Ingenieros que reparten autorizaciones a distancia, administraciones que no comprueban si la atracción infantil está instalada en el lugar que le corresponde o empresarios del sector que no justifican el pago de las cuotas a la Seguridad Social sin que nadie les advierta.
Valencia ha registrado tres muertes en solo cuatro meses en diversos sucesos ocurridos en recintos feriales con atracciones infantiles. El último de ellos tuvo lugar el pasado domingo en torno a las 19:45 horas. Un trabajador de una atracción multiaventura instalada en la explanada de Nuevo Centro, junto a la avenida Pío XII de la capital, resultó herido de gravedad tras caer al suelo desde una altura de unos cuatro metros.
La víctima, de 42 años y nacionalidad rumana, falleció en el hospital este martes como consecuencia del grave traumatismo craneal que sufrió al golpearse la cabeza contra el suelo. Llevaba varios años trabajando como monitor en este recinto. La Policía Nacional investiga ahora si la atracción y el trabajador contaban con todas las medidas de protección, según confirmaron a EL ESPAÑOL fuentes policiales.
La sucesión de accidentes ha reabierto el debate sobre la seguridad en este tipo de instalaciones y la necesaria profesionalización del sector. Solo en la Comunidad Valenciana, ya se han producido cuatro accidentes en atracciones infantiles en lo que va de año. Y los familiares de las víctimas se preguntan si se está haciendo todo lo posible para evitarlos o reducir al máximo los riesgos.
El primer siniestro tuvo lugar el 4 de enero después de que una racha de viento se llevara por delante un castillo hinchable de la feria de Navidad de Mislata, un municipio pegado a Valencia. Dos de las niñas heridas, Vera y Cayetana, de 4 y 8 años respectivamente, fallecieron días después a consecuencia de las graves heridas que sufrieron al golpearse contra el suelo.
El padre de Vera ha pedido en redes sociales a las administraciones que analicen qué está fallando y cambien la ley para que la revisión in situ de la seguridad de las atracciones sea obligatoria.
"En cuatro meses tenemos un vagón descarrilado en la feria de Alcoy; un monitor muerto en una atracción de Nuevo Centro; un trabajador, al parecer sin contrato, arrollado por el tren de la bruja en Alaquàs; y dos niñas muertas en la feria de Mislata. Basta ya", escribió tras conocerse la última muerte.
En este caso, la instrucción que dirige un juzgado ha constatado que, en junio de 2017, la Generalitat Valenciana remitió una circular a los ayuntamientos sobre instalaciones eventuales, portátiles o desmontables de las ferias, en especial los castillos hinchables.
Las competencias en materia de espectáculos están transferidas a la comunidad autónoma y las autorizaciones finales dependen de los ayuntamientos. En la circular, incluida en el sumario, la Agencia de Seguridad y Respuesta a las Emergencias, en la actualidad adscrita a la Conselleria de Justicia e Interior, informó a los municipios de que "la mera presentación de una declaración responsable ya es título suficiente para poder aperturar la atracción a la pública concurrencia sin más trámites". Se pide el seguro de responsabilidad civil y poco más.
Los otros tres accidentes se han sucedido en el último mes y han tenido lugar en Valencia, Alaquàs y Alcoy. Dos de ellos se investigan como accidente laboral.
"Se debe producir un debate social, pausado, del que también formen parte los ayuntamientos e ingenieros, porque hay que plantear nuevas medidas de seguridad y nadie se puede oponer a ello", ha asegurado en declaraciones a este periódico José María Ángel, secretario autonómico de Seguridad y Emergencias
Los accidentes
A mediados de abril, cuatro menores de edades comprendidas entre los 3 y los 5 años, resultaron heridos de carácter leve tras descarrilar el vagón de una atracción infantil tipo montaña rusa de Alcoy (Alicante) durante la celebración de sus fiestas de Moros y Cristianos.
Según confirmaron las autoridades sanitarias, los menores cayeron de la atracción a raíz del descarrilamiento del vagón y, como consecuencia de ello, sufrieron rasguños y contusiones. Todos los niños heridos se recuperaron de las heridas.
Mientras, el pasado viernes 6 de mayo, otro trabajador resultó herido en una atracción de feria de Alaquàs tras ser atropellado por el tren de la bruja. El empleado, de 28 años, iba vestido de Pato Donald y la Policía Nacional investiga ahora las condiciones en las que se produjo el siniestro. Según las primeras pesquisas, tras ser golpeado por el tren, cayó al suelo y fue arrollado. La Policía Nacional investiga el suceso como un accidente laboral.
La última víctima mortal registrada en la atracción instalada junto a Nuevo Centro cayó de espaldas después de subir a una plataforma para recoger a unas niñas que bajaban de la tirolina. Al parecer, no llevaba casco y no tenía sujeto el arnés a la línea de vida, según la información publicada por el diario Levante. La instalación permanecerá cerrada unos días hasta que la Policía complete las primeras diligencias.
La recomendación
La Generalitat Valenciana remitió la circular sobre estas instalaciones ante las dudas que generó la normativa en multitud de ayuntamientos. La Administración autonómica recordó que la Ley 14/2010 regula la licencia de apertura para instalaciones eventuales, portátiles o desmontables, y que el régimen de autorización de una instalación de este tipo corresponde a la Administración local.
La norma recoge que el organizador debe presentar una declaración responsable previa al inicio de la actividad para que el Ayuntamiento efectúe las comprobaciones necesarias antes de otorgar la licencia de apertura.
No obstante, la Generalitat matizó que "con la nueva legislación básica concretada, de Procedimiento Administrativo Común de las Administraciones públicas, la mera presentación de una declaración responsable ya es titulo suficiente para poder aperturar la atracción a la pública concurrencia sin más trámites y, obviamente, sin perjuicio de la facultad de comprobación que a los Ayuntamientos corresponde como potestad universal".
En este contexto, la Generalitat concluyó que, por ejemplo, "un castillo hinchable individualmente considerado no posee la consideración de actividad extraordinaria con incremento de riesgo por cuanto no posee la complejidad o el contenido para ser considerado como tal". Las inspecciones presenciales son casi voluntarias y los ayuntamientos no cuentan ni con una relación de trabajadores dados de alta.
Tras la sucesión de accidentes, la Administración valenciana se ha mostrado partidaria de revisar las medidas de seguridad y que las fiestas de los pueblos y sus ferias "sean seguras", reiteró José María Ángel.
Tras la comunicación, ayuntamientos consultados por este periódico admiten que las exigencias de documentación o certificación a feriantes se han relajado. En el caso de Mislata, por ejemplo, la investigación policial ha relevado que el castillo no estaba instalado en el lugar que le correspondía.
Además, el ingeniero que debía certificar y supervisar las instalaciones de la feria de Navidad no se desplazó al recinto para comprobar las medidas de seguridad. Confirmó la seguridad del castillo desde Elche, a unos 180 kilómetros de distancia de Mislata.
"Esto que ha pasado es una práctica tremendamente habitual. Aquí se tiene la cultura de que el ingeniero solo es el de la firma, y que su trabajo no vale para nada, y para ciertos certificados ni se visitan las instalaciones. Se confía en lo que te dice el instalador", apuntan a esta redacción ingenieros consultados.
El suegro del responsable de la atracción es el presidente de la Asociación Valenciana de Empresarios de Atracciones de Feria y Parques, un conocido feriante de la zona con el que comparte el negocio. Ambos han citado citados como imputados por el juzgado.