Los espectadores de El Hormiguero han podido ver a Carlos Latre caracterizado de José Luis Martínez-Almeida, Isabel Díaz Ayuso, Josep Pedrerol o Pedro Sánchez en sus numerosas apariciones en el programa de Antena 3. En la misma cadena también ejerce de jurado en uno de los talent musicales más exitosos de la televisión, Tu cara me suena. Y miles de personas han acudido al teatro a ver su espectáculo One Man Show.
[Carlos Latre: "La gran mayoría de los humoristas de hace años no pasarían los filtros actuales"]
Pero toda esa gente no se puede imaginar que detrás de ese artista tan camaleónico hay muchas otras facetas, horas de estudio y formación en Londres y Nueva York. También es embajador de World Central Kitchen del chef José Andrés, un apasionado del vino y de la gastronomía, amante del arte al que le encanta descubrir nuevos talentos, y fotógrafo aficionado.
EL ESPAÑOL charla con el cómico, que nos imita voces en directo, para hablar de su lado más desconocido, de lo que hay tras las imitaciones, los difraces y las bromas.
—Cuéntenos: ¿Cómo es su día a día con tantos proyectos a la vez?
—Mi día a día es una locura maravillosa. Me levanto por la mañana y lo primero que hago es un poco de deporte, eso me refresca, me mantiene fuerte y lúcido. A partir de ahí, cada día es una aventura diferente que es lo bonito de esta profesión.
—¿Qué siente en El Hormiguero?
—El Hormiguero es la adrenalina del directo, la creación de nuevos personajes vinculados a la actualidad, el proceso de caracterización, los nervios de no saber si te saldrá bien o no. Llevo haciendo personajes desde hace 25 años, empecé en Crónicas Marcianas, y me sigue fascinando.
—¿Y en Tu cara me suena?
—Tu cara me suena es la faceta que me puso cara, mi cara propia y no la de mis personajes. Siempre le digo a la gente que mi cara les suena gracias a Tu cara me suena. En este programa es donde soy yo sin caracterizar, donde me doy a conocer como Carlos Latre, es una producción maravillosa, tan bien hecha y tan apasionante que me lo paso genial.
Creo que el vencedor de este año, Agoney, es uno de los justos ganadores. Esta edición ha tenido muy buena calidad interpretativa con Eva Soriano, María Peláe, Nia y, por supuesto, con Agoney, que han estado espectaculares. Todos ellos nos han brindado momentos mágicos. Luego está la otra parte que es la parte del humor, la parte de entretenimiento, que estaba también perfectamente cubierta con Los Morancos, David Fernández, Loles León… Es un gran programa.
Tengo la inmensa suerte de formar parte de los dos mejores espacios que hay actualmente en televisión. Tu cara me suena es el show y El Hormiguero el programa completo en el que pasa de todo. En ambos me siento como pez en el agua.
—Por último, su espectáculo, One Man Show.
—En el teatro es donde soy más feliz y es mi medio favorito. Lo doy todo y muestro todo el abanico de posibilidades Latre. Además, tengo una sinergia maravillosa con el público del teatro desde hace muchos años. Yo soy un showman y en mi obra, además de ver al imitador que todos conocen, ven otras facetas mías como la de cantante, la de presentador, bailarín o intérprete.
Formación por Europa y EE.UU.
Que Latre sea capaz de dar vida a tantos personajes no surgió por casualidad, sino que el showman, desde muy joven, no ha parado de formarse en diferentes campos para darle a su público lo mejor. Pero después de tantos años y de “muchas horas de formación y mucha pasión, sigo en ello, continuamente pensando que es lo nuevo que puedo aprender, qué técnica me puede venir bien o qué puedo incorporar a mis imitaciones”, afirma a EL ESPAÑOL.
“Hay muchísima preparación detrás. La gente no lo sabe, todo empezó simplemente como una observación de mi entorno y una facilidad para imitarlo y luego plasmarlo en personajes. Eso fue creciendo y creciendo hasta llevarme a la televisión, pero con el paso de los años me di cuenta de que solo de las imitaciones no podía vivir siempre, así que aposté por formarme”, reconoce Latre.
—¿Qué formación ha tenido?
