El pecado del padre Óscar: alquilaba habitaciones a mujeres y después intentaba abusar de ellas
Una mujer, de origen sudamericano, denunció al religioso en la Comisaría de Cartagena: "Me dijo que le viera a él como si fuera Jesús".
17 noviembre, 2022 04:11El padre Óscar es de los que gesticulan cuando oficia misa y eleva la voz de forma tan estridente que penetra en el tímpano de los feligreses. En sus homilías, a veces critica a Pedro Sánchez, asegurando que va a llevar al país a la pobreza, y a pesar de ser un religioso de origen peruano, no duda en arremeter contra los inmigrantes que llegan en patera. Pero todo esto es peccata minuta, en comparación con su particular concepción de la caridad que este miércoles le ha llevado a declarar en el Juzgado de Instrucción número 7 de Getafe, por un presunto delito de abusos sexuales.
El origen de las diligencias judiciales que ha provocado un escándalo en la Iglesia Católica comienza en la comisaría de la Policía Nacional en Cartagena, donde una mujer, de nacionalidad sudamericana, le denunció tras sufrir supuestos abusos en el piso que el religioso tiene en Getafe. El padre Óscar se instaló en la ciudad madrileña después de jubilarse y alquiló un inmueble con un par de habitaciones, una de las cuales ofertaba en dos grupos de oración cristiana de WhatsApp.
A finales de 2020, a través de uno de esos chats, le llegó la oferta a la víctima: una mujer que estaba en situación irregular en el país y que había sido acogida por las Hermanas Trinitarias después de trasladarse desde el Campo de Cartagena hasta Madrid, con el objetivo de buscar empleo en el sector audiovisual donde trabajó en Latinoamérica. El sueño de esta inmigrante se convirtió en una pesadilla, cuando se instaló en el pisito del padre Óscar: un religioso que desarrolló la mayor parte de su carrera en la Diócesis de Toledo hasta que en 2016 se instaló en Getafe tras jubilarse.
"El padre Óscar tenía problemas psicológicos serios", tal y como confirma una fuente de la Diócesis de Toledo. De hecho, el religioso peruano llegó a Getafe sin tener asignado ningún ministerio pastoral, pero a pesar de ello, como no se le suspendió desde el arzobispado toledano, iba por las iglesias ofreciendo su ayuda a los párrocos para poder ponerse delante del púlpito. El asunto no es baladí, no solo por el contenido político de sus misas, sino porque también se dedicada supuestamente a pedir dinero a los fieles.
A pesar de su salud mental, se tiene constancia de que el padre Óscar ha concelebrado homilías en la mismísima Catedral de Santa María Magdalena. "En Toledo, le dieron la posibilidad de trasladarse a Getafe, siendo sacerdote, pero sin ningún nombramiento, de forma que no estaba expulsado del estado clerical: vino aquí con la posibilidad de oficiar misas", tal y como admiten desde la Diócesis de Getafe. En 2020, el Obispado se vio obligado a alertar a las parroquias getafenses de que no aceptasen la colaboración del religioso Óscar D.B.V. (Lima, 1952).
"Les recomendamos a los párrocos que no le dejasen participar en las ceremonias religiosas porque iba de un lado para otro, sin tener ningún nombramiento: hacía cosas raras", según explican desde la Diócesis de Getafe, al tiempo que ponen ejemplos de la conducta de este cura peruano que levantó sospechas: "Pedía dinero a los feligreses y a la gente por la calle, iba diciendo que ayudaba a familias a las que acogía, entonces, hubo personas que llamaron al Obispado alertando de que un cura de Toledo les pedía donativos y les resultaba raro".
La decisión de la Diócesis de Getafe de instar a los curas a no dejar que el padre Óscar entrase en sus templos, se produjo tarde, debido a que este religioso peruano ya se movía como pez en el agua por Madrid. Valga como botón de muestra que ofertaba la habitación de su piso, a través de grupos de oración de WhatsApp, oficiaba misas en domicilios particulares, incluso colaboraba supuestamente en viajes de peregrinación privados a Medjugorje: un afamado santuario bosnio por sus apariciones de la Virgen de la Paz que no están reconocidas por el Vaticano.
En noviembre de 2020, una mujer sudamericana, a través de una amiga, tuvo conocimiento del anuncio del religioso jubilado. El mensaje de WhatsApp era escueto: 'Se alquila habitación para compartir con un cura pensionista'. EL ESPAÑOL ha accedido a la denuncia presentada por la víctima de los abusos y a su declaración en sede judicial, donde relata el supuesto acoso al que fue sometida cuando convivió con el padre Óscar en su piso de alquiler, donde se dedicaba a subarrendar el cuarto que tenía libre.
Lo primero que le llamó la atención a la inquilina fueron las condiciones económicas que le puso el cura cuando quedó con él para conocer el inmueble. "El sacerdote se dedicó a escucharme, pero nunca me dijo el precio del alquiler", tal y como aseguró al juez. "Me dijo que me viniera a su piso, que terminara el mes, y luego le pagaba, yo le dije que le podía dar 250 euros y el sacerdote dijo: 'vale'. Me fui a su casa con las cosas, le dije que le daría 200 euros, y luego 50 euros, pero me dijo que no me preocupara porque más tarde lo ajustaríamos".
Los días pasaban y el religioso no le pedía el dinero. Esta mujer no le daba importancia al tema del alquiler porque es católica practicante y sabe que la caridad va en el 'ADN' de los curas. Una voluntaria de las Hermanas Terciarias Capuchinas le pidió que ayudase al padre Óscar en los quehaceres de la casa, porque ya tenía 68 años, y esta inmigrante sin papeles vio la oportunidad perfecta de agradecerle el poder disponer de un techo. Justo ahí comenzaron los supuestos abusos sexuales: "El problema es que al ponerme a cocinar comenzaba a darme besos y abrazos".
