José Eugenio Arias-Camisón, conocido vulgarmente como el "hostelero antirrojos", ya es un meme. El dueño del asador Guadalmina de Marbella es el Echenique de los políticos a esta nueva especie patria que los medios nos hemos encargado de convertir en género periodístico: la de los hosteleros ofendidos por no encontrar personal.
Como si de la canción del verano se tratase, a las puertas de una nueva estación, era de esperar que el polémico restaurador volviese a la palestra de las redes sociales pidiendo a gritos una de caso y por el mismo motivo que ya lo hizo el año pasado: no encuentra camareros para su local, porque según él, son unos vagos y prefieren estar en casa, con "la paguita" y con el aire acondicionado puesto. Mientras, él se desloma por sacar adelante el país.
Esto es exactamente lo que dijo a través de su cuenta de Twitter, provocando un incendio digital como el que le hizo famoso en verano de 2021:
Arias-Camisón nació en el País Vasco, pero se mudó a Marbella porque, según él, allí "no hay libertades". "Si paseo por la parte vieja de San Sebastián con una banderita de España y la pulsera de la Guardia Civil, no salgo de ahí. Ya no te matan, pero te incomodan", dijo a una entrevista en EL ESPAÑOL hace un año. En la localidad malagueña, el vasco levantó un asador que aspiraba a competir con el famoso Casa Pepe de Despeñaperros, cuya imaginería preconstitucional lo colocó, durante muchos años, en el podio de los bares 'fachas' de España.
De hecho, el hostelero confesó que comparte con Casa Pepe la misma empresa de 'merchandising' y la misma imprenta. De esa empresa han salido geles hidroalcohólicos contra "virus víricos y virus rojos", y todo tipo de propaganda y cartelería con grandes dosis de imaginación y pocas de ridículo: contra la Ley Antitabaco, el nacionalismo catalán, los expresidentes Carles Puigdemont y Quim Torra, Pedro Sánchez, José Luis Rodríguez Zapatero, los 'okupas', los inmigrantes y un largo etcétera que concluiría con un 'check' en todos los topicazos que difunden sin pudor los programas televisivos de la mañana -los cuales no dudan en llamarle asiduamente- y la 'twitesfera' de derechas.
"Vivimos como en Venezuela"
Una carta de Arias-Camisón publicada en noviembre de 2021 en la web de Javier Negre -el hostelero es amigo de su padre- concentra todos los puntos de su ideología en apenas 660 palabras. No se dejó nada: "España está siendo invadida por tierra, mar y aire", "a los nacionalistas les concedemos más autonomía, menos impuestos y acercamiento y puesta en libertad de los presos terroristas de ETA", "tú vuelves de viaje a casa, te la encuentras ocupada y ya te puedes ir yendo una temporada a un hotel o a casa de un amigo", "los hombres somos cuando menos sospechosos y todas las mujeres víctimas", "vivimos como en Venezuela"...
Sin embargo, Arias-Camisón no se define como 'facha', aunque sus enemigos no dudan en señalarlo como tal: en las paredes de su restaurante han aparecido pintadas que rezaban "Asador de fachas, fachas fuera". El hostelero defiende que tiene banderas españolas y proclamas contra la izquierda y el separatismo, pero en todo el restaurante es imposible encontrar ni media mención a Franco o a la simbología del régimen. "Toda la gente que te insulta llamándote facha no tiene ni puta idea de lo que significa la palabra. El fascio lo creó Mussolini, que era un socialista de verdad, no como los de ahora. Llamarme facha es el insulto fácil de los ignorantes", aseguró en aquella entrevista.
Arias-Camisón saltó a la fama en 2011 por una multa de 145.000 euros al rebelarse contra la Ley Antitabaco de Zapatero. En su restaurante se podía fumar. La multa, según explicó, quedó en nada: "Lo que no contaron los medios es que gané el recurso y no tuve que pagar". Su nuevo salto al estrellato se produjo 10 años después, en 2021, con un mensaje por no encontrar camareros -"En España la gente no quiere trabajar, prefiere cobrar la paguita, 400 u 800 euros"-, y nuevamente un año después por el mismo motivo.
En su nueva cuenta de Twitter -fue suspendida tras una acumulación de incumplimientos de las normas de la red social- presume de su equipo y de pagar sueldos de entre 1.500 y 3.000 euros al personal.
Pero, aunque él defiende cumplir con la legalidad y tratar bien a sus empleados, el Sindicato Andaluz de los Trabajadores (SAT) que lideraban Juan Manuel Sánchez Gordillo y Diego Cañamero, denunció que el personal del asador hacía jornadas de 12 horas, seis días a la semana, por 900 euros al mes.
Sus polémicas intervenciones le han llevado a enfrentarse con decenas de tuiteros, periodistas y activistas de izquierda, pero sorpresivamente, también con quienes comparten espectro ideológico. El hostelero se ha querellado, por ejemplo, con quien fuera exjefe de prensa de Jesús Gil, Armando Robles. Este, propietario del digital ultraderechista Alerta Digital, atacó al restaurador en abril con un texto que llevaba el siguiente titular: "Frikifacha, esperpéntico, provocador… José Eugenio Arias-Camisón, el hostelero vinculado a Vox que causa cada vez más asco y vergüenza ajena".
Arias-Camisón ha mostrado su simpatía por Santiago Abascal e Isabel Díaz Ayuso e incluso por algunos militantes del PSOE "de antes", pero no cree en los políticos. Pese a su cercanía ideológica con Vox, denuncia su mala estructura territorial y los conflictos internos que azotan al partido en la mayoría de provincias andaluzas de cara al 19-J. "Le dije [a Abascal] que Vox aquí es un desastre, que el desarrollo territorial del partido está fatal. Todo el mundo quiere un sillón y por eso se están partiendo de leches", declaró en la entrevista con este periódico el año pasado.
Enfrascado en cualquier polémica que afecte al Gobierno socialista, Arias-Camisón la ha tomado últimamente en Twitter contra la subida de los precios del carburante. El hostelero publicó un vídeo de su camioneta Ford Ram, de gran consumo, con un llenado de depósito (100 litros) que superaba los 230 euros. "Me compro el coche que me sale de la P…A, para eso he trabajado. Y realmente, también me suda la P…A lo que cueste la gasolina, porque puedo permitírmelo. Me preocupa por vosotros, por la clase obrera, pero viendo muchos de los comentarios, ya me la pela, Que siga subiendo", dijo en un tuit al respecto a sus críticos.
El próximo domingo, Vox celebra mítin en Marbella y Arias-Camisón, en boca de todo el mundo, está a las puertas de uno de los días más rentables del año.