Representa al sector "de base" del transporte español. El que "mueve, lleva y trae las mercancías". Se llama Manuel Hernández y es el presidente de la Plataforma Nacional por la Defensa del Transporte. Sus patillas, camisas y un jersey de marca, en uno de sus vídeos, han sido uno de los indicios para que se les califique de 'ultraderecha'.
Hace cuatro días la Plataforma a la que representa convocó una huelga de transportistas en ningún momento secundada por las asociaciones mayoritarias del sector. Las imágenes, con chalecos amarillos, recuerdan a la protesta que hace cuatro años puso en jaque al gobierno francés de Emmanuel Macron y que luego se extendería por otros países como Bélgica, Países Bajos o Alemania. ¿El motivo? El mismo: el alza de los precios del combustible.
Pero para el secretario general de CCOO, Unai Sordo, lo de estos días no es una huelga, porque "no hay que otorgar representatividad a quien no la tiene". A su juicio, es un "paro patronal" de la "minoritaria" Plataforma en Defensa del Sector del Transporte de Mercancías por Carretera Nacional e Internacional.
Lo cierto es que la "minoritaria" plataforma "sin representatividad" ha puesto contra las cuerdas al Gobierno español y a toda la cadena de suministros de España. La respuesta del Gobierno, al subrayar que tras el paro está la ultraderecha, no ha hecho más que encender los ánimos.
"Decir que detrás está la ultraderecha… Vamos a ver. A mí me da igual la ultraderecha, la ultraizquierda, el centro, arriba o abajo", sostiene Hernández. "Nosotros somos rotundamente apolíticos. Ni de ningún sindicato ni de ningún colectivo gubernamental, de esos subvencionados".
Se definen como transportistas "de base" y son pequeñas pymes y autónomos del transporte, que han pasado de rellenar un tanque de gasolina "por 1.300 euros a tener que hacerlo por 2.000", explica el vocal de la Plataforma, Miguel Cánovas. En estos días, además, se han dado cuenta de que les cuesta menos dinero tener el camión parado que en movimiento.
El Comité Nacional del Transporte por Carretera (CNTC), que es la patronal del sector y único interlocutor válido reconocido por el Gobierno, explican, solo cuenta con un 15% en su composición en representación de los transportistas.
"Una minoría nos está diciendo al 85% restante de los transportistas cómo tenemos que trabajar y a qué precio", critica Cánovas. "Se nos trata de minoría, aunque somos la mayoría", ilustra Hernández.
El problema, advierten, viene de lejos. Consideran que el Gobierno ha permitido que las grandes multinacionales "sin camiones" se hayan adueñado de las cargas para someterlos a las condiciones salariales y laborales que ellos marquen.
El presidente de la Plataforma, quien ha asegurado en varios medios de comunicación que se ha bajado del camión porque se ha arruinado, explica que la Plataforma es un movimiento "de camioneros y camioneras. De gente que vive de la carretera", a cuyos problemas "se les ha dado la espalda".
El problema, subraya, es que todo esté sustentado en un sistema de representación colectiva "falso", porque "la mayoría es la que es". La mayoría del sector advierte, son ellos, los pequeños transportistas.
Lo de la ultraderecha "viene azuzado por esta gente grande, que quiere seguir poniéndonos el pie en el cuello y comiendo de nuestra sangre", explica gráficamente Manuel Hernández en uno de los numerosos vídeos que cuelga la Plataforma en sus redes sociales. "Y esto no se mueve si nosotros no movemos nuestros camiones".
La Plataforma está indignada de que los hayan tildado, además, de delincuentes. Hernández reniega de las imágenes de sabotajes violentos de los últimos días. "Han infiltrado a gente para reventar esto por dentro". Porque ellos son "gente trabajadora y gente honrá. Somos transportistas y nos tienen en la absoluta miseria".
Origen de la plataforma
El origen de la Plataforma tuvo lugar en 2007, cuando seis transportistas de Galicia y otros tres de Albacete se escindieron del Comité Nacional de Transportes y crean sus propias asociaciones. En marzo de 2008 la asociación de Albacete contactó con la gallega y se reunieron en Madrid, donde decidieron unificar fuerzas.
Lo de ahora ya lo hicieron antes. Fue entre el 9 y el 15 de junio de 2008, gobernaba José Luis Rodríguez Zapatero. Su detonante, como ahora, fue el precio de los combustibles. Entonces, no se les tildó de ultraderecha. Además de por los transportistas, el paro también fue secundado por el sector pesquero, como ahora.
La situación de entonces recuerda a la actual: afectación del suministro de leche y frutas y desabastecimiento. Tras varios días, el Gobierno dio orden de despejar las carreteras.
Catorce años después se han vuelto a unir en un paro voluntario. Consideran que los ataques recibidos son consecuencia del miedo "porque nos hemos unido", y advierten que no pararán hasta que, como mínimo, puedan cubrir los gastos de explotación.
Situación actual
A última hora de este viernes continuaba el paro indefinido convocado por los camioneros. Mientras que la ministra de Transportes, Raquel Sánchez, aseguraba días atrás que no se sentaría a negociar con "un grupo de radicales", el desabastecimiento se está comenzando a ver en los supermercados.
Por el momento, todo parece enquistado. Si desde el Ejecutivo están enrocados en el no al recibimiento, desde la plataforma avisan que no desconvocarán la huelga hasta que no se les tienda la mano para una reunión con la ministra.
Mientras en una parte del Gobierno se niegan a recibirles, en la otra aluden que se debería entender la situación. Isa Serra, portavoz de Podemos, cree que las protestas están alentadas por la ultraderecha, pero también piensa que el ejecutivo debe actuar.
"Los transportistas tienen una situación complicada, difícil, derivada del aumento de los precios de los carburantes, y por tanto lo que tenemos que hacer desde el Gobierno de coalición es actuar, aplicando el escudo social y verde para paliar los efectos por la guerra de Ucrania y la crisis económica", advirtió la líder de la formación morada.
En este punto, los cortes en las carreteras continúan y el desabastecimiento está provocando que muchos productores tengan problemas para poder dar salida a sus productos por la escasez de transportes.
Esto ha provocado algunos disturbios incluso. En Palos de la Frontera y Moguer (Huelva), ha habido momentos de tensión y encontronazos entre los miembros de una cooperativa del sector de la fresa con un piquete de camioneros. Estos últimos habían cercado a los camiones cargados de fruta camino a los mercados, apedreando algunos de ellos.
La situación ya se hace patente para los productores y para los consumidores. Unos pueden perder parte de su facturación y los otros sufrir desabastecimiento si el paro indefinido se alarga sine die.
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