'El asesino de la bañera' de 15 años estranguló a Sonia por no irse del piso donde convivían en Madrid
La mujer, de 42 años, apareció muerta en la bañera. El presunto asesino es miembro de una familia de origen marroquí que le alquilaba una habitación.
1 abril, 2022 02:02Noticias relacionadas
"En el bosque nos abandonaron y vivimos una gran aventura en la casa de una bruja". Es la frase impresa en un cartel de una yincana que cuelga en la entrada del número 12 de la Avenida de la Constitución de Las Rozas. Hace aproximadamente dos meses, Sonia R.M., de 42 años, pasó por debajo de aquel rótulo y cruzó el portal. Acababa de alquilar una habitación en un tercer piso, donde no vivía una bruja, pero sí un asesino: este miércoles apareció muerta en la bañera de la vivienda, con visibles marcas de estrangulamiento en el cuello con un cable de la plancha.
El presunto asesino, cuyas iniciales son Y.A. solo tiene 15 años. Vivía en el mismo apartamento con su hermano pequeño de 13 y con el abuelo de ambos, Mohamed A., de 64. Son de origen marroquí, aunque fuentes de la Guardia Civil han confirmado a este periódico que los dos menores tienen nacionalidad española. La familia residía desde hacía seis meses en este piso de la localidad madrileña. Los vecinos apenas los conocían. Casi no se relacionaban con ellos. Tampoco los comerciantes de la zona, ubicada el centro del municipio.
"Los dos críos iban siempre juntos. Bajaban en chanclas y en pijama y correteaban por ahí o estaban en el portal matando el tiempo", asegura Marce, la presidenta de la comunidad. "Eran muy parecidos físicamente". A Sonia nunca la vio. "La única mujer que vi que entraba y salía de la casa era una chica de la limpieza, que por sus rasgos diría que es filipina. Le abría yo muchas veces el portal, porque no tenía llave", continúa la vecina.
Poco después de Navidad, la familia acogió a Sonia en una habitación. Al parecer, según fuentes de la investigación, Mohamed y ella se conocían de antes: Sonia no pagaba el alquiler y en el contrato de arrendamiento solo figuraba el nombre de él. La mujer nació en Benidorm (Alicante) y se trasladó posteriormente a Las Rozas, donde vive desde hace años.
En la localidad madrileña trabajó como camarera, como limpiadora en una empresa y como cuidadora de ancianos en una residencia. Según ha podido conocer este periódico, últimamente trabajaba como empleada del hogar por su cuenta, desarrollando tareas de limpieza y de cuidado de niños pequeños.
Aunque en un primer momento se especuló con que Sonia pudiese ser la pareja de Mohamed, este periódico ha podido confirmar que la víctima tenía una relación con una mujer de Las Rozas, de nombre Xarini G. "Ella [Sonia] cuidaba a niños que van al colegio de mi hermana pequeña", dice una vecina que vive junto a la pareja de la fallecida. "Hace tres o cuatro días las vi juntas. Discutían mucho. [Sonia] estaba llorando", añade. La víctima tenía una hija de 8 años, fruto de una relación anterior.
La llegada de Sonia a la casa de Mohamed y sus nietos no cayó bien. Lo que debía limitarse una relación de inquilina y subarrendador, pronto degeneró en problemas de convivencia y en asfixia dentro de las estrechas paredes: eran cuatro personas en 79 metros cuadrados, una familia de tres contra una extraña. Dentro de la casa incluso habría una quinta persona; presumiblemente, la madre de los menores, extremo que no ha sido posible confirmar.
Al poco tiempo de llegar Sonia, Mohamed y sus nietos quisieron echarla del piso. Ella se negó, según han relatado fuentes del entorno de la víctima. Entonces, el mayor de los chicos habría lanzado varios mensajes amenazantes y terminó por quitarle la vida estrangulándola con el cable de la plancha, mientras ella se daba un baño. Los vecinos de enfrente y los de abajo no escucharon nada. Tampoco en los días previos, en los cuales no apreciaron ninguna discusión o subida de tono.
Cronología de un crimen
El cadáver de Sonia lo encontró el menor de los hermanos cerca de las 15:00 del miércoles. Fue él quien dio la voz de alarma. No había nadie más en casa. Al lugar de los hechos se presentó una ambulancia y varias patrullas de la Guardia Civil, a quienes el chico explicó que su hermano mayor se encontraba en el instituto. Pero era falso.
Los agentes lograron recabar información a través de las cámaras de seguridad del centro del pueblo. Estas mostraron al presunto asesino salir del bloque de pisos de forma apresurada, pasado el mediodía y con una mochila negra. Fue poco antes de que llegara su hermano pequeño y descubriese el cadáver. Horas después, cerca de las 18:00 fue localizado y detenido, aunque ya sin la mochila.
Se desconoce que llevaba en el interior de la bolsa, aunque se sabe que se deshizo de varios objetos en por el camino. La policía todavía los busca. El presunto asesino tenía también marcas de forcejeo en los brazos, lo que hizo suponer a los agentes que la víctima habría tratado de defenderse.
El joven debería encontrarse aquella mañana en su centro educativo, al igual que su hermano menor. Sin embargo, en lugar de ir a clase, se quedó en casa a solas con Sonia. Fue el último en verla, lo cual le convirtió en el principal sospechoso. El detenido pasó la noche del miércoles en dependencias policiales cuya ubicación no se ha dado a conocer para preservar su seguridad, según fuentes del Instituto Armado.
Paralelamente, en la tarde del miércoles y en medio del trajín policial en la zona, los vecinos presenciaron al abuelo y a su nieto menor en el parque delante del edificio donde vivían. Los residentes describieron a ambos con el semblante abatido, junto a una mujer de unos 30 años, a quienes señalan como la madre de los menores.
Una vecina escuchó la conversación del hermano menor con uno de los psicólogos del SUMMA 112 dentro de la vivienda donde se habría producido el crimen. El chico explicó que ambos hermanos vivían con su abuelo y con Sonia, a quien señaló como pareja de su abuelo, versión que no coincide con la recabada por este periódico tras consultar al entorno de la víctima.
Este jueves a las 12:00, un día después del suceso, el ayuntamiento de Las Rozas, apenas a 200 metros de la vivienda, guardó un minuto de silencio por la víctima. La policía científica registró el domicilio en busca de pruebas, saliendo alrededor de las 14:00 horas con decenas de bolsas con objetos para su análisis. Tras el registro, se prodecerá a la toma de declaración del detenido, cuyo caso está en manos de las Fiscalía de Menores.