—Me puse las pilas y empecé a prepararme con 25 años, antes no había podido porque estaba trabajando sin parar. Estudié teatro clásico, interpretación, viajé a Londres a hacer Shakespeare, me fui a Nueva York a dar clases de danza en Alvin Ailey, una de las escuelas más prestigiosas de baile del mundo, hice ballet, expresión corporal en el Broodway Dance Center... He hecho todo tipo de formación, pero la más importante para mí ha sido la formación vocal, la técnica de Voice Craft que me ha permitido conocer la voz, mi instrumento de trabajo, saber lo que pasa aquí dentro para luego no solo no forzar sino mejorar, aprender y ampliar registros.
—¿Cómo entrena y cuida la voz?
—La entreno por inercia, cada día tengo radio, teatro, televisión… con lo cual mi voz está siempre en funcionamiento. Sí que intento cuidarla, duermo muy bien, intento no abusar del hielo, llevo siempre la garganta bien protegida, bien calentita y bien húmeda. Si tengo que pegar un grito prefiero haber calentado antes.
Latre, detrás del maquillaje
No obstante, detrás del maquillaje de los personajes del showman hay mucho más que el gran público desconoce, facetas hasta ahora desconocidas. El castellonense es un gran amante del arte y la fotografía, le encanta viajar y es “un loco del vino y de la gastronomía". Junto a su mujer Yolanda, tiene un blog gastronómico y viaja en busca de ese restaurante que tiene un plato concreto para probar. Ese gusto por los caldos y la comida ha hecho que también sea un gran anfitrión para sus amigos: “Me encanta recibirles en casa”.
—¿Tiene otros talentos que desconocen sus seguidores?
—Escribo poesía y canciones, me gusta pintar y dibujar porque soy hijo de pintor, hermano de diseñador gráfico y mi abuelo era un maravilloso dibujante al que llamaron de la Walt Disney Company para ficharle. También acabo de ser nombrado embajador de World Central Kitchen por mi amigo José Andrés, cuya labor principalmente humanitaria actualmente es dar de comer a los millones de refugiados que están cruzando las fronteras de Ucrania.
—¿Cuál sería el mejor regalo que le podrían hacer?
Vino, de hecho, yo siempre regalo vino español porque no somos conscientes de la calidad de nuestros caldos. Y también algo de arte de nuevos talentos, me encanta descubrir artistas, ir a ferias de vanguardia…
—¿Tiene en casa alguna obra de arte realmente valiosa?
Yo el arte no lo mido en dinero, lo mido en emoción. Me puede poner los pelos de punta una obra desconocida y sin embargo delante de uno de los grandes no sentir absolutamente nada. El arte es muy democrático, tiene que ser lo que a ti te guste. Tengo en casa muchas piezas de gente que no son conocidas.
Tanto su cara más conocida como la más desconocida tienen detrás a una persona muy sensible, vulnerable y miedosa. "Eso a veces me hace ser muy auto destructivo. Tengo subidas y bajadas de ánimo muy intensas, he tenido grandes peleas conmigo mismo por mi inseguridad y mi auto exigencia. Poco a poco, con la experiencia vital que te dan los años he ido suavizando estos rasgos y he aprendido que no hace falta quedar bien con todo el mundo, que no hay que complacer a todos ni cambiar por nadie. Lo único importante es intentar siempre ser la mejor versión de uno mismo”, admite el showman.
Pedro Ruiz, el inicio
Latre recuerda perfectamente la primera vez que se puso a imitar voces, siendo muy pequeño con un disco de Pedro Ruiz donde el humorista realizaba imitaciones de Santiago Carrillo, Manuel Fraga, Felipe González, José María García… “y yo le imitaba a él imitándolos”, reconoce. “También recuerdo especialmente la época de Alfonso Arús en el programa de Antena 3 ¡Al ataque! con todos los personajes que salían en él y, por supuesto a Julio Sabala, que era mi ídolo. Lo que empezó a hacer él no lo hacía nadie y hoy en día somos grandes amigos, incluso estamos pensando en hacer algo juntos y hacer un intercambio de países”. Pero no se olvida de los clásicos de nuestro país: “La verdad es que he tenido la gran suerte de que todos los humoristas e imitadores que admiraba, como Martes y Trece, Los Morancos, Cruz y Raya… se han acabado convirtiendo en buenos amigos”.
