En medio de la eterna polémica de los hosteleros que no encuentran personal para trabajar, hubo un nombre que sonó con especial notoriedad: José Eugenio Arias-Camisón, más conocido como el hostelero ‘antirrojos’. "En España la gente no quiere trabajar, prefiere cobrar la paguita, 400 u 800 euros”, dijo el dueño del Asador Guadalmina de Marbella.
Desde entonces, este hostelero se ha convertido en una suerte de meme que alza la voz cada cierto tiempo, siempre en contra de la izquierda. Ahora que Andalucía se encamina a estas sonadas elecciones autonómicas, no podía ser menos.
“Qué poco activos en redes sociales están los rojos vagos los domingos. La noche del sábado les confunde”, ha tuiteado el empresario. “Venga, escoria, seguid insultando e injuriando, mis abogados están aburridos, necesitan marcha. Eso si, no seáis cobardes, dad la cara y poned el perfil real, como yo”.
Pero el hombre no se ha quedado ahí y a continuación ha puesto un segundo tuit en el que dedica términos poco halagüeños hacia sus interlocutores: “Hombre, el primero que se ha levantado de la siesta. Jajajaja, vagos, inútiles, deshechos de la sociedad, poneros a trabajar. Y lo de h..o de p..a, te va a costar un cierre temporal. Que odio me tenéis, basurilla”.
Este hostelero saltó a la fama en el año 2011 por enfrentarse a la Ley Antitabaco de Zapatero, por lo que fue condenado a pagar una multa de 145.000 euros. “Lo que no contaron los medios es que gané el recurso y no tuve que pagar", matizó en una entrevista con EL ESPAÑOL.
La segunda vez, fue cuando entró de lleno en la polémica de los sueldos y las jornadas de los camareros en España. Arias-Camisón aseguró que no encontraba gente para trabajaro porque el personal prefiere tener “una paguita”. "Ojo, que quede claro: no es un problema del Asador Guadalmina, lo es para todos los empresarios". Para afianzar la peculiaridad de su negocio lucía en la barra gel hidroalcohólico contra "virus víricos y virus rojos".
Todas estas declaraciones han hecho que Arias-Camisón haya sido tachado en numerosas ocasiones de “facha”, tal como se puede leer en pintadas a las puertas de su local: "Asador de fachas, fachas fuera".
El hostelero defendió que tiene banderas españolas y proclamas contra la izquierda y el separatismo, pero defiende que en el restaurante es imposible encontrar ni media mención a Franco o a la simbología del régimen: "A ver, yo tengo mi local lleno de banderas de España. De Franco no hay nada, lo que pasa que para algunos poner la bandera es de fachas".
"Toda la gente que te insulta llamándote facha no tiene ni puta idea de lo que significa la palabra”, dijo en una entrevista con este periódico en 2021. “El fascio lo creó Mussolini, que era un socialista de verdad, no como los de ahora. Llamarme facha es el insulto fácil de los ignorantes".