corazones que ponen su esfuerzo al servicio de nuestros Titulares".

Y deslizan que a las mujeres, para el año próximo, les van a hacer el favor. "Es por eso que, desde la hermandad se deja abierta la puerta al regreso de la cuadrilla femenina en los años sucesivos, siempre que cuenten con el número mínimo de integrantes para poder portar a nuestros titulares de manera apropiada y segura".

Las costaleras, en uno de los últimos  Viernes Santo en el que procesionaron.

Las costaleras, en uno de los últimos Viernes Santo en el que procesionaron. E.E.

Zaida advierte que lo ocurrido es la crónica de una muerte anunciada y que "se sabía que iba a pasar". Porque Óscar Jiménez, el hermano mayor, era hasta diciembre de 2021 capataz del paso de la Virgen. Fue entonces cuando presentó su dimisión como capataz de la cuadrilla de costaleras ante la Junta de Gobierno. Su renuncia era "irrevocable" según comunicó la Cofradía de los Ferroviarios. La decisión fue motivada "por la imposibilidad de compaginar al cien por cien su desempeño como hermano mayor con su función al frente del paso de palio".

El nombramiento del nuevo capataz fue a dedo. "Tras conocerse la renuncia, los directivos han decidido solventar la situación nombrando como capataz general a José Román, que hasta ahora era quien estaba a frente del paso del primer titular de la corporación, el del Cristo de la Buena Muerte". Es decir, que Román es ahora por vez primera el capataz de los dos pasos, "y el hermano mayor lo puso sabiendo lo que iba a pasar: que nos iba a quitar de en medio", subraya Zaida.

Constan advierte que la situación no es nueva. "Esto ya se denunció ante la Junta de Gobierno, porque en los ratos de convivencia, se oían los comentarios en contra del nuevo capataz, quien alegaba cuestiones técnicas para no trabajar con las costaleras, sí, pero también decía que solo quería trabajar con hombres y no con mujeres. Y eso lo sabemos porque él, el capataz, lo ha dicho. Sabíamos que se las quería cargar" con el apoyo del hermano mayor. Además, critica que la convocatoria para citarlas "se iba a hacer por teléfono, de manera personalizada, y no se hizo. Convocaron por redes sociales".

En la cofradía, sostiene Zaida, "la gente está enfadada y descontenta. Lo que tendría que hacer el hermano mayor y el capataz es dimitir, porque el capataz es otro títere. Lo malo es que ya estamos en Cuaresma y ya no podemos hacer nada. Este año nos tocará ver a la Virgen por fuera".

EL ESPAÑOL ha intentado contactar con el hermano mayor y con el capataz, para recabar su versión al margen de la ya difundida, sin éxito.