—De los personajes que hace en El Hormiguero, ¿cuál diría que es su favorito y cuál es el más complicado?
—Todos los personajes que hago en el programa son bastantes complicados en cuanto a caracterización. Todos requieren un mínimo de tres horas, si no más, de maquillaje y peluquería para que salgan tan bien. La caracterización es un trabajo muy laborioso. Para conseguir que yo sea calcado un día a Isabel Díaz Ayuso, otro a Pedro Sánchez, otro al rey y otro a Messi imagina el trabajo que hay detrás.
Si tengo que destacar alguno creo que diría el de José Luis Martínez Almeida, el alcalde de Madrid, durante Filomena. Yo estaba subido encima de un bloque de hielo cantando la canción de Frozen. Disfruté muchísimo y me lo pasé muy bien. Luego vino el propio alcalde al programa y lo que nos pudimos reír, él el primero, le encantó.
—¿Ha recibido alguna respuesta negativa de alguien que haya imitado?
—Pues normalmente justo lo contrario. Tengo la gran suerte de que la gente acepta muy bien mis imitaciones. Al alcalde de Vigo, Abel Caballero, le encanta que le imite; la ministra Carmen Calvo me envió una nota al día siguiente de imitarla para darme las gracias; José Luis Ábalos también me escribió para darme la enhorabuena al hacer su personaje.
Ha venido a verme al teatro gente de La Casa Real, de la farándula… Han venido muchos imitados a verse encantados de la vida. Con una imitación puedes hacer mucho daño al personaje, pero no es mi estilo. Ahora la actualidad te viene dada, el guion te lo escriben los propios personajes imitados.
—¿Cuál es el personaje en el que más le gusta transformarse?
—Me encanta convertirme en Julio Iglesias, creo que es mi favorito, además le conozco personalmente y sé que le gusta mucho que le imite. También me divierte mucho ser Pedrerol, Boris, Rajoy, Josie…
—¿Ha llegado a contar cuántos personajes tiene en su archivo?
Sí, tengo una lista con más de 600 personajes oficiales. Luego hay otros que son registros vocales, acentos, cadencias.
—¿Algún fan le ha pedido que le grabe algún mensaje de WhatsApp?
—Cada semana alguien me pide que le grabe un mensaje en el contestador de su teléfono, y lo hago encantado porque es una forma de devolver el cariño que me da la gente siempre.
Pérdida del sentido del humor
Las críticas en redes sociales, la delgada línea que separa el humor del mal gusto o de la avalancha de voces contrarias a algo que gusta a unos, pero que disgusta a otros… “Estamos en un tiempo en el que el sentido del humor está en peligro de extinción. Cada día vivimos más en lo políticamente correcto, en lo que nos pueden decir en redes si hacemos o decimos determinadas cosas, hemos perdido la buena fe. Antes, cuando alguien hacía un chiste o una parodia nadie pensaba que hubiera una mala intención detrás. Ahora todo el mundo se la coge con papel de fumar. La libertad tiene que existir en el humor, puede no gustarte, pero no por eso hay que censurar”.
Como cómico, Latre señala que “la comedia ha sido, en estos tiempos tan duros que nos ha tocado vivir, un salvavidas para mucha gente y sin embargo hay todavía quien no la tiene en consideración y no le parece algo digno de elogio. El mundo de la cultura parece que se limita a literatos, actores y cantantes”.
“Llevo un tiempo reivindicando el papel de la comedia, la importancia en la sociedad. Los teatros de comedia están llenos, lo que están vacías son las salas de cine, que es una desgracia porque soy un gran cinéfilo. España es uno de los países con más humor en sus calles, con más memes, con más canciones, con más chirigotas, expresiones humorísticas y sin embargo con muy poco reconocimiento real hacia la comedia”, advierte.
También te puede interesar...
-El método Joe Dispenza para curarte: un experto explica la meditación que practica Pablo Motos
-El Método Silva te cambia la vida: una experta explica la meditación que apasiona a Pablo Motos
-La polémica imitación de la ministra Montero que obliga a Latre a dar explicaciones