De forma tan inesperada como el título de su nuevo programa, Mamen Mendizábal dejó de presentar Más Vale Tarde tras casi una década para enfrentarse a un nuevo proyecto en laSexta, Encuentros Inesperados. En él, la presentadora abandona la adrenalina del directo para grabar una serie de programas con invitados tan conocidos como dispares, pero que al final logran encontrarse en un punto de la conversación.
La periodista comenta con EL ESPAÑOL cómo ha sido ese cambio de registro de un programa a otro, sus comienzos en el mundo del periodismo con Iñaki Gabilondo como referencia en la profesión, y analiza los temas más destacados de la actualidad informativa nacional e internacional.
—¿Cómo nació Encuentros Inesperados?
—Empezamos a trabajar la idea antes de que yo anunciara mi cambio. Buscábamos un formato diferente, algo que fuera nuevo desde el punto de vista creativo y también periodístico. A mí siempre me ha gustado el debate, pero no quería llevarlo al debate político, sino que me interesaban más los temas sociales, como la familia, la religión, la sexualidad, el odio, la moralización, el machismo… Nos parecía que el tono era también importante y que el encuentro entre los personajes fuera inesperado e igual que el tema, de ahí el nombre del programa.
—De los temas que han tratado hasta ahora en el programa: ¿Cuál le gustaría destacar especialmente?
—Creo que no sabría elegir, todos los programas que hemos grabado hasta ahora me gustan porque tienen características únicas. Quizá destacaría el cuarto programa que trata sobre la polarización y el odio. Los personajes que nos acompañan son Josep Pedrerol, James Rhodes, Mariló Montero y Toni Cantó, me parece que es un programa muy pertinente. A veces tendemos a justificar nuestro odio y cada vez nos entendemos peor y de eso hablamos. Luego, el programa que le dedicamos a las mascotas, que un primer momento puede parecer un tema menos sesudo y más superficial, pero en el que realmente hablamos de cambios sociales profundos. De cómo estamos humanizando a las mascotas mientras deshumanizamos a las personas. Me pareció un programa que salió mucho más interesante de lo que pensaba. También el encuentro entre Esperanza Aguirre y La Mala Rodríguez sobre la libertad es muy interesante, o el de Oriol Junqueras con Mario Vaquerizo. Hay contrastes muy interesantes.
—¿Qué cree que aporta este programa a la programación actual?
—Creo que conduce a nuevas conversaciones, nuevos debates sobre nuevos temas que están en la sociedad y que muchas veces los llevamos a nuestras sobremesas en nuestras casas, a las conversaciones con amigos… Aporta una forma diferente de enfrentarse a un debate, desde la conversación, desde las ganas de entenderse y de encontrarse. Yo creo que el tono para nosotros era una prioridad porque queríamos que las partes se entendieran, se escucharan, siempre para construir y no para destruir. Ojalá sea un programa útil y entretenido y a la gente disfrute viéndolo tanto como nosotros haciéndolo.
En las diferentes entregas del programa, los espectadores podrán ver como personas totalmente antagónicas se reúnen alrededor de una mesa para charlar de temas de lo más variopinto. “Parece que en la televisión está todo inventado, pero yo creo que no. Que hay maneras diferentes de generar diálogo, incluso de generar debate y discusión y en este programa hablaremos de los cambios que se están produciendo en la sociedad”, comenta la periodista.
Pero si tuviera que destacar uno de los programas por inesperado y sorprendente, sin duda sería el encuentro de Oriol Junqueras con Mario Vaquerizo: “Son probablemente unas de las personas más opuestas en todo, desde la parte estética a sus propias vidas, su carácter, su dedicación, pero todas sus diferencias confluyen en un punto que es la religión y eso, observarlo, fue mágico”, admite Mendizábal. Y es que los invitados saben de antemano con quién se van a encontrar en el programa, pero en muchas ocasiones no se han visto nunca en persona y “así la conversación se convierte en algo inesperado”.
—¿Qué le ha aportado profesionalmente Encuentros Inesperados?
—Llevaba dieciséis años haciendo televisión en directo de actualidad y para mí Encuentros Inesperados ha supuesto un cambio total de registro. Es un programa de entretenimiento, no es un programa informativo. Es además un programa grabado, no está hecho en directo y eso nos ha dado mucho tiempo de preparación, está realizado con mucho mimo y a fuego lento. Para mí ha sido un cambio grande y un reto profesional, he tenido que desaprender muchas cosas para construir algo nuevo.
—En su vida personal: ¿ha vivido algún encuentro inesperado?
—Sí, muchos, y a veces son los mejores porque te invitan a salir de tu zona de confort, a abrir tu círculo y tu mente. Descubrir a alguien interesante, a alguien nuevo, que te aporta, tener una buena conversación con alguien inesperado es maravilloso. Yo he tenido muchos encuentros inesperados y espero seguir teniéndolos, pero para eso tienes que estar dispuesto a salir de tu círculo, de la zona en la que habitas y tienes tus seguridades.
Sus comienzos
La madrileña estudió Periodismo en la Universidad Complutense de Madrid, donde comenzó a forjarse la profesional que los espectadores ven semana a semana en laSexta, pero… ¿Por qué eligió esa carrera y no otra? Mendizábal lo tiene claro: “Siempre me ha encantado leer y escribir, la comunicación en general. Si no hubiera estudiado Periodismo me habría decantado por alguna Filología, Historia o Arqueología. Tenía claro que para mí leer y escribir era la base de lo que me hacía feliz y donde podía desarrollar mi carrera profesional”. “Pensaba que esta profesión tenía más épica de lo que luego en realidad tiene”.