"Al principio, no le daba importancia porque pensaba que lo hacía porque él estaba feliz. Pero más adelante, mientras cocinaba, me abrazaba por detrás y empezaba a sentirme incómoda, porque eran muchos abrazos. Se lanzaba a darme besos en la mejilla, y le dije que por favor, que no eran necesarios tantos besos ni abrazos porque nos veíamos todo el día".
La sensación de acoso iba in crescendo porque esta mujer es homosexual, no encontraba empleo, y el piso del religioso es de pequeñas dimensiones: dos cuartos, un aseo, un salón y una cocina. Era inevitable estar juntos en todo momento y encima el padre Óscar comenzó a enviarle mensajes subliminales, que iban desde pequeños gestos, como cogerla de la mano cuando se iban de compras, hasta mandarle recaditos: "Me dijo que tenía que quitarme las vergüenzas, que no fuera así, que no estuviera a la defensiva y que le viera a él como si fuera Jesús".
"Intenté calmarme, estar menos tiempo en casa y pasar más tiempo en la calle, pero el problema es que no me salía trabajo. Nos empezamos a distanciar porque íbamos de compras, me cogía de la mano y se la soltaba. Cuando llegamos a la casa le dije que no era necesario cogernos de la mano y le expliqué que yo era lesbiana". De nada sirvió que le aclarase su orientación sexual al cura: "Empezó a mandarme mensajes diciéndome que era una mujer muy atractiva, muy guapa, que podía atraer a cualquier hombre y que le daba rabia que me gustasen las mujeres".
Amenazó con deportarla
La convivencia fue insoportable durante mes y medio. Como ella no cedía a las supuestas pretensiones sexuales del cura, un buen día, el padre Óscar la echó del piso advirtiéndole de que llamaría a la Policía. La mujer se marchó inmediatamente porque estaba en situación irregular en el país: "Cuando saqué las maletas me dijo que era una pena que me fuera", tal y como relata a la juez. "Luego me escribió por internet y me dijo que se sentía atraído por mi cuerpo, que tenía necesidad de una mujer y se tenía que contener mucho al verme y no sabía si se habría podido aguantar".
Una vez regresó con su familia a una localidad del Campo de Cartagena, tras presentar la denuncia en Comisaría, se puso en contacto con el Obispado de Toledo para informar de que el religioso se dedica presuntamente a alquilar una habitación a mujeres en situación de necesidad para tratar de abusar de ellas. Así lo hace constar en su declaración.
Suspendido como sacerdote
"Al parecer tiene una enfermedad psiquiátrica, hablé con el obispo de Toledo y me dijo que había hablado muchas veces con él y no obedece a nadie". Prueba de ello es que un portavoz de la Diócesis de Toledo confirma a EL ESPAÑOL que el padre Óscar fue "suspendido del sacerdocio" el 1 de diciembre de 2021, a raíz de la denuncia canónica que una feligresa le interpuso "por abusos económicos y pastorales".
Tal proceso por presunta estafa todavía no ha sido resuelto por la Vicaría Judicial de Toledo y se acumula a la causa judicial por abusos sexuales en la Justicia ordinaria. El asunto puede traer cola porque la víctima alerta tanto a la Policía Nacional como al Juzgado de Instrucción número 7 de Getafe, de que el padre Óscar supuestamente se dedica a alquilar una habitación de su piso, a mujeres inmigrantes, con pocos recursos, con la presunta intención de saciar sus deseos libidinosos.
"Temo que esta situación pueda repetirse con más chicas porque tengo constancia de que a esa casa va a vivir una mujer peruana, con una hija, en situación de necesidad", tal y como recoge la denuncia policial. Y así lo vuelve a repetir la víctima del caso en sede judicial: "Puse esta denuncia para evitar que pudiera pasarle a otras mujeres, porque me consta que quería seguir llevando a la casa a chicas que tuvieran necesidades".
Este miércoles, el padre Óscar ha acudido a los juzgados de Getafe para declarar, en calidad de investigado, por supuestos abusos sexuales. Iba como siempre, luciendo hábito de cura y alzacuellos, a pesar de la sanción de la Archidiócesis de Toledo. Este diario ha podido saber que en su declaración no le han pesado ni sus 70 años, ni la gravedad del delito por el que se han abierto diligencias, puesto que ha chillado a la magistrada.
"Son acusaciones falsas"
El prestigioso penalista murciano Eduardo Muñoz Simó asume la defensa del religioso. Al término de su declaración, el abogado ha ejercido de portavoz de este cura jubilado: "Mi cliente sostiene que son totalmente falsas las acusaciones que esta señora ha vertido porque lleva mucho tiempo acogiendo en su casa, por caridad, a personas con problemas económicos o en riesgo de exclusión social".
Muñoz Simó ha explicado, en nombre de su representado, que el padre Óscar "nunca se ha insinuado" a la denunciante. "Esta mujer ha actuado por despecho porque le pidió que abandonase la vivienda y había una mala relación: ella tenía un carácter dominante y le quería imponer su voluntad al cura dentro de su propia vivienda".
El abogado avanza que una vez concluya este proceso ejercerán acciones judiciales por delitos contra el honor del párroco. "Mi cliente no quiere hablar públicamente porque quiere dejarlo todo en manos de la Justicia, tiene la conciencia muy tranquila, cree en Dios y sabe que la verdad saldrá a la luz".