Anxo y Atlas, hijos españoles de la subrogada: "Le dimos las gracias a la gestante; es nuestra tita"
Son los hijos de Chris y Juan, hombres que recurrieron a esta práctica para ser padres, como Ana Obregón. Critican a Irene Montero y su Ley del Aborto.
1 abril, 2023 02:51Cuando uno todavía es un crío no sabe muy bien cómo ha llegado al mundo. Unos creen que gracias a una cigüeña, otros creen que papá tiene una semilla y mamá huevos, y que cuando se juntan, nace un bebé. El resto ni se lo plantea. Anxo —de siete años— y Atlas —de tan solo cinco— saben que tienen dos papás y que una mujer, Heidi, los tuvo en su tripa. No les hace falta saber más. EL ESPAÑOL habla con los dos niños españoles nacidos de la gestación subrogada y con sus padres, Juan Luis Fernández Masip (1979, Valencia) y Christian Ruiz Gómez (1981, Reus, Tarragona).
Juan: Hijo, ¿cómo llegaste al mundo?
Anxo: Heidi me llevó en su barriga durante nueve meses. Ella es la tita Heidi. Mi tía especial.
Juan: Atlas, ¿quieres decir algo?
Atlas: No, papi.
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La gestación subrogada se ha convertido en el epicentro de esta semana —incluso del año— debido al caso de Ana Obregón que, a sus 68 años, ha decidido viajar a Miami, Florida (Estados Unidos) para tener una hija mediante esta práctica.
"Se están oyendo muchas barbaridades sobre esto, como lo típico de que las gestantes son mujeres pobres y necesitadas. Eso en EEUU es imposible. Alguna mujer necesitada habrá en países donde justo ahora no está regularizada la gestación subrogada para extranjeros. Pero mira, solo con decirte que Cass, la mujer que gestó a nuestro otro hijo, Atlas, tiene una casa más grande que la nuestra... E incluso en EEUU muchas gestantes cobran más que las familias que buscan tener hijos. Todo lo que se está diciendo es mentira y hay mucha crispación, y se ha aprovechado el tema de Ana Obregón y el tema de la edad para paralizar el país", sostiene Juan a EL ESPAÑOL, creador de la cuenta 2 papás in Oz (más de 270.000 seguidores en TikTok e Instagram) junto a su pareja Chris.
"A Irene Montero se le llena la boca de hablar de gestantes, pero nunca ha hablado con ellas"
Y es que, a raíz de este escándalo, la subrogada, o comúnmente denominado vientre de alquiler, ha reabierto el debate sobre su regulación en España y sobre si este procedimiento es o no "una violencia contra las mujeres", como sentenció la ministra de Igualdad, Irene Montero, y como se expresa en la Ley del Aborto que entró en vigor el pasado 2 de marzo.
"A Irene Montero se le llena la boca de hablar de gestantes, pero nunca ha hablado con ellas. Jamás. No conoce a ninguna persona que haya gestado y haya ayudado a otras. No se ha sentado con ninguna de ellas para saber cuáles son sus inquietudes, sus objetivos y sus motivos para hacerlo. Si nosotros nos estamos exponiendo y dando la cara es porque hemos hablado con muchas de ellas y sabemos sus historias. Montero ha metido con calzador y de forma forzada la gestación subrogada en la Ley del Aborto, pero no tiene valor legal ni jurídico" enjuicia Chris.
Ahora, lo que más les preocupa es que esto llegue a las aulas, y a oídos de sus hijos. "Puede ser que en breve alguien de la sociedad se dirija a ellos con una terminología errónea. Ya nos ha hablado alguna profesora diciéndonos que ha escuchado en clase a niños decir que hay otros niños que han sido comprados. Es decir, que esto ya se dice en el cole. Esto nos da pavor, y queremos que nuestros hijos sepan defenderse ante posibles ataques como este. Y cuando lleguen a una edad más avanzada, sabrán los nombres y apellidos de las personas que han insultado a su familia de forma gratuita, frívola, política e innecesaria".
P: Anxo, ¿te dicen algo en el colegio por tener dos papás?
R: Ahora no. Pero antes sí. Me preguntaban que por qué tenía dos y que ellos también querían tener dos, que molaba mucho. Así que les conté mi historia.
P: ¿Y cuál es tu historia?
R: Que estuve en la tripa de Heidi. El otro día celebramos el Día de la Mujer y teníamos que llevar una foto de alguna mujer importante, y llevé una de Heidi. Claro, porque ella me llevó en la barriga.
P: ¿Has vuelto a ver a Heidi?
R: Sí. Estuvimos el año pasado con ella en México.
P: ¿Y qué le dijiste?
R: Que muchas gracias por tenerme.
Juan, su padre, trabaja en el departamento médico de una empresa farmacéutica. Chris, su otro padre, es profesor de inglés en un instituto de secundaria. Los dos se conocieron en 2011 a través de Grindr, una aplicación de ligoteo para homosexuales. "Empezamos a chatear y ya desde entonces somos inseparables", cuentan.