—¿Qué queda de aquella Mamen estudiante de Periodismo?
—Sigo manteniendo intacta la voluntad de seguir formándome y aprendiendo y creo que ese es el motor de la profesión y de la vida. Tener ganas de aprender, de construir, de verte en nuevos entornos, de entrar en contacto con nuevas personas. Tengo la ilusión intacta, pero a la vez me la voy renovando con cada nuevo proyecto. Soy también muy ambiciosa, necesito seguir aprendiendo constantemente para sentir que estoy viva.
—¿A quién soñaba con poder entrevistar?
—Cuando estudiaba no soñaba con hacer entrevistas realmente soñaba con ser corresponsal de guerra y sigue siendo, a día de hoy, el periodismo que más admiro. Los corresponsales de guerra son los que se exponen y salen de su zona de confort y yo me veía en esa tesitura, soñaba con estar ahí informando en las zonas de conflicto.
Luego la vida me ha ido llevando por otros caminos y la verdad es que he tenido mucha suerte. En mis años de radio con Iñaki Gabilondo he tenido la oportunidad de entrevistar a personajes muy interesantes, y en los dieciséis años que llevo en televisión han pasado por mis manos la mayoría de la clase política y empresarial. Me he dejado pocas casillas sin tachar en cuanto a posibles entrevistados, soy muy afortunada.
Las enseñanzas de Gabilondo
Sus inicios en el mundo de la información fueron en la radio, concretamente en la Cadena SER donde trabajó mano a mano con uno de los grandes profesionales de este país, Iñaki Gabilondo, con el que compartió minutos radiofónicos en el programa Hoy por Hoy, años que marcaron a Mendizábal.
“Gabilondo para mí lo es todo. Con él descubrí la profesión de Periodismo, el respeto por este oficio, a ponerme el nivel de exigencia muy alto, a aprender lo que es la información en directo. Sus lecciones me han ido y me seguirán acompañando toda la vida. Es mi lugar de referencia y mi padre profesional”, reconoce la madrileña.
—¿Cómo fue el salto de la radio a Televisión Española?
—En general, no he dado cambios muy bruscos en mi trabajo, más bien han sido graduales y no he saltado sin red. Cuando empecé en 59’’ en TVE seguía trabajando a la vez en radio. Pasé de ser una redactora en el programa de Iñaki Gabilondo a hacer prime time en televisión, pero, seguía vinculada a la radio, me daba miedo la inestabilidad del medio televisivo. Posteriormente, llevar ambas cosas se me hizo incompatible por la carga de trabajo y dejé La SER para centrarme en la televisión.
—¿Y de TVE a laSexta?
—Luego dejé Televisión Española para aventurarme con laSexta, un canal que nacía nuevo. Me estimuló mucho pensar que era el último canal en abierto que se iba a crear en España. Participar en el nacimiento de una cadena de televisión desde cero es una oportunidad vital que no todo el mundo tiene. Los primeros pilotos de los informativos los hicimos con los andamios todavía detrás… A mí me estimulan los retos, me motiva el cambio y he tenido la fortuna de que los desafíos a los que me he enfrentado me han ido bien.
—¿Qué no ha podido hacer por culpa de la televisión?
—No me gusta culpar a la tele ni al periodismo de decisiones que he tomado yo misma. Es cierto que hay cosas que no he podido hacer por mi trabajo, pero ha habido tantas cosas que sí he hecho gracias a mi profesión que creo que la balanza está claramente inclinada hacia lo positivo. Esta profesión está llena de renuncias personales, de jornadas muy extensas, pero para mí es mi forma de vida. De todas formas, la vida es muy larga y está llena de oportunidades. Lo que no hayas hecho en el pasado casi siempre lo puedes hacer en el futuro. No tengo sensación de arrepentirme de no haber hecho algo.
Guerra en Ucrania, desabatecimiento...
La periodista también ha querido comentar con EL ESPAÑOL los temas más importantes de la actualidad internacional y nacional, comenzando por algo que lleva un mes copando todos los titulares en los informativos y en las conversaciones en la calle: la guerra en Ucrania.
“Yo, como ciudadana y no como profesional que narra la situación y que se tendría que guardar muchos sentimientos, siento mucha pena, mucha rabia y mucha incomprensión. La guerra es siempre un sinsentido que lo único que causa es dolor”, afirma la periodista.
—¿Cómo ve la situación actual en nuestro país?
—El descontento social que hay en España es generalizado y evidente. Las críticas de los transportistas no vienen de antes de ayer, esto lleva mucho tiempo coleando lo que pasa es que ahora ha estallado y se mete todo en el mismo saco. Las realidades de la ganadería, de la agricultura, del transporte y de muchos otros sectores en este país son muy duras y necesitan medidas y reformas que les ayuden a salir adelante. Hay que escucharles, hay que buscar soluciones de verdad, no parches.
En este país, el precio de la luz es un problema sin solución que llevamos años arrastrando, por no decir décadas. Creo que todos estos problemas no son exclusivos de esta legislatura, sino que llevan con nosotros mucho tiempo, son cíclicos. Ponemos el foco en uno de ellos, luego se olvida un tiempo y, cómo no buscamos soluciones reales, vuelve a reaparecer. Para mejorar tiene que haber consenso político, y eso brilla por su ausencia en España. Como sociedad, hemos dejado de escuchar al otro, de hacer pensamiento crítico y de darnos cuenta de que la pluralidad de opiniones siempre suma y siempre beneficia.
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