En 2013, Juan se marchó a Australia por motivos de trabajo. Un año después le siguió Chris. Desde el primer momento hablaron de que querían ser padres. En 2015 se casaron en el Consulado de España en Sídney, ya que no fue hasta finales de 2017 cuando se reconoció el matrimonio homosexual en el país. Su deseo de tener hijos no hacía más que aumentar, y empezaron a explorar sus opciones. Solo tenían dos: o la adopción o la gestación subrogada, alegal en España. "Antes de conocer a Chris, yo estuve mirando el tema de la adopción en Cataluña para parejas homosexuales o para solteros. Me dijeron que había 11 años de espera. Y, como en 2013 estuvimos viviendo separados, no había manera de empezar un proceso de adopción ni en España ni en Australia, donde pedían ser ciudadano australiano", detalla Juan. Entonces se decantaron por la subrogada.
El siguiente paso era encontrar un país donde hacerlo. Estuvieron hablando con familias y con mujeres gestantes, y eligieron el estado de Tabasco (México). "Nos dijeron que allí estaba muy bien y que todas las mujeres lo hacían de forma libre. Siempre habíamos oído que los procesos tenían mala fama, y era importante que nuestro deseo de ser papás no viniera asociado a la desdicha de alguien, sino que esta persona lo hiciera de forma voluntaria. Era indispensable para nosotros", señalan.
Y conocieron a Heidi, que ya sabía cuáles eran los procesos de la subrogada debido a que su propia hermana era gestante. "Que su hermana pudiera ayudar a familias que no podían tener hijos la animó a hacerlo. Ella también quería vivirlo, y eso es lo que nos contó el día que la conocimos", continúa Juan.
Después, comenzaron con todo el papeleo necesario: valoración psicológica tanto de ella como de la pareja, ayuda en el embarazo, en el parto y también en el postparto... Y llegó el momento de la muestra biológica. Es decir, de elegir de quién sería el óvulo y de quien sería el esperma. El óvulo lo donó Stacey, una mujer sudafricana con la que "tenemos buena relación", dicen. El esperma lo puso Juan. Nueve meses después, en abril de 2016, nació Anxo. Tras arreglar los pasaportes mexicanos, españoles y australianos —Anxo tiene tripe nacionalidad— regresaron a Australia, esta vez con su querido hijo, Anxo.
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P: Y poco después nació Atlas, ¿no, Juan?
R: Sí. Unos meses después nos embarcamos en el viaje de ser padres por segunda vez. Como ya éramos ciudadanos australianos, pudimos hacerlo allí, donde todo era diferente a México. Es más orgánico, centrado en las relaciones interpersonales y sin clínicas para esto, por lo que tienes que hacerlo tú por tu cuenta. A través de una página de Facebook de mujeres gestantes y de familias a las que habían ayudado, conocimos a Cass. Empezamos a hablar y a cultivar una amistad, y se ofreció a ayudarnos para darle un hermanito a Anxo.
P: ¿Quién fue la donante de óvulos y quién puso el esperma?
R: La muestra biológica esta vez fue de Chris, y nuestra amiga Amber donó sus óvulos de manera altruista para ayudarnos. Ahí se plantó un embrión en Cass y nueve meses después nació Atlas, en diciembre de 2017. Tanto ella como Heidi forman parte de la familia desde entonces.
P: ¿Cómo es el proceso de la gestación subrogada en ambos países?
R: ¿A qué te refieres?
P: Si es altruista o comercial, qué tipo de normas exigen, qué precios hay, etc.
R: En México había una compensación económica. En Australia no, por lo que era altruista, pero la Fecundación In Vitro (FIV) era más cara, entonces al final nos salió por más o menos lo mismo. Ambos procesos rondaron en torno a los 40.000 euros cada uno. Pero ahora, por ejemplo, en México es más caro. Cuesta unos 60.000. Además, hay que tener varios factores en cuenta, como que la gestante no se quede embarazada a la primera (que con Anxo fue al segundo implante de embriones y con Atlas al primero), y eso claro, aumenta el precio. Hay gente que se llega a hipotecar. Ahora ha habido mucho incremento de precios. Solo con decirte que cuando nosotros tuvimos a Anxo, en Estados Unidos costaba 70.000 y ahora está a 150.000.
No fue hasta 2019, poco antes del Covid-19, cuando los cuatro regresaron a España. Ahora viven en Cambrils (Tarragona) y su casa está llena de fotos de ellos. También de Heidi y de Cass. "Nuestros hijos ya tienen integrado que ellas son sus tías y lo sienten así. Heidi es su tía y Cass su otra tía. Saben que son mujeres que forman parte de su vida y lo viven con total naturalidad. No hubo un momento de contarles su historia, pero sí tienen muy presente sus orígenes. Y nunca han preguntado por qué tienen dos papás y no un papá y una mamá. Su familia es así y ellos se quedan con eso", concluye Juan.